Rafaek Koret de Mola |
Durante toda la semana anterior, la rumorología apoyada en las extensas coberturas de las “redes sociales” capaz de convertir a una jovencita –como la chilena Camila Vallejo-, en icono mundial, se desató y a todos los partidos y dirigentes políticos les llovió en la milpita. Se habló de tantas cosas que este columnista debió hacer una selección porque, de cualquier manera, las dudas y sospechas perviven en un entorno marcado por la incertidumbre, las confusiones y los amagos de violencia con o sin patrocinio de algunos de los abanderados que buscan la Presidencia, incluyendo, claro, a Josefina Vázquez Mota, rendida al dominio de los catalanes de importación, sobre todo del “querido Toño” –Solá- a quien nadie le pide explicaciones a pesar de su truculencia y perversidad.
Aunque el escenario es el mismo, infectado por infiltraciones y mil conjeturas, las intenciones pueden variar dramáticamente o acaso han variado ya de cara a los complejos comicios de julio. Por principio de cuentas, debe subrayarse que el desinterés casi general posibilita cualquier tipo de maniobra destinada a modificar escenarios, perspectivas y tendencias sobre todo en lo referente a la elección presidencial. Veamos:
1.- ¿Qué busca Felipe Calderón, cuya capacidad de alquimista está fuera de toda duda desde hace seis años y pese a su cara de monaguillo regañado, ante un proceso que, quiéralo o no, se presenta adverso para la candidata oficial? Vamos, aun en la hipótesis –imposible en México porque no se llevó adelante la reforma respectiva por la efusión del sectarismo partidista-, de una “segunda vuelta” electoral, Josefina Vázquez Mota quedaría relegada y aturdida... con todo y el frenético accionar de sus expertos en marketing político de exportación de cuya fidelidad dudamos.
La salida en pro de la continuidad es de tal modo denigrante y contraria a la ética democrática contemporánea, que la sola sugerencia puede dar lugar a descalificaciones a priori y luego a análisis a posteriori. ¿Cuál es? Anular los comicios federales, so pretexto de la violencia incontrolable y los posteriores conflictos poselectorales, para forzar a un interinato –con un panista como relevo de Calderón en diciembre-, cuya función principal sería convocar a nuevas elecciones, a la brevedad posible. Pero, si recordamos en antecedente de Guanajuato9, tras las interminables protestas de Fox en 1991, observaremos que el “interino”, Carlos Medina Plascencia, fruto de las negociaciones soterradas... se taró, nada menos, ¡cuatro años! para la convocatoria a nuevos comicios contrariando con ello el mandato de la ley superior.
Tal salida, desde luego, tendría que tomar en cuenta las reacciones de los grupos que se pensaran ganadores o pudieran acreditarlo, cada cual para su causa, sin instrumentación legal suficiente... como en 2006. Por supuesto, no se cruzarían de brazos y aplicarían sus propias fórmulas para superar la cruzada institucional, dirigida por el titular del Ejecutivo, e imponerse a cualquier costo. Para ello, incluso, cuentan con refuerzos non santos, cooptados a golpes de desviaciones millonarias. Por eso hay tantos cabos sueltos en los tres postulantes con posibilidades de obtener la victoria, aunque Josefina haya quedado atrás. Este panorama no puede ser más aterrador.
2.- Es obvio que Enrique Peña Nieto, quien optó por un tono y un lenguaje moderado –esto es para parecer presidente antes de serlo-, poco a poco, ha ido perturbándose y saliéndose de sus casillas, sobre todo después de la intriga de José Luis Ponce de Aquino respecto a los 56 mil millones de dólares supuestamente destinados a posicionar su imagen en los Estados Unidos y que cayó sobre su propio peso al evidenciarse una trama, nada sutil, para convertir al equipo de Peña Nieto en un puñado de seudo mafiosos repartiéndose un botín. No pondríamos las manos al fuego por ellos, pero es bastante improbable que se metieran en tal berenjenal sopesando cuanto está en juego... y menos si se ocupa la vanguardia de la justa.
El verdadero problema de los priístas y de Peña es cuanto se relaciona con los excesivos gastos de campaña, ya demostrados por sus adversarios, al subrayar que existen nueve mil espectaculares con la imagen del candidato por todo el país, con una erogación que superaría al límite impuesto por el IFE: cuarenta millones de pesos. Con tal bastaría para denunciar el ilícito ante el IFE e inhabilitar al candidato, aun en el caso de que resultase triunfador en los comicios federales. Este hecho ya es irreversible y no es sencillo que pueda vadearse con la característica habilidad de los operadores-arregladores.
Sin embargo, el equipo de Peña no está dormido en sus laureles y saldría a las calles a defender su victoria en caso de un arrebato extremo del IFE aunque esté dentro de la legalidad.
