lunes, 17 de septiembre de 2012

Ezra Shabot - Izquierda liberada

Ezra Shabot
Habiendo estado a un paso de ganar la presidencia de la república en el 2006, y remontando en 2012 la pérdida electoral de tres años atrás, la izquierda mexicana seguía atada a la dependencia política y existencial de un caudillo redentor, símbolo de un poder que parecía insustituible, pero que al mismo tiempo le impedía acceder a la silla presidencial. Surgida de la confluencia de dos corrientes políticas: el nacionalismo revolucionario priísta y la izquierda marxista en sus diversas facciones, la izquierda aglutinada en el Partido de la Revolución Democrática, no fue capaz de construir instituciones internas ajenas a la voluntad de sus caudillos. 

El padre fundador de este proyecto Cuauhtémoc Cárdenas, fue durante mucho tiempo el equivalente al presidente absoluto dentro del régimen priísta. El resolvía diferencias, establecía cuotas, y su voz era la última palabra a la hora de determinar candidaturas y nombramientos. Sus derrotas continuas en las elecciones de 1994 y 2000, acabaron con ese poder fundacional mismo que fue absorbido por otro caudillo que, al perfilarse como un candidato ganador para los comicios del 2006, se convirtió en el nuevo tlatoani con mayor poder incluso que el mismo Cárdenas. 




Así surge la figura de López Obrador, con un carácter avasallador capaz de llevar a su partido al triunfo más sonado, o al abismo más profundo ante la imposibilidad de éste de separarse del caudillo una vez perdida la brújula política e irse junto con él al precipicio político durante la elección del 2009. La dependencia del PRD con respecto a AMLO fue tal, que ni siquiera la posible candidatura exitosa de Marcelo Ebrard pudo desalentar las vanas aspiraciones de un caudillo que incluso había renegado de su propio partido durante todo el sexenio. La fuerza de López Obrador era real, capaz de recuperar parte del terreno perdido, producto de sus excesos retóricos y desprecios políticos, pero que al final del camino resultó insuficiente para llevarlo al triunfo electoral. 

Hoy la izquierda mexicana se debate entre el poder alcanzado en las elecciones en el Congreso y en la gubernaturas de los estados, y la descalificación institucional que los llevaría de nuevo al terreno de la marginalidad política, la violencia verbal y la imposibilidad de contar con interlocutores capaces de ejercer de manera eficiente el poder obtenido en las urnas. El abandono del PRD por parte del caudillo resuelve el problema de dos visiones confrontadas entre sí en una misma formación política, pero genera una nueva realidad al establecer claramente la competencia entre dos propuestas de izquierda diferentes. 

Una, con un proyecto socialdemócrata ahora sí con posibilidades de deslindarse de los radicalismos del populismo ideológico, y la otra ligada abiertamente a los postulados del nacionalismo revolucionario, caminando al borde de la ilegalidad, y desconociendo a todo gobierno e institución no sometida su visión del mundo. El interrogante ahora se centra en la posición que adoptarán los sectores ligados a AMLO dentro del PRD y las otras agrupaciones satélites como el PT y Movimiento Ciudadano. Al interior del partido del sol azteca, y específicamente en el Congreso, la considerable fuerza del sector lópezobradorista tendrá que tomar decisiones trascendentales. 

Mantenerse dentro del partido y tratar de alinearlo al movimiento de López Obrador, o aglutinarse en una fuerza nueva separada de la línea perredista que represente la competencia en torno a cuál sería el proyecto de la “verdadera izquierda”, es ahora el dilema que enfrentan los sectores afines al tabasqueño. Después de años de insistir que ambas propuestas eran compatibles dentro de un mismo partido, hoy queda claro que se trata de posturas irreconciliables en lo ideológico y lo estratégico, que tarde o temprano tendrían que confrontarse públicamente. 

Para el PRD, la hora de asumirse como un partido socialdemócrata moderno ha llegado, ya no hay más excusas ni pretextos. 

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/izquierda-liberada

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