miércoles, 9 de enero de 2013

Ricardo Alemán - En el circo de Mancera; ¡Los perros asesinos!

Como si se tratara de una mala broma, de un chiste a costillas del gobierno del Distrito Federal o, de plano, como si el señor Miguel Ángel Mancera quisiera convertir en circo su gobierno, ahora resulta que en Iztapalapa existe una jauría que mata personas.

Y es que pareciera que gracias a una asombrosa mutación de los tiempos del cambio climático –mala copia del clásico de Kafka, La Metamorfósis– resulta que sarnosos perros callejeros de Iztapalapa se habrían convertido en feroces Bull Terrier o Tosa Japonés –perros prohibidos por su ferocidad– capaces “de comerse viva a la gente” que deambula por los parajes del Cerro de la Estrella.

Y frente a esa mutación asombrosa, el señor Mancera y sus muchachos se dieron a la tarea de llevar a cabo una grosera razzia de perros pulguientos y famélicos, a los que han convertido en “presuntos culpables” de la raza canina y que, según el genial engañabobos jefe de la policía del DF, Jesús Rodríguez Almeida, son culpables de matar y comerse vivos a seis ciudadanos.




¿De verdad el señor Mancera, su probadamente ineficaz jefe de policía y sus asesores, creen que es creíble el cuento de la jauría matahombres? ¿En serio creen que pueden engañar a la sociedad de la capital del país con ese cuento? ¿De verdad creen que pueden suplir su ineficacia con esa pesada rueda de molino?

Alguien sensato, con un poco de sentido común y una pizca de conocimientos en biología –ya no diga un experto en perros, como César Millán– debiera explicarle a Miguel Mancera las escasas probabilidades de que en Iztapalapa se haya gestado una jauría mata humanos.

Y es que salvo que se trate de perros entrenados para matar, de los conocidos como “perros de ataque” o, en el extremo, de razas conocidas por su bravura como los Bull Terrier, Tosa japonés, Dogo argentino o Fila brasileño –características que no tiene ninguno de los pulguientos animales capturados en el cerro de la Estrella– es imposible que por generación espontánea y de la noche a la mañana se haya producido la mutación de perros callejeros y/o domésticos, convertidos repentinamente en furiosa jauría que ataca hasta la muerte a seres humanos.

Sin duda que existen perros capaces de atacar y matar a un ser humano, pero también es cierto que una condición para ello es que se trate de razas cuyas características genéticas, agresividad y entrenamiento son propicias para ello. Sin embargo, es de risa loca que los 25 famélicos “presuntos responsables” capturados por los muchachos de Mancera sean capaces siquiera de comerse vivo un ratón.

También es cierto que los perros muerden –en el DF por año se reportan entre 16 y 18 mil personas mordidas por perros– pero en la mayoría de los casos la mordida de un perro es en respuesta a una agresión al animal. Una reciente estadística realizada en Estados Unidos revela, por ejemplo, que en ese país se reporta un promedio de 26 muertes anuales a causa de atasques de perro. El 77% de los ataques son a dueños o a amigos del dueño del perro. Y el 50 % de los ataques ocurren en la casa del atacado.

Lo cierto es que son muchos los indicios de que los muchachos de Mancera –en especial el poco eficiente Jesús Rodríguez Almeida– pretenden convertir en circo la seguridad y la impartición de justicia en la capital del país. Y seguramente creen que los ciudadanos son idiotas para tragarse el cuento de los perros asesinos.

Y claro, nomás falta que la ALDF cambie la ley que aprobó recientemente –que castiga con cárcel al ciudadano que se atreva a patear a un perro– porque la nueva realidad dictada por el gobierno del Distrito Federal revela que la raza canina sufrió una peligrosa mutación que convierte a los perros en asesinos de humanos. Y claro, hoy van a la cárcel los perros. ¡Chulada de gobernantes y legisladores de izquierda!. ¿Qué no?

EN EL CAMINO

Por cierto, muy pocos se han percatado que en la nueva Ley Laboral los legisladores aprobaron un cambio radical en el pago de indemnización a la familia de un ciudadano atropellado y muerto. Hasta antes de la reforma, un ciudadano muerto en accidente vial “costaba” no más de 50 mil pesos. Hoy, el costo para el responsable y/o su aseguradora será de casi cuatro millones de pesos. ¿Qué significa eso? Que el costo del seguro de automóvil se disparara a las nubes… Podrán decir misa, pero colocar al ex gobernador de Oaxaca, José Murat, como coordinador ejecutivo del Pacto por México, es la peor señal que envían el PRI y el gobierno de Peña Nieto. Es como dejar la iglesia en manos de Lutero… ¿Y cuantos alcaldes pararán en la cárcel, si no habrá rescate?

Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/en-el-circo-de-mancera-los-perros-asesinos-1357717530
Siempre al perro más flaco se le tupen las pulgas

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