sábado, 15 de junio de 2013

Rafael Loret de Mola - ¿Inocentes?

Alguna vez, el abogado Enrique Mendoza Mejía, fallecido apenas en abril pasado, comentó: 

--En México, la lucha diaria es por evitar caer en la cárcel... a pesar de ser inocente. 

Defensor de Jorge Díaz Serrano, el sacrificado por Miguel de la Madrid ante sus temores de que pudiera ejercer un liderazgo como contrapeso y encarcelado durante siete años sin recibir sentencia, Mendoza Mejía sabía muy bien a lo que se refería. Cuando alguien cae en desgracia, como ha sucedido últimamente con dos ex gobernadores del PRI, Humberto Moreira Valdés y Andrés Granier Melo, uno de Coahuila y otro de Tabasco, no hay poder alguno que los vindique. Y ello no significa que pongamos las manos al fuego por ellos. 

Moreira fue un anticalderonista recalcitrante y a ello, más que a la deuda tan manoseada –que comparte con otras entidades en semejantes proporciones-, le debe su desgracia política; Granier, en cambio, es parte de la revancha del PRD; 

acaso por ello las “pruebas” de su desfalco aparecieron en sendas cajas de cartón –un modus operandis conocido entre perredistas-, en una propiedad el ex tesorero José Manuel Saiz Pineda, detenido el sábado 8 pasado cuando intentaba cruzar la frontera por Reynosa y con rumbo a la impunidad. 




Lo maduro, en todo caso, es ponderar cuantos de estos casos son productos de las vendettas interpartidistas y cuantos otros son “tapados” –como el caso del ex panista, con pretensiones de reincorporarse, de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, y del panista Emilio González Márquez, acusado por lo mismo...¡desde 2008!- por acuerdos inmorales muy bien remunerados. 

Guerras y operativos van y vienen. Pero ya nadie quiere hablar de las millonadas invertidas en los búnkers construidos a la vera de Genaro García Luna –mientras este sujeto esté libre será difícil creer en las bienaventuranzas del Pacto por México-, ex secretario de Seguridad Pública. El que está debajo de la Avenida Constituyentes, en el Distrito Federal, impresiona. Por arriba, un parque; por debajo, instalaciones que recuerdan a las de la NASA en Houston. 

Durante una visita, hace dos años, al mentado búnker pregunté al entonces subsecretario, el ingeniero Francisco Niembro González, cuántas veces el presidente había utilizado el pomposo salón subterráneo para tomar decisiones sobre la seguridad: 

--Sólo una... cuando lo inauguró. 

¿Y Peña?¿Sabrá que cuenta con él?

Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/inocentes-1371279422

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