sábado, 27 de abril de 2013

Jaime Sánchez Susarrey - A la voz de ya

Si el Pacto por México se fractura, el presidente Peña y el PRI se enfrentarán a un panorama complicado. Porque sería muy difícil reconstituir una alianza para avanzar en las reformas pendientes

1. A confesión de parte, relevo de pruebas, reza la vieja sentencia jurídica. Enumero:

Gustavo Madero: "El PAN con su forma de hacer gobierno no ha ganado batallas contra el autoritarismo y el corporativismo, al contrario, se ha llegado a mimetizar".

Cecilia Romero, secretaria general de Acción Nacional: "El PAN se asimiló mucho al PRI... Hubo una mimetización, sobre todo donde fuimos gobierno, del panista, a las formas del ser del PRI".

Carlos Medina Plascencia, ex gobernador de Guanajuato: "Hay mucha orientación de los miembros hacia un sistema clientelar, de chambismo, de cuotas, de intereses personales más que hacia el interés común y de la sociedad".



2. Todo el mundo sabe que el PRD es el emperador del clientelismo y corporativismo en la Ciudad de México. Baste enumerar las organizaciones de ambulantes, los taxis piratas o los movimientos que invaden predios y demandan vivienda. Todos ellos cobijados e impulsados por la corriente de René Bejarano-Dolores Padierna.

Y eso sin mencio- nar la "generosidad" de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal -controlada por el PRD- que reformó, ex profeso, el código penal para liberar a los inculpados de los disturbios y destrozos del pasado 1o. de diciembre en la Ciudad de México.

3. Todo el mundo sabe que en el pasado, bajo el priato, los programas sociales se utilizaron con fines electorales. Pero también es cierto que las sucesivas reformas electorales han acotado y sancionado el uso indebido de los recursos públicos, ya sea por financiar actividades partidistas o por condicionar su asignación al voto por un candidato o partido.

4. En suma, en materia de clientelismo y corporativismo nadie está libre de pecado ni puede tirar la primera piedra. Además que la legislación vigente contiene procedimientos y sanciones para quienes utilicen indebidamente los recursos públicos.

5. Todo el mundo recuerda que Manlio Fabio Beltrones, entonces senador, condicionó la reforma fiscal, que promovía Felipe Calderón, a la aprobación de la reforma electoral. El presidente de la República y el PAN se doblegaron ante esa exigencia. Pésimo negocio: valores y principios democráticos a cambio de una pírrica miscelánea fiscal. Amén que la contrarreforma lesionó el derecho a la libertad de expresión.

6. Todo el mundo se da cuenta que lo peor que podría pasar es que los papeles se invirtieran, es decir, que el PAN se comportara como el PRI, cuando el PRI fue oposición. Por otra parte, también es obvio que el presidente Peña hace llamados, como los que en su momento hicieron Fox y Calderón, para que las oposiciones levanten la mira y aprueben las reformas necesarias.

7. El Pacto por México fue una sorpresa. Pasmó a tirios y troyanos. No sólo eso. Constituyó una herejía para los principios generales de la "ciencia política". La convergencia y el consenso de las tres grandes fuerzas (derecha, centro e izquierda) desafiaban la ley de gravedad. El sentido común y la experiencia histórica parecían condenar el ensayo al fracaso. Pero el Pacto por México ha funcionado bien.

8. Sin embargo, las tensiones y contradicciones han em- pezado a aflorar. La exigencia del PRD de someter a juicio político a la secretaria de Desarrollo Social es parte de esa dinámica. Como también lo es el manotazo de Gustavo Madero y la amenaza de que Acción Nacional se retiraría del Pacto por México.

9. No es casual que todo ocurra en tiempos electorales. Se puede incluso anticipar que si los resultados del 7 de julio son adversos para el PAN y el PRD, las cosas se complicarán irremediablemente. No sólo porque procesar una derrota nunca es fácil, sino por las pugnas y ajustes de cuentas internos. Los disidentes pensarán, y no les faltará razón, que el momento perfecto para cortar cabezas será el día después de la elección.

10. Para la corriente maderista, el peor de los escenarios sería perder Baja California, estado insignia de Acción Nacional, donde arrancó la alternancia y donde los panistas no han sufrido una derrota desde 1989. Enjaretarle a Gustavo Madero la responsabilidad de ese -eventual- descalabro es y será una desmesura. Pero la desmesura y la demagogia, ya se sabe, son ingredientes naturales de la política.

11. Paralelo a esa dinámica, existe un hecho incontrovertible: las oposiciones tienen agarrado del cuello al gobierno de la República. Si el Pacto por México se fractura, por la razón que sea, el presidente Peña y el PRI se enfrentarán a un panorama desolador y muy complicado. Porque sería muy difícil que lograran reconstituir una alianza para avanzar en las reformas pendientes -energética y fiscal-, que son también las más espinosas -por los costos que representan y por las diferencias ideológicas que suponen.

12. Por eso cuesta entender la pifia que cometió Peña Nieto al darle un espaldarazo a la secretaria de Desarrollo Social y desestimar las críticas y las denuncias del PAN y del PRD. La inmediata rectificación logró reparar el entuerto, pero también muestra que el gobierno está contra la pared. Cualquier acto o dicho que lastime -con razón o sin razón- a las oposiciones tiene un altísimo costo político y conlleva un riesgo imposible de correr.

13. Todo esto confirma que el Pacto por México ha sido y es una estrategia muy audaz, pero está cimentada en terreno fangoso. El edificio se puede colapsar a la menor provocación. Sería prudente, en consecuencia, que en el Pacto por México se trabajara, a la voz de ya, en una reforma del régimen político que diseñe mecanismos de gobiernos de coalición o de mayorías estables. Mientras ello no ocurra, los acuerdos para gobernar y reformar entre las principales fuerzas políticas serán frágiles.

Leído en http://noticias.terra.com.mx/mexico/politica/jaime-sanchez-susarrey-a-la-voz-de-ya,29a6fe52bcb4e310VgnVCM20000099cceb0aRCRD.html

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