Con el cuento de que hubo elecciones sucias, el Partido de la Revolución Democrática amaga con dejar el Pacto por México. Se trata de un pretexto. Es pretexto porque ese partido ve venir en la agenda del Pacto las reformas hacendaria y energética, y no quiere ir en ninguna de las dos.
Por lo menos, es la postura de los seguidores de Bejarano, que han impactado en el ánimo de los coordinadores parlamentarios del PRD en la Cámara de Diputados y en el Senado.
Al PRD le fue bien en las elecciones del domingo, pues a lomos del PAN entró en entidades en las que jamás había tenido presencia, como son Puebla, Aguascalientes y Baja California, donde ganaron la gubernatura.
El enojo viene por sus derrotas en Veracruz y en Quintana Roo. Y ya sabemos que donde pierde el PRD, descalifica la elección.
El gen perredista los lleva a reconocer únicamente los resultados donde salen triunfantes, y a tachar de delincuentes a los que los vencen.
La dirigencia perredista ha dicho que en aquellos lugares donde perdió su partido actuó la delincuencia organizada a favor del PRI. Qué manera de enlodar la democracia, de demeritar el voto y de convocar al descrédito del sistema electoral.
No hay elecciones perfectas, desde luego. Ni en Suiza ni en Estados Unidos. Tampoco aquí, con el atraso democrático que tenemos en todos los partidos.
Pero de las tropelías hay responsables que tienen nombres y apellidos, y deben ser castigados ellos, no el sistema electoral ni la democracia.
La “delincuencia organizada” les ganó Cancún, dice los mandamases del PRD.
Hasta donde se sabe, el único que ha estado involucrado en la delincuencia organizada es precisamente un ex alcalde del PRD en Cancún, Greg, que hasta a un penal de alta seguridad fue a dar.
Luego salió libre por una cuestionada determinación de un juez. Pero a la cárcel no lo metió el PRI, sino el gobierno del PAN, el aliado del PRD.
Hasta con la comida en la cárcel de Cancún hicieron negocio los perredistas que gobernaron Cancún, y ahora lo perdieron.
Delincuencia organizada fue la que gobernó Michoacán con el PRD, que sus alcaldes fueron a la cárcel y posteriormente liberados, acusados de trabajar para el narco. No los acusó un gobierno del PRI, sino el del PAN, su aliado electoral.
Del PRD es el narcopolítico más famoso de los últimos años, Julio César Godoy, diputado que se amparó en el fuero y luego el PRD lo sacó de San Lázaro escondido en una camioneta.
Ahí están los que acusan de “delincuencia organizada” a quienes les ganan. Es un pretexto desleal para salirse del Pacto, porque no quieren ir en las reformas hacendaria y energética.
phl@razon.com.mx
Twitter: @PabloHiriart
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