domingo, 16 de junio de 2013

El decálogo de la vergüenza - Ricardo Alemán

La siguiente es una selección de perlas que debieran avergonzar no sólo a la democracia mexicana y a los que se dicen demócratas, sino a políticos, gobernantes y, en general, a la clase política toda. Y es que se trata de la confirmación de que en la política mexicana muchas cosas están podridas.

1) Dice el ex gobernador Andrés Granier —a través de sus abogados— que la orden de arraigo ejecutada por la PGR en su contra “fue una celada”. Ahora resulta que para el jefe de la pandilla que saqueó el dinero público de Tabasco, aplicar la ley es “una trampa”. Con esa lógica, si mañana se decreta congelar sus cuentas y las de su pandilla, seguro argumentará que se trató “de un asalto”. No, la verdadera celada es la del ex mandatario priísta de Tabasco que intentó negociar la aplicación de la ley a cambio de espejitos. Cuando no salió el tiro, se dijo enfermo. Y no será por mucho tiempo, ya que Arturo Núñez se juega su
paso a la historia y el caso Granier bien vale una reforma.

2) En la Suprema Corte el hedor ya es insoportable.








Algo apesta cuando
reputados ministros amparan no sólo a un asesino confeso sino a un
probado narcomenudista y cuando niegan el amparo a un empleado bancario
al que en su empresa discriminan por ser portador de VIH. El asunto no
es menor, sobre todo una vez que quedó probado —con el escándalo Cassez—
que la justicia tiene precio y que los ministros votan a modo. Peor,
cuando el ministro Góngora Pimentel exhibe de qué están hechos algunos
juzgadores. ¿Cuántos de los que hoy “imparten justicia” en la SCJN son
iguales o peores que Góngora?

3) Líderes venales de la CNTE ordenan plantones, vandalismo y bloqueo de
carreteros para mantener sus privilegios y prebendas. Y cuando ocurre un
accidente como el que se produjo durante la semana en Michoacán —un
camión cargado con 60 toneladas de chapopote y sin frenos arrastró la
caseta de peaje y mató a siete maestros— los líderes venales ordenan
vandalismo, plantones y bloqueo de carreteras, porque dicen que “el
gobierno” mató a sus compañeros. Queda claro, los dueños de la CNTE ya
no sólo comandan grupos de secuestradores, sino que ahora asesinan a sus
compañeros. ¿Y la educación, y los miles de niños sin clases, y el
futuro de millones de niños pobres condenados a la ignorancia? A nadie
importa.

4) Un puñado de vándalos financiados y protegidos política, económica y
jurídicamente por la mafia Bejarano-Padierna volvió a lo suyo: el
vandalismo durante la conmemoración del halconazo de 1971. Apalearon a
policías, intentaron matarlos y cuando fueron detenidos acusaron al
gobierno de represor. A su vez, sus patrocinadores los victimizaron al
pregonar que son presos políticos, en tanto los sectores duros de “las
izquierdas” —AMLO y Batres— acusaron a Peña Nieto de iniciar una campaña
contra el gobierno de Miguel Mancera. Y si no es suficiente para desatar
la risa loca, diputados bejaranistas de la ALDF se alistaban ayer a
pagar la fianza de los vándalos que pronto estarán de vuelta en lo suyo:
el vandalismo a sueldo. ¿Así o más claro?

5) Y a pesar de que todos vimos a los vándalos que pretendieron matar a
policías —nomás porque sí, porque así se los ordenan sus patrocinadores—
la cada vez más desacreditada Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal y su “botarga” presidente salió con la chabacana declaración de
que “la policía no actuó a tiempo”. Lo cierto es que si hubiera actuado
el ómbudsman capitalino habría dicho que la policía se excedió. En todo
caso queda claro que la “botarga” de la CDHDF es brazo administrativo de
la mafia Bejarano-Padierna.

6) Hace años, cuando Luis Donaldo Colosio era candidato presidencial, un
priísta de cepa era su secretario particular. Su nombre: Alfonso Durazo.
Mataron a Colosio y —luego de que según las malas lenguas desapareció
mucho dinero— Durazo se afilió al PAN y se hizo secretario particular
del presidente Fox, con todos los negocios que ello implica. Durazo
traicionó a Fox y se hizo incondicional de Andrés Manuel López Obrador,
quien lo hizo diputado. Hoy Durazo dice: “El PAN y el PRI son coyotes de
la misma loma y recurren a las mismas tropelías con el único propósito
de hacerse del poder”. De risa loca o, si se quiere, el retrato de
cuerpo completo.

7) El PAN no sólo perdió el poder, no sólo perdió su ideología y la
brújula —en tanto partido constructor de ciudadanos y democracia—, sino
que perdió la vergüenza y el decoro. Hoy, el panista que quería ser
presidente, y el panismo que dice representar al ex presidente Calderón
—el señor Ernesto Cordero y su grupo político-— está metido en una
cloaca de la que no termina de salir estiércol. Y es que los señores
Madero y Cordero nunca han peleado por el partido, por su ideología,
doctrina y por su futuro. Y menos por sacar de la pobreza a millones de
mexicanos. No, la vulgar pelea es por 200 millones de pesos. Y el
vergonzoso espectáculo debe tener ruborizado a Gómez Morín en su tumba.
Y conste que Cordero quería ser presidente.

8) Durante todo un mes, un puñado de pillos del SME mantiene bloqueada
la calle de Bucareli, en pleno centro de la ciudad de México. Y como
buena mafia, reclama legalizar el chantaje y la extorsión. Eso sí,
golpean a todo el que pasa y les hace mala cara, insultan a las mujeres
que se atreven a cruzar por el lugar, roban los comercios circundantes,
han depredado la zona y amenazan e insultan por redes sociales a todo el
que no comparte su mafioso proceder. ¿Y la autoridad, sea estatal,
municipal o federal? Los daños a la zona y a los vecinos son
millonarios. A nadie le importa, esa mafia es intocable porque la
protege AMLO.

9) Durante más de medio siglo, la izquierda mexicana censuró severamente
que con su mayoría aplastante en el Congreso, el PRI se convirtió en
tapadera de todo tipo de transas y tramposos. Hoy, la izquierda es
mayoría en la ALDF y todos los días solapa, con su mayoría aplastante en
el congreso del DF, las transas y los tramposos del gobierno del DF. El
más reciente escándalo —luego de que con su mayoría cambio el Código
Penal para exonerar a los vándalos al servicio de Bejarano— es la
impunidad que le brinda al pillo director del Instituto de Vivienda del
DF, Raymundo Collins: herencia de Marcelo a Mancera, que ya cuesta caro
al GDF. ¿Y la congruencia de la izquierda? En el bote de basura.

10) Siguen matando candidatos a puestos de elección popular, pero nadie
dice nada. Por eso la pregunta: ¿a quién servirán los alcaldes o
diputados que queden en los lugares donde se mató o retiró a un
candidato? Calladitos se ven más bonitos.

Fuente El Universal

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