por Gil Gamés |
El domingo, el Presidente mandó un tuit desmintiendo las sumas y las restas que Liópez ofreció durante el debate. Gilga no duda de la veracidad del tuit, pero le parece al menos una imprudencia, o una trampa de oso, que Liópez no pisó. Según esas cuentas, que son lo de menos, pero también lo de más, 300 mil millones no pueden ser lo mismo que mil millones. Municiones para la candidata Vázquez Mota que se gastó el Presidente.
Dos días más tarde, en una conferencia convocada para hablar de la reunión del G-20, el Presidente cortó la última cuerda y aseguró que la elección no está decidida; o sea, que su candidata no habita el fondo del pozo, que antes hay que contar los votos: “La elección está por decidirse, se va a decidir el primero de julio entre tres candidatos. Por lo menos tres de ellos muy competitivos y creo que la elección va a ser igualmente muy competitiva, donde cada voto va a contar. En este momento, cualquiera de los tres punteros puede ganar”. Anjá.
Gil pierde la paciencia, mira al techo, se rasca la oreja, camina por la duela de cedro blanco del amplísimo estudio mientras cavila: ¿no es un poco demasiado? Gil recordó aquel comentario del clásico: ¿qué ha hecho usted para resolver los graves problemas que nos aquejan? Respuesta: para empezar, no agravarlos. Quizás el presidente Calderón no podría responder con esa contundencia.
Mejor pásenle energía a la candidata, el cable rojo con el rojo, el cable negro con el negro. Gil colige (gran verbo): Calderón ha intentado abatir la percepción de que la elección (ción-ción) es entre dos candidatos, Peña Nieto y Liópez. Entonces bastaba con una llamada telefónica: comuníqueme con Roberto Gil. Hay que meterle fuerza a la idea de que hay tres candidatos, no dos. En fin.
De paso, el presidente Calderón le ha respondido a The New York Times, el diario afirmó que Peña es imbatible, Gil ignora si se habló además de un indespeinable. Por cierto el gel que se pone en el pelo el candidato del PRI lo han batido con polvo de hierro. Nada lo despeina. Peña pasa por templetes repletos, atraviesa por el centro de turbamultas enardecidas, abraza señoras y niños, se agita en momentos culminantes de la oratoria y no se le mueve un pelo.
¿Podrían darle la fórmula a Gamés? Peña Nieto ha desbancado al único indespeinable de México, a Juan Ramón de la Fuente, y eso no es cualquier cosa, el secretario de Educación de Liópez (¿es de Educación?) usa una fórmula secreta. Pero en fin, este artículo era una soflama contra el Presidente por meterse con imprudencia en el berenjenal de la contienda electoral y no un folleto sobre la coiffure de Peña. Por lo menos, polvo de hierro con jiricaya, que dicen que cuando seca se convierte en mármol de Carrara. Gil se retira a sus habitaciones, la mitad del año llega a su fin y eso lo pone nervioso. Au revoir.
La máxima de Bossuet buscó el centro del ático y espetó: “La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”. Gil s’en va
gil.games@razon.com.mx Twitter: @GilGamesX
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