Dos historias de Dragones
(Cuentos chinos)
Al señor Ye le gustaban tanto los dragones que los tenía pintados o tallados por toda la casa. Cuando se enteró de ello el verdadero Dragón de los cielos, voló a la tierra y metió su cabeza por la puerta de la casa del señor Ye, y la cola por una de las ventanas. Cuando el señor Ye lo vio, huyó asustado y casi se volvió loco. Lo cual demuestra que el señor Ye, en realidad, no amaba tanto a los dragones, sólo le gustaba aquello que se le parecía, pero en ningún caso el auténtico dragón.
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Chu Ping fue a Chili Yi para aprender a matar dragones. Estudió tres años y gastó casi toda su fortuna hasta conocer a fondo la materia. Pero había tan pocos dragones en el mundo que Chu no encontró jamás dónde practicar su arte.
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