miércoles, 26 de diciembre de 2012

Raymundo Riva Palacio - La batalla por la capital


Este miércoles las dos secretarias de Desarrollo Social más importantes del país, Rosario Robles del gobierno federal, y Rosa Icela Rodríguez, del gobierno del Distrito Federal, realizarán juntas un evento en la ciudad de México para lanzar un programa de apoyo a las clases más necesitadas en esta temporada invernal. No hay mucho más noble que atender a los más olvidados por la sociedad, aunque lo que está sucediendo no puede quedarse en la obviedad del momento, porque encierra una lucha política y electoral que aún no se alcanza a apreciar.

El programa que lanzarán conjuntamente es uno que ya inició el gobierno de Miguel Ángel Mancera en el Distrito Federal, llamado “La Ciudad Te Cobija”, por lo que no habría nada de nuevo en este lanzamiento salvo algo de extrema importancia política en el futuro mediato: la presencia del gobierno federal en la capital del país, después de dos sexenios y medio de gobiernos de izquierdas, cuyo cambio de actitud responde al objetivo estratégico del presidente Enrique Peña Nieto de quitarle al PRD su granero de votos en 2015.





Mancera y el PRD deberían tener razones de preocupación. Desde hace tres años el PRD ha ido perdiendo presencia en la capital, en buena medida por el desgaste natural del partido como gobierno, pero también por la pérdida de credibilidad como alternativa real de poder por la beligerancia del ex candidato presidencial y por el desprestigio de algunos de los líderes de facciones más poderosos, como René Bejarano y Dolores Padierna, que son percibidos como políticos de baja ralea vinculados a la corrupción.

La caída en peso electoral en el Distrito Federal contaminó sus bases de apoyo en el oriente de la ciudad de México y el estado de México, donde fueron barridos totalmente del mapa político en las elecciones para gobernador el año pasado . Sólo la debacle del PAN en las elecciones presidenciales inyectó oxígeno al PRD y le granjeó votos de castigo contra Peña Nieto a López Obrador, pero son apoyos prestados y efímeros si no se trabaja para mantenerlos.

Los resultados electorales le mostraron a Peña Nieto que la falta de una propuesta para las clases marginadas y los sectores de menor ingreso, lo hicieron perder en todos los estados con mayores necesidades, por lo que tras la elección elaboró una propuesta que incorporó las banderas de la izquierda. Una muestra esté en el Pacto por México, que el PRD estima que el 60% de su contenido, es parte del programa de la izquierda.

Peña Nieto no se ha dormido en su victoria. Desde la última campaña por la gubernatura en el estado de México se sumó a su trinchera una de las fracciones de mayor trabajo político de la izquierda, encabezada por René Arce y su hermano Víctor Hugo Círigo, que están formando un partido político con el apoyo del Presidente, y tienen como objetivo el Distrito Federal. La designación de Robles es una vuelta más a la tuerca. Si bien trabajó con Peña Nieto desde la primera parte de su gobierno en el estado de México, su designación es un desafío claro y abierto a la izquierda en la capital federal.

Robles tiene un largo trabajo político con grupos marginados, y en el primer gobierno de izquierda en la capital encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, fue secretaria de Desarrollo Social y después fue lo relevó cuando fue candidato presidencial. Robles saltó de la jefatura de gobierno a la presidencia del PRD, donde conoció a todas las tribus y grupos sociales de izquierda en el Distrito Federal, y mantiene relación con muchos de ellos.

Iniciar trabajos sociales en el Distrito Federal es arrancar un proceso político que tiene como primera aduana las elecciones federales intermedias en tres años. No parece casual que busque el gobierno federal coadyuvar en un programa social en el Distrito Federal, que coincide con la designación de Cuauhtémoc Gutiérrez al frente del PRI capitalino, quien después de que el PRD ganó las cinco mil secciones en las elecciones de 2006, recuperó el 20% para el PRI en 2009 y contribuyó para que Peña Nieto perdiera por menos diferencia ante López Obrador en esta ciudad.

El PRI tuvo una ligera recuperación en la capital durante las últimas elecciones, y le arrebató al PRD algunas zonas de la ciudad que tenía bajo control. La tendencia de las dos últimas elecciones perfila un avance adicional del PRI, que el PRD tendrá que atajar para evitar sorpresas en 2015. Una pérdida electoral del PRD en las próximas elecciones intermedias, aún cuando mantenga la mayoría, sería una derrota moral. Si a este escenario se le suma que para esas elecciones la izquierda posiblemente se presente dividida en dos partidos contra un PRI homogéneo, las probabilidades de que les vaya mal electoralmente son aún mayores.

Pero ni Robles, ni Arce, ni Círigo, ni el propio Gutiérrez, tendrán un día de campo. Rodríguez, la secretaria de Desarrollo Social no es una improvisada. Ha trabajado la parte social de la ciudad de México desde hace poco más de 12 años, y durante la primera parte del gobierno de López Obrador en el Distrito Federal, le organizó un sistema de inteligencia política, cuya información utilizaba diariamente. El trabajo con los sectores marginados sigue siendo, hasta ahora, patrimonio de la izquierda. Peña Nieto, su gabinete y el PRI tienen que luchar para arrebatárselo, pero ya comenzaron. Lo anunciaron, empezaron a instrumentarlo, y van a ejecutarlo. No hay nada secreto ni incierto, salvo que este bastión perredista que es su único sustento real de poder, es un manjar que ven sobre la mesa.



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