sábado, 1 de diciembre de 2012

Vicente Fox Quesada - Que le vaya bien al presidente Peña Nieto


Hay que terminar con la guerra y alcanzar la paz! Menos sangre, más felicidad.
Existe un famoso proverbio de Confucio sobre cómo administrar un Estado: “Que el gobernante se comporte como gobernante, el súbdito como súbdito, el padre como padre y el hijo como hijo”; es decir, para que una sociedad funcione bien y en armonía cada cual debe cumplir con su papel en la sociedad. 
En ese sentido, Enrique Peña Nieto sabe que hay que comportarse como gobernante, que hay que poner la mirada al frente, que tiene como misión convencer a México y que tiene como mandato cumplir lo que ha prometido. 
Esperamos un líder con los pies en la tierra, con un liderazgo comprometido, plural e integrador que sume el esfuerzo y la energía de todos los mexicanos, incluyendo aquellos en el exterior. 
Que convoque al trabajo y a la unidad en la tarea colectiva de regresar a México al liderazgo mundial, al desarrollo incluyente y a derrotar la pobreza e ignorancia, igualando oportunidades para todos. 




En los próximos días se marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso de esta administración. El éxito se vislumbrará en la realización de un verdadero plan que incluya las aspiraciones de todos; en la integración de un equipo profesional, honesto, íntegro y comprometido; en un mensaje inicial sobrio, lleno de visión y motivación, que entusiasma y compromete, y en la ejecución inicial de los primeros 100 días que afirma el camino y determina que las cosas ocurrirán en tiempo y forma, demostrando que del dicho al hecho hay total congruencia. 
Es esperanzador que la nueva administración inicie, por fin, con la aprobación de reformas. Para empezar lleva dos éxitos: la aprobación de la reforma laboral, que dará un buen impulso al crecimiento económico y la creación de empleos, y la propuesta de reforma administrativa que fortalecerá el aparato gubernamental hacia la eficacia para hacer más con menos. Queda pendiente realizar, a la brevedad, las reformas fiscal, energética y educativa. 
El gabinete exterior tendrá que recuperar la imagen y prestigio de México, tan dañada por esta guerra inútil, sin sentido y sin plan. En breve en el mundo se debe percibir y sentir la grandiosidad de nuestra nación. 
Para poder atraer las inversiones extranjeras y el turismo que hemos perdido durante el pasado sexenio, ¡hay que terminar con la guerra y alcanzar la paz! Menos sangre, más felicidad. 
El gabinete del interior del presidente Peña, con inteligencia, estrategia, información y tecnología, debe regresar la paz a las calles, pueblos y ciudades en todo el territorio nacional. Debe construir un escenario de paz, donde cada mexicano dé su mayor rendimiento y alcance sus metas y plan de vida, colaborando así al bienestar de la nación. 
Hay que encontrar el eslabón perdido de la justicia, el respeto a los derechos humanos y el debido proceso jurídico a que todo mexicano tiene derecho. 
Nuestro País debe ver de regreso a sus estudiantes y jóvenes que se han ido a buscar refugio fuera de México impulsados por una beca o un empleo. Se debe recuperar a los empresarios que han huido de la violencia. A ambos tenemos que rescatar. 
El gabinete económico está obligado a conservar estabilidad, disciplina y confianza, pero, primordialmente, a encontrar el sendero del crecimiento económico, los empleos y el bienestar general. Sólo generando riqueza y distribuyéndola se derrota la pobreza. 
El gabinete social tiene una tarea delicada, apremiante e irrenunciable que es lograr equidad, inclusión e igualdad de oportunidades. Tendrá que energizar poderosas políticas sociales, que sumadas a efectivas políticas económicas, nos acercarán al bienestar generalizado. 
Creo en el liderazgo, la acción y el cambio de las personas. Creo en la unión de todos para hacer camino en un solo sentido y bajo una sola dirección: México. 
Las ideologías partidistas y los dogmas excluyentes dividen y debilitan. Hoy se requiere un verdadero pragmatismo al gobernar para dar al pueblo lo que necesita y demanda: prosperidad y desarrollo. 
Avancemos a una democracia efectiva, garanticemos todas las libertades. Dejemos a un lado la división, la diatriba, la acusatoria y el conflicto. Que el congreso, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, los partidos políticos y la propia sociedad civil se comporten conforme el papel que les corresponde. 
Todos y todas debemos ser voz, ojos, oídos de un vigilante de la democracia. Ahora todos y todas debemos convertirnos en garantes del cumplimiento de los compromisos del presidente. Ahora todos y todas aseguremos que Peña se comporte como gobernante y que pondere al ciudadano y su bienestar como eje de sus acciones. Todos y todas queremos, ahora y siempre, un México fuerte, un México próspero, un México seguro, un México exitoso. 
Si le va bien a Enrique Peña Nieto, le va bien a México. ¡Sumémonos! Seamos parte de la victoria y no fracción de la derrota. México nos llama. ¡Sumémonos! 
Vicente Fox Quesada 

Leído en http://www.vanguardia.com.mx/quelevayabienalpresidentepenanieto-1429041-columna.html

¡Cuanta razón tuviste Chente, "Me van a extrañar", tu bien sabías quién era Sir Felipe!

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