viernes, 21 de junio de 2013

Rafael Loret de Mola - Obras y democracia

La democracia implica un principio fundamental: Mientras el ejercicio soberano radica en el pueblo, la clase gobernante debe obedecer, de allí la concepción de lo que debe entenderse como mandatario, los designios de la colectividad. Es importante recordarlo porque quienes llegan al poder consideran, en una extraña confusión paradigmática, que una vez ungidos por el sufragio universal ya no tienen ninguna necesidad de consultar a las bases ni de solicitar venia alguna salvo al petí comité que le rodea y canta a los oídos mejor que las sirenas de Copenhaguen. En este punto, precisamente, empiezan las discordancias por ausencia de verdadera vocación democrática. 





Pongo un ejemplo: Andrés Manuel López Obrador insiste en ser el representante de un “todo México” en el cual existen muchas aristas contra él mismo quien, a estas alturas, ni siquiera puede mantener la unión, en torno suyo, de las izquierdas mexicanas, la mayor parte de ellas atoradas por la hiperactividad del líder y su pretensión de que sólo su palabra se escuche. Por ello, claro, no le importan los consensos ni se molesta en averiguar, digamos bajo alguna encuesta no minada por el partidismo, cuáles son los criterios dominantes entre la mayor parte de los mexicanos –digamos la mitad más uno- sobre el desarrollo de las políticas energéticas. Cabe aclarar que este columnista, por formación, tiene la convicción de que esta riqueza natural del país debe permanecer como propiedad intacta de cuantos orgullosamente ostentamos esta nacionalidad y valoramos los frutos de la histórica decisión estatizadora del general Lázaro Cárdenas del Río por cuanto a ella recobramos soberanía, dignidad y, sobre todo, capital para financiar la puesta en marcha, en serio, del México posrevolucionario atizado por los caudillajes by cacicazgos aldeanos.

Pese a lo anterior, si de verdad creemos en la democracia, es menester estar seguros de qué piensan las verdaderas mayorías, no aquellas dispuestas a estar deslumbrados por las candilejas de Andrés Manuel, sobre el tema y aceptar, en consecuencia, el designio soberano de la sociedad. Éste sólo podría ser cuestionable cuando la manipulación llegue a tal grado que ponga en riesgo la vida misma de la República -como pretenden los lópezobradoristas en cuanto a la presunta reforma energética-, y la jerarquía del Estado de Derecho. Caminamos, hace ya un buen tiempo, sobre la delgada línea que separa a éste del “estado fallido” en donde el Gobierno no es capaz de imponer el orden, superado por la violencia externa y las presiones internacionales e internas. Da la impresión de que, a casi siete meses del inicio de su administración, Enrique Peña Nieto está en la encrucijada.

Otro caso, acaso más regional pero cuyo impacto ha trascendido al ámbito general, es el de la comunidad de Nueva Jerusalén, en Michoacán, en donde un sacerdote fundó un pueblo bajo el supuesto de apariciones de la Virgen que, desde luego, no ha sido reconocidas por los jerarcas eclesiásticos; sólo que la fe del pueblo, manipulable en materia política lo es bastante más cuando llega a las entrañas de la religión. Por este motivo, en meses recientes, algunos de los iniciados acordó no sólo suspender la visión de las televisiones y la escucha de los programas de radio –viciados de origen, según alegan- sino incluso suspender, contra el criterio de una buena parte de la población, las escuelas e incluso destruirlas. El asunto llegó a la violencia con enorme facilidad a sabiendas ya de que cualquier chispa de cerillo es capaz de incendiar villas enteras. 

Alguna vez, conversando con el ex presidente José López Portillo en marzo de 2001, le pregunté qué hubiera hecho él respecto a la “cruzada por la tierra” iniciada por los alzados del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con el subcomandante “Marcos” –Rafael Sebastián Guillén Vicente, cuya hermana Mercedes del Carmen “Paloma”, es ahora subsecretaria de Migración, Población y Asuntos Religiosos en la “http://es.wikipedia.org/wiki/Secretar%C3%ADa_de_Gobernaci%C3%B3n” \o “Secretaría de Gobernación” Secretaría de Gobernación, muy ad hoc con el misticismo poético de su cofrade-, de tener él la responsabilidad ejecutiva. Don Pepe respondió:
--Habría apagado el cerillo antes de que se convirtiera en hoguera...

