miércoles, 10 de julio de 2013

Rubén Cortes - El embarque a Camacho Quiroz

La encuestadora de Liébano Sáenz ha quedado como la causante del escándalo en la elección para gobernador en Baja California, que ganó el PAN por cuatro puntos. Pero GCE provocó que el líder del PRI cometiera el disparate de salir a anunciar que su candidato había triunfado.

El propio presidente del PRI, César Camacho, reconoció ayer imprecisiones en los resultados de las dos empresas contratadas, que indicaban como ganador a su candidato, Fernando Castro Trenti: “Daban una ventaja ligera y muy apretada al candidato del PRI”.




La torpeza obligó a Camacho a no aparecer en público hasta que, mañana o pasado, el Tribunal Electoral local anuncie como ganador al candidato de la alianza PAN-PRD, Francisco Vega, y aceptar una derrota que debió aceptar la misma noche de la elección.

Y hasta al propio presidente Enrique Peña decidió desarrollar en privado sus actividades oficiales de esta semana, para no agitar más el ambiente político con sus socios del Pacto por México, debido al desatino de su partido en Baja California.

Las encuestadoras pagadas por el PRI fueron GCE y Focus, en cuya información se basó Castro Trenti para declararse vencedor.

“Gabinete de Comunicación Estratégica, de la firma Liébano (Sáenz) y Federico Berrueto, nos marcaron como balance de la encuesta de salida 1.90, y la empresa Focus que nos marcaba 3.8 de encuesta de salida”, precisó.
Focus se deslindó: “Registramos desde el primer corte en encuestas de salida, una ventaja para el candidato Francisco Vega, que fue creciendo durante el transcurso de la jornada”.
Y precisó: “Los 3.8 puntos de ventaja que menciona el señor Castro Trenti en realidad son 3.5 pero en su contra.”
GCE no fijó posición, aunque el domingo Liébano fue quien aconsejo a Camacho a invocar a Luis Donaldo Colosio:
“Hace 24 años un presidente del PRI con vocación democrática admitió que las tendencias no favorecían al partido. Hoy, a otro presidente del PRI le toca decir que Baja California decidió que su próximo gobernador sea Fernando Castro Trenti”.
En cambio, Liébano reconoce que no tenía las actas ni los números, y culpa a un miembro del PRI estatal, Amador Rodríguez Lozano, aunque es imposible olvidar que presumió siempre ser el director de la campaña.

Ni que dejó fuera al publicista Carlos Alazraki para imponer a quien se cree a sí mismo el mejor politólogo de México, Juan Carlos Limón, y ambos a Alejandro González, lo cual inició el desastre de la campaña que acabó con el despropósito del domingo.

Pero lo cierto es que GCE no fija posición, como hizo Focus, porque Liébano no sabe cómo salir del problema en que metió al partido en el gobierno. A ese nivel está la hecatombe creada por sus encuestas.

ruben.cortes@razon.com.mx
Twitter:
 @ruben_cortes



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