3.- ¿Y Andrés Manuel? Ya hemos hablado de sus más que posibles encuentros con los subversivos de las zonas de conflicto, por él recorridas de cabo a rabo, sin que se tengan noticias de cuáles fueron ls planes trazados y sus repercusiones después de la jornada electoral. El belicoso Andrés de 2006 no encendió la flama de la rebelión sino construyó su propio y rendidor martirologio; el de 2012 se dice amoroso pero no puede explicar por qué ha cooptado a lo peor del salinismo y cómo es que pasó por Oaxaca y Chiapas sin contaminarse con encuentros bilaterales. Sencillamente, no hay espacio suficiente para guarecerse en barricadas populares en las narices de quienes guardan mando territorial en las regiones de los guerrilleros y otros grupos delincuenciales con supuesta inclinación por las rutas sociales.
Para muchos, a diferencia d hace seis años, López Obrador estaría dispuesto a llegar a una asonada si se percibe ganador o la ventaja de quien ocupe el primer lugar sea tan cerrada que sea necesario hablar de un “empate técnico” con una salvedad: en esta ocasión, los órganos electorales –cuya autonomía quedó bastante desvencijada luego de la desaseada contienda de 2006-, deberán resolver entre dos candidatos ajenos a la administración federal en curso –cuando menos en apariencia-, lo que sería un buen pretexto para iniciar una larga querella posterior a la jornada del primero de julio. Ello significa un serio handicap para los aspirantes opositores enfrentados al establishment por obra y gracia de los operadores de la derecha en plan de “meter aguja para sacar barreta”. No hay manera más sencilla de explicarlo.
4.- En la misma línea, el despecho en las mujeres suele tener desgarradoras consecuencias; también en los hombres pero éstos actúan con las vísceras de fuera, por lo general. Si Josefina se siente traicionada o usada –como temo lo haya sido en los últimos días- condenará su propio papel de comparsa y actuará en consecuencia, negándose a aceptar, en la noche del primer de julio, que las “tendencias no le favorecen”. Al contrario, las pataletas serán de órdago mientras la bomba estalla en manos de Calderón quien, extrañamente, negoció con su colega de Colombia, Juan Manuel Santos, la retirada del general Óscar Naranjo, ex director de la Policía Nacional de Colombia, para luego ser reclutado ¡por Enrique Peña Nieto con los honores correspondientes!¿No es ésta una prueba contundente de lo que se ha negociado de manera soterrada entre Los Pinos y los aspirantes a habitar la residencia principal?
Tal, desde luego, no pasa desapercibido para Josefina cuyos nexos con Antonio Solá van más allá de lo puramente profesional.
Cuatro bombas están encendidas y sólo faltan unos días para saber si explotan.
Debate
El electorado teme a la violencia –quizá por ello se inhibe a quienes apuntan hacia la alternancia-, pero más a la extensión de la torpeza y la ausencia de gobierno que ha propiciado la administración de Calderón. El miedo, como factor político preponderante se impuso en 1994 tras el asesinato de Colosio; y, entre los panistas, el secuestro –no resuelto ni debidamente investigado- de Diego Fernández de Cevallos pareció, desde su origen, llevar dedicatoria. ¿Servirá para ello el arribo del policía colombiano Óscar Naranja, con fama de internacional en el poco agradable entorno de la represión contra la FARC?¿Esta es la lectura que puede desprenderse de la contratación que hizo de éste, el candidato priísta a la Presidencia? A estas alturas no plantearse estas interrogantes significa quedar, de hecho, bloqueado por las inducciones desde el poder. Cuidado con eso, amables lectores.
Faltan apenas nueve días para la jornada electoral. Y les asegura que la mayor parte se plantea, como varios colegas, que los cuatro aspirantes, y ya no sólo uno, son cuatro “peligros para México”, parafraseando la infeliz y dolorosa campaña negra de hace seis años, obra de los catalanes que arropan a Josefina y dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias en su aventura de “hacer presidentes” o presidenta, en este caso, sobre todo los obstáculos imaginables. De allí las intrigas que llueven por doquier para socavar a los adversarios. ¿Quién fabricó el escándalo de José Luis Ponce de Aquino y los 56 mil millones de dólares destinado a un renglón prohibido: la promoción en el exterior de un candidato mexicano?¿Y de dónde salieron los listados de deudas en las entidades, cuyos gobernadores están bajo amenaza, que modificaron severamente el rumbo de Peña Nieto? La logística de Andrés Manuel ha sido, sin duda, superior, por mucho, a la de sus rivales de contienda.
La Anécdota
Me llega por correo electrónico un análisis que no tiene desperdicio y que acaso refleje buena parte de la idiosincrasia de los mexicanos:
“Peña Nieto debió ser el candidato de los jóvenes y es odiado por éstos.
Josefina debió ser la candidata de las mujeres y éstas no la soportan.
Andrés Manuel es el candidato de los pen...., y le está yendo muy bien”.
A buen entendedor....
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx
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