Si bien, aquella cruzada no significó gran cambio –de hecho las cosas siguen igual a doce años de distancia-, lo cierto es que otros grupos armados –algunos con discurso social atrayente como en el caso de “La Familia” y sus desprendidos “Caballeros Templarios” que acosan brutalmente a las poblaciones y las sobajan, como en el caso de Temascaltepec-, han tomado la delantera y éstos sí amenazan con incendiar cuanto encuentren a su paso. Es obvio que, al concentrar las fuerzas públicas en Michoacán, otros espacios quedaron libres o con menos presión para el paso y la evolución de las grandes mafias; lo peor es que, ya se sabe, organizaciones criminales del extranjero –ETA, del llamado País Vasco, y Al Qaeda, con sus talibanes suicidas- han encontrado refugio en buena parte de los supuestos sublevados sin el menor problema. Casi igual que los empresarios de allende el mar quienes, a diferencia de los nuestros en España por ejemplo, se encuentran con la mesa servida y un festín para ser devorado. 

La cuestión, en Nueva Jerusalén, es que el Gobierno estatal, por promesa de Fausto Vallejo y Figueroa, ahora con licencia, se comprometió a construir un kínder en esta plaza... sin la anuencia de los radicales, El asunto es grave porque la respuesta lo es: La violencia es el seño distintivo de los fundamentalistas quienes no admiten la opinión de los demás ni ningún propósito de progreso. ¡Hasta prohíben ver la televisión bajo la argucia de que es inmoral! Y no dudamos que algunos programas y series resulten abominables pero es parte de nuestros derechos seleccionar cuanto deseamos ver sin merma de nuestra libertad de conciencia. No se olvide que también hay espacios, los menos si se quiere, para la catequesis desde distintas perspectivas.

Por otra parte surge el teme medular: ¿Pueden los pueblos, las comunidades, los colonos, frenar obras públicos porque no las desean? Ha sucedido lo mismo en el corazón del Distrito Federal, sobre todo en rumbos en donde las personas tienen alto poder adquisitivo, y en poblaciones paupérrimas por igual. Esto es: No siempre los grandes trabajos de infraestructura son requeridos por quienes votaron por otra cosa y se encuentran con permisos, concesiones y complicidades que van en contra de los derechos generales. Y es en este punto en donde se atoran los proyectos y comienza la ingobernabilidad. Precisamente de algunas imposiciones de esta naturaleza surgieron los primeros guerrilleros -¿recuerdan a Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas, en la sierra de Guerrero?; el segundo secuestro y humilló al cacique Rubén Figueroa, en las vísperas de ser electo gobernador lo que sucedió en cautiverio, antes de ser acordonado y quemado por un ejército desalmado-, cansados de que las autoridades hicieran exactamente lo contrario de lo que proponían en sus largas campañas comiciales. Como Fox... y Peña Nieto, para ponernos al día.

Fox, cuando llegó al Palacio Nacional en 2000, sorprendió al reconocer que no pocas cosas de los gobiernos priístas eran plausibles, sobre todo en materia de educación; con ello se ganó el apoyo de la inefable Elba Esther Gordillo Morales, la “novia de Chucky”, ahora en desgracia en el hospital penitenciario de Tepepan –otros, como Andrés Granier Melo tienen más suerte y son arraigados en el lujoso hospital Los Ángeles del Pedregal propiedad, claro, de unos de los grandes cómplices del establishment, Olegario Vázquez Raña-. 

Y Peña Nieto no ha abierto la boca para opinar acerca de los blindajes a su antecesor, felipe calderón –minúsculas-, cuando ha sido honrado, con el aval del Senado, por el Gobierno de España al que tan bien sirvió, convertido en académico por efecto de los hilos soterrados entre las mafias. Sólo falta que igualmente lo disculpe como Fox hizo respecto a Zedillo tras una de las administraciones más contrarias a los intereses generales. Insisto, ¿se vale, bajo el pretexto de los votos obtenidos, guiar a la nación por sendas distintas a las prometidas a los sufragantes manipulados?

rafloret@yahoo.com.mx
Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/obras-y-democracia-1371799479


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