lunes, 24 de junio de 2013

Pablo Hiriart - IVA generalizado

Dicen que para aumentar la recaudación fiscal hay que homologar el IVA 16 por ciento, parejo.

Tengo una idea mejor porque recaudaría mucho más: homologar el IVA en 25 por ciento, o en 32, para recaudar el doble.

Seguramente hay países donde el Estado tiene un ingreso elevado de recursos por la vía del IVA, y son un modelo de recaudación que ya lo quisiéramos nosotros. Pero las realidades son, hoy por hoy, diferentes.

Las decisiones económicas no pueden darse en el vacío, sino que caen en un contexto social y en realidades concretas.

Esa realidad no hace recomendable subir la tasa de IVA, de manera generalizada, a alimentos y medicinas.
La realidad es que llevamos siete años con la pobreza extrema a la alza, y poner IVA parejo mandaría a las filas del hambre a millones –sí, millones- de mexicanos. Por ahora, sencillamente no se puede.





De acuerdo con las cifras oficiales (CONEVAL), 11.7 millones de personas sobrevivían en la pobreza extrema, y 28 millones tenían problemas para acceder a la alimentación todos los días.

Entonces,  ¿le ponemos IVA a la tortilla, al chile y a los frijoles? La medida sería de una insensibilidad inaceptable.  El país no aguanta.

Siguiendo con los datos del CONEVAL, 41.1 millones de mexicanos se encuentran en una situación de “vulnerabilidad”, es decir a un paso de ser pobres. Con IVA “homologado”, se van a las filas de la pobreza.
Durante el sexenio pasado el ingreso laboral per cápita (es decir, el que corresponde a cada integrante de un hogar cuyo jefe de familia es un trabajador) sólo creció 3.5 por ciento en términos nominales, al pasar de mil 470.88 pesos mensuales a fines de 2006, a mil 492.52 pesos al finalizar el sexenio anterior.

Lo anterior significa que en términos reales (es decir, considerando el impacto de la inflación en los últimos seis años), el ingreso laboral perdió 19.6 por ciento de su poder adquisitivo.

Y si tomamos como referencia el aumento en el costo de la canasta básica alimentaria, la caída real de los salarios fue de 28.4 por ciento.

No es momento, pues, de homologar el IVA en 16 por ciento en alimentos y medicinas.

Hace ocho o nueve años hubo una buena coyuntura, a mediados del sexenio de Fox, cuando la pobreza iba a la baja y había tiempo para que la recaudación resarciera a los sectores pobres lo que iban a perder.

Ahora esas condiciones no existen. Adiós al IVA generalizado, dice la realidad.

La única alternativa es eliminar regímenes de excepción, y dejar una canasta de alimentos exenta de IVA, tan amplia como, por ejemplo, todos los productos perecederos.

phl@razon.com.mx
Twitter:
 @PabloHiriart

Leído en http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=178001

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