viernes, 15 de febrero de 2013

Pablo Hiriart - Lozano y los verdaderos panistas


Con el lenguaje de López Obrador, Javier Lozano busca forjarse una imagen de panista duro. Le pidió al ex presidente Fox que se “callara la boca”.
Algo similar, pues, a decirle “cállate chachalaca”.

Similar, no igual, porque López Obrador se lo dijo a un Presidente en funciones y Lozano se lo dice a lo que Hemingway llamaría “un león muerto”.





Vicente Fox es ahora el villano de algunos panistas, a quienes llevó a Los Pinos en 2000. Y el fuego contra él es pesado.

“No tiene ni la más mínima autoridad moral para darnos algún tipo de recomendación a los verdaderos panistas”, dijo ayer el senador Javier Lozano Alarcón.

Si la memoria no me falla, cuando el PAN luchaba por sacar al PRI de Los Pinos, Lozano estaba en el PRI.
Así es que eso de “los verdaderos panistas” es toda una novedad. Discutible, por cierto.
El día histórico en que el PAN ganó la Presidencia de la República con Vicente Fox a la cabeza, ese día Javier Lozano era derrotado como candidato del PRI a la Cámara de Diputados.

Ni modo, Lozano no pudo llegar a San Lázaro porque su partido, el PRI, había sido barrido por la ola que demandaba la alternancia en el Poder Ejecutivo federal después de 70 años de un solo partido en la Presidencia.

Ganó el partido de Fox y perdió el de Lozano.

Entonces, ¿cómo está eso de que Vicente Fox “no tiene autoridad moral para hacernos recomendaciones a los verdaderos panistas”?

Fox nos puede caer bien o mal, pésimo tal vez, pero la historia no se puede borrar con declaraciones estridentes. El cobre del oportunismo aparece de inmediato.

La declaración que provocó la (en mi opinión, fingida) ira del senador Lozano, es en contra de las alianzas de su partido, el PAN, con el PRD.

Se trata de una opinión respetable, equivocada o no, pero respetable viniendo de quien viene. Y porque cualquier mexicano tiene derecho a opinar.

Para Lozano “sería deseable que el señor se callara la boca”.

Ese lenguaje no se lo había oído jamás a un panista. Y menos a un panista con poder, como es un senador de la República. “Que se calle la boca”, ¿es el lenguaje de “nosotros los verdaderos panistas”?
Fox, como Presidente, hizo todo lo que estuvo a su alcance para dejar a un panista sentado en la silla presidencial en 2006. No es un traidor.

Gobernadores priistas también pusieron lo suyo para que ganara Felipe Calderón y no López Obrador.
Eso no los convirtió en traidores. Aunque privilegiar el voto a favor del PAN haya dejado sin diputación al priista Javier Lozano.



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