La anterior colaboración -"...entonces, ¿qué?"-, relativa al reclamo de la nación de impulsar la reforma del país para evitar su ruptura pero sin asumir el sacrificio supuesto en ese ejercicio, suscitó múltiples reacciones. El turno es de los lectores. No se reproducen todas las opiniones y, por su extensión, fue menester editar las seleccionadas.
Se omite el nombre de los lectores por no contar con autorización expresa para reproducirlas. Ojalá, la selección y reducción hecha den una idea de qué responde una porción de la sociedad a la reforma hacendaria, así como a otras.
Por tu "culpa", ayer me di un agarroncito con una persona muy querida que sostenía que tu Sobreaviso del sábado pasado era un simple llamado a la conciliación entre el PRI y el PAN. Argumenté que esa interpretación era reduccionista y que tus reflexiones son un llamado al conjunto político y social. (...) Comparto tu escepticismo por lo que alcanzo a ver en este momento. [No lo dije en la discusión, pero recordé lo que decía Mauricio Achar: ¿para qué conciliar, si nos podemos agarrar a chingadazos?]
¡Que se haga justicia, pero en el corral de mi compadre! El problema de esta reforma hacendaria es que volvemos a pagar la clase media el descontrol bárbaro del gasto corriente del gobierno. ¿Por qué esa barbaridad de pago a celulares, carros, comidas, gasolina, vuelos, etc? (...) ¡Ah! y choferes para los choferes.
(...) No diga tantas tonterías. El problema es claro: no son los impuestos, es el robo de los políticos.
(...) La única ley (...) necesaria es para eliminar la consolidación fiscal y/o los abusos. Párele de contar. (...) ¿Cuántas leyes, cuántas modificaciones constitucionales se echó De la Madrid? ¿Cuántas reformas electorales desde López Portillo? Y no sigo. Es innecesaria tanta ley cuando no se aplica, se aplica disparejo o se aplica pa' los cuates. ¿Qué necesidad (...) de una ley de telecomunicaciones? ¿Dónde dice en la Constitución que solo "haiga" dos televisoras? ¿Dónde?
Nada nos va a funcionar mientras no se le corten las manos, los pies, el corazón a la corrupción (...), en lo público y en lo privado. Pemex no requiere cambios constitucionales, sólo administrativos. Pero, curiosamente, los mexicanos hemos salidos retebrutos para administrar (a favor de la nación).
Por eso, propongo: así como tenemos que traer de las extranjías la "tecnología" para que Pemex brille, (...) también hagamos una reforma constitucional para que no se alegue pérdida de soberanía y pidamos a los países nórdicos (los más honestos del mundo, al parecer) que nos hagan favor de integrar un organismo que administre ingresos y gastos del mamotreto llamado gobierno mexicano.
(...) Tiene mucha razón, nuestro egoísmo ancestral nos mantiene lastrados. Sólo quisiera agregar que quien exige limpieza en la calle, debería dar ejemplo de lo mismo en su casa. El fracaso de nuestros líderes está fincado en su demagogia. En tal caso, el Sr. Peña debería empezar su sexenio con reformas menos mediáticas y más contundentes, que incluyan a todo el aparato de Estado. La sociedad necesita una prueba de cambio para aceptar los cambios que se le imponen. Necesitamos un sentimiento de equidad.
(...) En la publicación de hoy, me llama mucho la atención la parte (...) que refiere: "La demagogia es práctica común de los políticos, pero tampoco es ajena a la sociedad" relacionada con aquella que dice "No se puede exigir golpear al crimen organizado donde le duele -esto es, en los recursos malhabidos-, pero ampararse contra las medidas antilavado de dinero".
Son muchas las personas, físicas y morales, susceptibles de realizar actividades vulnerables en los términos del artículo 17 de la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita. (...) Me ubicaré en aquellas en las que el fedatario público, sin ser agente de actividades vulnerables, sí interviene en ellas. Al respecto la ley que nos ocupa tiene, en mi opinión, aparentes contradicciones, disposiciones confusas y atribuciones que rebasan los más elementales principios del derecho.
Muy brevemente, (...) en el artículo 6 de la ley se habla de que la Secretaría tendrá una serie de facultades que, en el reglamento respectivo, las remite al Servicio de Administración Tributaria, quien se encargará de ejercerlas. Luego entonces las disposiciones del reglamento están por encima de la ley.
En otro supuesto la ley obliga a quienes realizan actividades vulnerables (artículo 18, Fracción I), "identificar a los clientes o usuarios con quienes se realicen las propias actividades sujetas a supervisión y verificar su identidad basándose en credenciales o documentación oficial...". En este sentido, el gobierno (...) no ha tenido la capacidad para proporcionar a cada ciudadano una Cédula de Identificación Personal, (...) documento idóneo para atender la obligación que nos impone a través de la ley en comento. La credencial de elector no es el documento que debiera aplicar ya que fue diseñado exclusivamente para votar en las elecciones. (...) El pasaporte acredita nuestra nacionalidad respecto a extranjeros y así podríamos mencionar otros por el estilo. En un amparo, cualquier abogado principiante ganaría la suspensión definitiva.
En otro caso, en el artículo 3 del reglamento señala que corresponde a la Unidad de Inteligencia Financiera interpretar para efectos administrativos la ley, el presente reglamento, las reglas de carácter general... y así le puedo mencionar muchos otros más, pero no es el punto.
(...) No me opongo a su cumplimiento. Y es más, desde el día uno debiéramos de habernos dado de alta en el portal pero, por problemas técnicos de ellos, no ha sido posible hasta el día de hoy aproximadamente a las doce del mediodía.
(...) Después de todo lo anterior, no se nos puede comparar con los maestros de la CNTE. En esta ley, su reglamento y otras disposiciones relativas aplicables, así como en las reformas educativa, hacendaria y energética, desde mi perspectiva, ha faltado manejo político y de comunicación. Doce años de alternancia y, a querer o no, los medios de comunicación han hecho de este país otro México. Querer seguir manejándolo a la manera de hace quince años, es un error.
Clarísima verdad ante la cual la sociedad debe definirse y hacerse cargo de la misma.
Se perciben brotes de hartazgo, enfado, coraje, (...) gritos reprimidos de: ¡hasta aquí! En muchos estados (...) estos ya se han manifestado de forma violenta, pero (...) han sido esporádicos y espontáneos. Muchas comunidades están hartas de lo que sucede. Sus necesidades están rebasando el miedo a la autoridad y al crimen organizado. Y es que en la manera como viven y en la escasez en que están viendo crecer a sus hijos, aunque no lo parezca, son conscientes de que el futuro (...) puede ser peor que su presente. Por ello, muchos están dispuestos a dar lo único que tienen: ¡sus vidas! Si estos casos, hasta ahora aislados, encuentran un punto común, un detonador que los una y exaspere hasta un punto sin retorno, estaremos viviendo una convulsión social de mayores proporciones.
Sobra agradecer a quienes benefician al Sobreaviso con su lectura.
sobreaviso12@gmail.com
Leído en Reforma
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