jueves, 2 de mayo de 2013

3, 2, 1... ¡Tijuana digital! - Purificación Carpinteyro

Al Senado apenas y le dio tiempo para aprobar la última modificación a las reformas constitucionales en materia de competencia económica, telecomunicaciones y radiodifusión, reeditada por la Cámara de Diputados el viernes pasado, y el Congreso entró en receso. Tocará ahora su periplo por los estados y una vez que 17 legislaturas la hayan aprobado, el Ejecutivo procederá a su promulgación.

Aún no es posible cantar victoria, pero indudablemente ya superamos las peores batallas y posiblemente en dos meses podremos celebrar el comienzo de una nueva era para la competencia en este país. Y no sólo en telecomunicaciones y radiodifusión, sino en todos los sectores de la economía en los que la concentración de mercado en un grupo privado ha impedido que las pequeñas y medianas empresas puedan representar una verdadera alternativa para el consumidor. Las reformas constitucionales son de tal alcance que la prensa y la opinión pública, en general, se refieren a ellas como de telecomunicaciones. Eso es ya suficiente, pero su trascendencia y alcances son mucho más.



Por lo pronto será necesario trabajar en una nueva ley de competencia económica para normar las facultades de regular mercados y establecer reglas asimétricas en aquellos en los que exista concentración, con independencia de decisiones preexistentes que hubiesen sancionado prácticas anticompetitivas por parte de los actores dominantes. Es decir, sentar las reglas para ejercer sus nuevas atribuciones que le obligan a investigar los mercados de todos los sectores de la economía nacional y a actuar sobre ellos, transformando su estructura, infiriendo directamente en los concentradores sobre insumos esenciales para los mercados secundarios de innumerables bienes y servicios. Esto sin contar con las modificaciones al Código Penal Federal "que castiguen severamente prácticas monopólicas y fenómenos de concentración" -reforma al artículo 28 constitucional dixit.

Obvio que también deberá prepararse la nueva ley que regule los mercados de telecomunicaciones y radiodifusión, sin pasar por alto la necesidad de que se constituyan los nuevos organismos autónomos con integrantes designados de conformidad con las fórmulas previstas en las reformas.

Pero afortunadamente hay aspectos de las reformas que son autoaplicativos y, una vez promulgada la reforma, tendrán carácter constitucional y serán aplicables sin necesidad de más discusión. Uno de ellos es la ratificación para la transición digital que deberá concluirse a más tardar el 31 de diciembre de 2015.

Y aunque el llamado "apagón digital" inició su curso con el decreto expedido por el presidente Calderón el 2 de septiembre de 2010, tuvo que enfrentar obstáculo tras obstáculo, incluyendo la resolución de las controversias constitucionales presentadas por ambas Cámaras en la anterior legislatura, para las que obtuvieron la suspensión por parte de la Suprema Corte de Justicia; las prohibiciones expresas para que en los presupuestos de egresos de la federación de 2010 y 2011 no se contemplasen recursos en todas aquellas regiones en las que fueren a realizarse comicios locales y federales; además de una decena de amparos y juicios de nulidad presentados por las televisoras o filiales de las mismas, hasta ahora dictaminados a favor de la Comisión Federal de Telecomunicaciones.

Pues bien, con la corriente en contra y sin mayores apoyos, del 11 de diciembre de 2012 al 12 de marzo de este año, "la Cofetel puso en marcha un programa piloto en Tijuana para instalar gratuitamente decodificadores y/o antenas en los hogares de bajos recursos que dependen únicamente de las señales abiertas para recibir el servicio de televisión", para elevar la penetración de la televisión digital terrestre (TDT) y realizar el primer apagón analógico del país, para lo que se requiere -de acuerdo a las reglas vigentes-, que al menos 90 por ciento de los hogares cuenten con la capacidad de recibir las señales digitales en sus televisiones.

Pese a la incredulidad generalizada, el programa piloto ejecutado por Cofetel superó expectativas y en apenas un año -de abril de 2012 a abril de 2013-, la penetración de TDT en los hogares que dependen de la televisión abierta en Tijuana subió de 3.4 por ciento a 93.08 por ciento. Así que para el malestar generalizado de todos aquellos que apostaron por lo contrario, tengo que avisarles que paguen sus apuestas porque el viernes pasado el pleno de la Cofetel determinó proceder a concretar el apagón analógico en esa ciudad el día 28 de este mes, haciendo de Tijuana la primera ciudad del país y de América Latina en la que se transita a la TDT.

¡Felicidades, Tijuana! ¡Buen trabajo, Cofetel!

Fuente: Reforma

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