O P I N I Ó N
R I C A R D O A L E M Á N
Itinerario político
Gobierno ratero
Por mandato de ley –y por civilidad política elemental–, el Gobernador saliente de Tabasco, Andrés Granier, debió acudir a la sesión de Congreso estatal –convocada para las 10:00 horas del 31 de diciembre de 2012–, en la que rendiría protesta como sucesor y nuevo Gobernador, Arturo Núñez.
Sin embargo, la noche del domingo 30 de diciembre, de manera sigilosa –y según él al amparo del alba–, el señor Andrés Granier en persona dispuso una operación de fuga que, en los primeros minutos del lunes 31, ya lo habían trasladado a uno de los barrios más lujosos de Miami en donde, según la voz popular tabasqueña, "tiene su castillo".
En las horas siguientes a la "fuga" de "El Químico" –como motejaron los tabasqueños al Gobernador saliente–, los detalles de la huida ya eran parte de la picaresca del trópico húmedo mexicano. Que sí llevó consigo maletas repletas de dinero, que sí cargó hasta con el perico, que sí dejó abandonados a tal o cual pariente incómodo...
Lo cierto es que para el tabasqueño de la calle –el de a pie–, la sola referencia del Gobernador Granier –al que aclamaron hace seis años como el prohombre capaz de salvar al estado–, les provoca una suerte de acto reflejo que explica la tragedia sexenal que dejó en Tabasco el último gobierno emanado del PRI. Sueltan sin más: "Pinche gobierno ratero".
Y los tabasqueños de a pie tienen toda la razón. Y es que el señor Andrés Granier –un político improvisado que llegó al poder gracias a las fracturas del PRI–, resultó ser no solo uno de los peores gobernadores de Tabasco sino un pillo de siete suelas que, junto con su claque familiar y con un sector del PRI estatal, robaron a manos llenas, depredaron el estado y, al final, se asustaron de la reacción social y de una eventual persecución legal.
Por eso, por el susto y el miedo, el Gobernador Granier tiró la toalla y salió huyendo a Miami, en tanto que abandonaron el estado parientes, amigos y colaboradores que ayudaron a robar a lo largo de seis años. El último saqueo fue en el Sector Salud, al que debió rescatar con cientos de millones de pesos el Gobierno estatal. Pero la gran estafa hoy es una deuda de 10 mil millones de pesos que deja Granier, quien recibió el estado con una deuda de sólo 400 millones de pesos.
Acaso por eso, en su mensaje de protesta como nuevo Gobernador, el ex priista y hoy perredista –a quien apoyó toda la izquierda mexicana–, Arturo Núñez, dijo que en las arcas estatales encontró "cero pesos y cero centavos". Por eso, advirtió que en su Gobierno sería castigado todo aquel que haya violentado el Estado de Derecho.
Pero fue más allá y prometió que, por mandato de ley, por congruencia y porque obliga el desagravio de un pueblo profundamente lastimado, "no encubriré a nadie haciéndome cómplice de quien haya hecho privados los recursos públicos de los tabasqueños. A esos no les espera el disfrute de rentas mal habidas; les espera todo el peso de la ley".
El mensaje y la promesa de justicia cayeron como un bálsamo para los tabasqueños que con su voto –el pasado 1 de julio–, terminaron con 83 años de gobiernos formales del PRI. ¿Y por qué es el fin de los gobiernos formales del PRI? Porque les guste o no a los tabasqueños, en esa entidad no hay más partido que el PRI; solo que unos priistas se visten de tricolores, otros de amarillos y los menos de azul. Los partidos son trincheras para dirimir las peleas entre el mismo PRI.
Lo cierto es que Arturo Núñez es uno de los políticos tabasqueños más experimentados, de mayor trayectoria, solidez política y solvencia moral y ética. Y justo por todas esas cualidades, el grupo político de Roberto Madrazo siempre le cerró el paso al gobierno estatal. Al final, Arturo Núñez abandonó el PRI, se afilió al PRD y desde esa plataforma llegó al Gobierno estatal. Y el tamaño de la crisis que vive Tabasco es del tamaño del reto que enfrenta Arturo Núñez, quien tiene todo para convertirse en uno de los grandes gobernadores de la historia de Tabasco. La pregunta es si tendrá las agallas.
Por lo pronto, afloró su genética del PRI. Sin telarañas en la cabeza, lo mismo dijo que su triunfo también era de AMLO, que reconoció como legítimo el Gobierno de Enrique Peña –al que elogió abiertamente–, y sin reservas se sumó al Pacto por México y a la Reforma Educativa. Sí, en Tabasco terminó la pesadilla. ¿Pero cuántos Andrés Granier siguen robando?
En el camino
Lo cierto es que Granier es un "ratoncito" en la fiesta del gato. En Michoacán, el perredista Leonel Godoy se robó 40 mil millones de pesos. Y en Sonora, se prendieron los focos rojos con el panista Padrés, pillo de siete suelas que roba a manos llenas. Al tiempo.
Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104
Insisto, todos los partiditos son cuña del mismo palo, la corrupción, se debe transitar de una cleptocracia a una democracia.
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