Miriam Posada García - Tablets y smartphones en la cama, versión moderna de ménage à trois

Los triángulos amorosos y la rivalidades se han vuelto una constante en el mundo moderno. La competencia no es precisamente contra otro ser humano, sino contra un dispositivo móvil; entre los jóvenes y especialmente, contra las tablets, de acuerdo con una encuesta de la empresas suiza de tecnología Logitech.

Los resultados obtenidos al encuestar a 2 mil jóvenes estadunidenses, franceses, alemanes y e ingleses reveló que la ménage à trois es prácticamente inevitable, debido a que 93 por ciento usan su iPad en la cama; 43 por ciento estarían igual de tristes, si se rompiera su tablet o terminaran una relación amorosa; 74 por ciento dijeron que el uso del iPad es adecuado después de tener relaciones; 21 por ciento admitieron haber dañado su tablet o su smartphone mientras intimaban, y la mayoría dijeron sentir que algunos de esos aparatos son como su otra mitad.


Los reclamos entre parejas ya no son sólo por el control de la televisión, la transmisión de un clásico de futbol o del Supertazón. Tampoco se limitan a que uno de los enamorados se la pase chateando, respondiendo correos electrónicos o pendiente de la información a la hora de la comida.
La rivalidad entre los humanos y los dispositivos electrónicos móviles se trasladó hasta el lecho amoroso que ya no comparten dos, sino tres o tal vez más.



De acuerdo con la encuesta aplicada por Logitech entre 2 mil solteros adultos de cuatro países –500 por país– los usuarios de dispositivos electrónicos móviles se sienten tan conectados con sus aparatos como con sus parejas, y algunos incluso prefieren despertar y estar acompañados por un iPad que por la persona con quien compartieron la cama la noche previa.

La encuesta fue realizada para vestir la promoción de su producto Ultrahin Keyboard, una cubierta de pantalla ultradelgada para el iPad 2 y nuevas generaciones a las que llaman la otra mitad de tu iPad; para sorpresa de la empresa, descubrieron que los encuestados practican triángulos amorosos en los que el apego puede ser igual e incluso un poco mayor por el aparato que por el ser humano en cuestión.

Logitech señaló que la información resultó reveladora acerca del amor que los usuarios de tablets sientes por su otra mitad y por sus celulares, ya que 45 por ciento de los 500 franceses encuestados dijeron que se sentirían igual o más disgustados si se rompiese su iPad que si se terminara su relación; lo mismo contestaron 43 por ciento de estadunidenses, y 35 por ciento de ingleses. Sólo los alemanes se inclinaron más por el calor humano, ya que sólo 27 por ciento dijeron que se sentirían igual o más disgustados si se rompiese su iPad.

La empresa de tecnología encontró que “el amor que tenemos por nuestra tablet no tiene límites”, porque compite con el cuidado y el tiempo que compartimos con las parejas. “Noventa y tres por ciento de usuarios solteros en Estados Unidos usan tablets en la cama. Veintiuno por ciento admiten haber dañado sus iPads o celulares al estar intimando. Casi tres cuartas partes, 74 por ciento, piensan que es correcto tomar su iPad después de haber tenido relaciones, mientras sólo 13 por ciento esperarían hasta que su pareja estuviese dormida para tomar en sus manos su querida tablet”.

Entre las mujeres, el sueño romántico de despertar con el amado pasó a mejor vida. Cuarenta y ocho por ciento de las encuestadas dijeron que preferían pasar la mañana siguiente con su iPad que con su cita de la noche anterior; los hombres opinaron lo mismo, pero en 25 por ciento de los casos.

Las respuestas de los encuestados estadunidenses revelaron que 28 por ciento de las mujeres se sienten más seguras en una cita que en el manejo de un iPad, pero 53 por ciento de los hombres dijeron que manejan mejor una pantalla que una cita; 81 por ciento de ellos reconocieron que cometen más errores en sus mensajes de texto que en su desempeño en el lecho.
La competencia es dura. Los tiempos en que después de hacer el amor se prendía un cigarrillo o se soltaba un romántico ronquido definitivamente quedaron atrás.