viernes, 21 de diciembre de 2012

Raymundo Riva Palacio -Señales para 2013

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Desde el 1 de diciembre, diversas organizaciones armadas han emitido seis comunicados. A una frecuencia de casi uno cada 72 horas donde llaman a la insurrección, han lanzado advertencias sobre los gobiernos de Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Mancera en el Distrito Federal, Rafael Moreno Valle en Puebla, Ángel Heladio Aguirre en Guerrero, y Rubén Moreira en Coahuila. En meses anteriores lo hicieron contra Fausto Vallejo en Michoacán, y entonces como ahora, hay comunes denominadores como la "imposición" de Peña Nieto en la Presidencia, y el apoyo a la rebelión estudiantil que inició en la campaña presidencial con el movimiento #YoSoy132.

Los enfrentamientos en las calles del Centro Histórico de la ciudad de México durante la toma de posesión oxigenó la protesta radical. En un comunicado el 9 de diciembre, el EPR subrayó las "diferentes expresiones de descontento", algunas encaminadas a organizar guerrillas como la suya, y otras en proceso de radicalización. El EPR saludó la evolución que tomó un sector de la sociedad, aún desconocido por cuanto a tamaño, al optar por la confrontación al poder establecido como la ruta. La guerrilla había diagnosticado lo que germinaba en la sociedad desde que comenzó el #YoSoy132, cuando en un comunicado del 21 de junio adelantó que tras el "fraude" electoral habría grupos que "quieran hacer una revolución".



Para ese entonces, el EPR ya tenía en marcha la consolidación de un frente de masas. Se puede argumentar que lo había venido construyendo todo el año, como lo reflejan los insólitos -por cantidad- 27 comunicados este año, dirigidos a sindicatos, organizaciones de derechos humanos, periodistas, madres, familiares de desaparecidos, y comunidades afectadas por la guerra contra el narcotráfico. Un primer botón fue la propaganda del EPR que encontró la policía en las escuelas de Nueva Jerusalén en agosto pasado, cuando la secta que controlaba la comunidad michoacana se opuso violentamente a un cambio en el plan de estudios. La segunda fueron los cuadros que se mezclaron con quienes el 1 de diciembre protestaron violentamente contra la Policía Federal en el Palacio Legislativo de San Lázaro, horas antes de que Peña Nieto rindiera protesta como Presidente.

Esa violencia, como anticipó el EPR, originó que aparecieran nuevos grupos guerrilleros, el Comando de Resistencia Urbana Saltillo y el Ejército Popular Magonista de Liberación Nacional, que han dado a conocer tres comunicados en lo que va del mes. Uno más, el Movimiento Anarquista Revolucionario Sanluisino apareció de manera informal, pero no ha dado a conocer públicamente ningún planteamiento. Hay escasa información sobre estas nuevas organizaciones, aunque una de ellas, la del Comando en Saltillo, se presentó como parte del EPR sin que esta guerrilla lo desmintiera. Entre las claves que todavía no encuentran lectura fácil, se encuentra otro comunicado, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, el martes pasado. "La real capacidad de un revolucionario se mide por el saber encontrar tácticas revolucionarias adecuadas en cada cambio de la situación", dijo el grupo, que es una escisión del EPR. "Para hacer frente a una situación dada, se requiere de la coordinación, articulación y desarrollo de los diferentes procesos de democratización y revolucionarios".

¿Qué están diciendo todos estos comunicados? Jorge Lofredo, quizás quien fuera de los servicios de inteligencia es quien más sabe sobre movimientos armados, dudó en el periódico El Sur de Acapulco el martes sobre un involucramiento directo del EPR con esos grupos, ante los altos riesgos para su seguridad interna. Sin embargo, apuntó: "Es probable que el EPR considere a estas situaciones como la ocasión propicia para el reclutamiento de nuevos y futuros miembros antes que de participación". La hipótesis refleja el tono de los comunicados, solidarios pero distantes, en el llamado a la insurrección. ¿Qué buscan? En varios de los últimos comunicados recordaron el aniversario de la caída de uno de sus fundadores –cuando era Partido Revolucionario Obrero Clandestino-Unión del Pueblo- el 10 de diciembre de 1974, Héctor Heladio Hernández Castillo, quien como Tiburcio Cruz Sánchez, jefe histórico del EPR, entró a la guerrilla durante la ola insurgente de los 70, cuando los estudiantes se radicalizaron tras la matanza de Tlatelolco de 1968 y la represión el Jueves de Corpus en 1971, ante lo que veían un poder autoritario e impuesto. Justo, en condiciones como a las que hoy en día también diagnostican.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa

Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104

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