El delegado podría ser obligado a dejar su cargo a cambio de no ir a la cárcel.
La detención de su ex secretario particular, Eduardo Ramírez Vallejo, acusado de cohecho, pone en bandeja de plata la cabeza del jefe delegacional en Coyoacán, Mauricio Toledo, quien está por enfrentar la mayor crisis de su corto gobierno.
La madrugada del pasado lunes, Ramírez Vallejo fue internado en el Reclusorio Oriente, donde enfrenta acusaciones por haber pedido dinero al empresario gasolinero Manuel Dacosta para facilitar la apertura de su negocio ubicado en Culhuacán.
Aunque la denuncia del empresario fue inicialmente contra Toledo, su secretario particular salió al día siguiente a autoculparse del intento de cohecho y renunció al cargo, con lo que supuso que el asunto estaba muerto.
Después hubo arreglo y Dacosta incluso retiró la denuncia, alegando que su asunto ya había sido atendido; no contaban con que el Ministerio Público seguiría el caso y actuaría penalmente contra quien confesó públicamente haber hablado de dinero con el empresario.
Quienes piensen que con la captura de Ramírez Vallejo la deuda política está saldada se equivocan: lejos de quedar a buen resguardo,Toledo queda en una situación bastante vulnerable y sometido a quienes mueven los hilos en la ciudad. Por tratarse de un delito grave, el ex secretario particular no tendría derecho a fianza y pasaría un buen rato en la cárcel, perspectiva que ablanda hasta el más duro, cosa que por cierto no es.
Si lo aprietan tantito, Ramírez Vallejo tiene dos opciones: aguantar vara y tragarse solo el paquete para seguir protegiendo a su ex jefe, o a cantar como jilguerito y evitar una condena mayor.
Los que saben de leyes aseguran que el ex secretario particular puede declarar —porque no lo ha hecho ante ninguna autoridad— que pidió dinero al empresario siguiendo instrucciones de su jefe Toledo, quien era su superior jerárquico.
Si eso se diera, en automático el jefe delegacional de Coyoacán sería implicado en el delito de cohecho y, como no tiene fuero, tendría que enfrentar la seria posibilidad de acabar tras las rejas… a menos que hiciera un acuerdo.
En estos momentos Toledo podría ser obligado a dejar la delegación a cambio de no ir a la cárcel, lo cual hace que se froten las manos más de uno; por lo pronto, ya se le acercó René Bejarano para ofrecerle protección; obvio, el de las ligas quiere la delegación.
Pero la misma idea pueden tener en el Zócalo: protegerlo a fin de que no le pase nada, presionar a Ramírez Vallejo a que no lo delate a cambio de privilegios y obligarlo a que trabaje para que en 2015 la delegación pase a poder del grupo dominante. En mal momento le llegan las nuevas noticias al delegado, que está recuperándose de una cirugía; aunque otro que debería estar preocupado es Armando Quintero, a quien muchos le achacan aún la paternidad política del inculpado.
CENTAVITOS… El líder moral de la IDN, René Bejarano, aclaró ayer que lleva meses sin organizar las reuniones de cada lunes con sus discípulos en un hotel de la avenida Cuauhtémoc como acostumbraba. Efectivamente, las llamadas misas del de las ligas ya no se hacen los lunes, quizá para no competir por el rating con las de Marcelo Ebrard; se celebran cada martes en un salón de avenida Revolución y Eje 10, aunque cada vez menos concurridas… Parece ser que la campañita en redes que armaron seguidores de Marcela Gómez Zalce para minimizar el acuerdo mediante el cual su jefa pueda morder el presupuesto de las dependencias del GDF a través de Capital 21 les salió contraproducente, pues lo único que lograron fue alertar a quienes no sabían para esconderse y no tomarle la llamada. Funcionarios capitalinos, entre secretarios, subsecretarios y responsables de Comunicación, se pasaron mensajes para alertarse entre sí de la intención de Gómez Zalce de pasarles la charola para el sistema oficial de radio y televisión del gobierno capitalino.
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