jueves, 26 de diciembre de 2013

Imelda García - Reforma energética, ¿golpea el poder del sindicato de Pemex?

La reforma energética acota el poder del sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex), al sacarlo del Consejo de Administración de la empresa, al tiempo que pone en riesgo los derechos laborales de los trabajadores del gremio.
Analistas dijeron a ADNPolítico.com que la modificación constitucional, aprobada por el Legislativo y recientemente promulgada por el Ejecutivo, reduce influencia al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) en las decisiones centrales, como a quiénes asignar contratos o licitaciones, recomendar proveedores o ser intermediario para la prestación de servicios.
Ulises Corona, investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), sostuvo que la reforma energética implica para la cúpula sindical encabezada por Carlos Romero Deschamps el inicio del camino para perder su influencia en las decisiones de Pemex como empresa.





"Al no estar sentado en la mesa donde se toman las decisiones más importantes de la empresa, por supuesto que el sindicato pierde influencia en la forma como se maneje Pemex.
"Pero no perdamos de vista algo: que el sindicato salga de esa cúpula de Pemex no quiere decir que desaparecerá su influencia de la noche a la mañana. Pemex seguramente seguirá conservando algunos privilegios para que los petroleros continúen trabajando de forma pacífica y alineada con el gobierno", consideró el académico del Tec.
Alfonso Bouzas, investigador de la UNAM, destacó que con el nuevo esquema para Pemex, ésta quedará como otra empresa más en el mercado y no será más la rectora del petróleo en México.
"Es una buena noticia tanto para los trabajadores como para el país saber que la cúpula sindical ya no va a tener tantos privilegios, pero debemos ser críticos y pensar en qué habrán intercambiado para tener un acuerdo como el que firmaron para reducir su planta laboral si siempre cambian ese tipo de cosas por prebendas para unos cuantos.
"En el fondo, es previsible que los trabajadores de a pie vayan perdiendo sus prestaciones conforme el sindicato vaya perdiendo su poder, pero es una buena oportunidad para que los propios petroleros retomen el control de su sindicato", expuso en entrevista el integrante del Instituto de Investigaciones Económicas.
Para Bouzas, tanto el sindicato petrolero como Pemex tienen frente a sí el reto de hacer una reingeniería a fondo de su plantilla laboral y su forma de pactar las prestaciones de los trabajadores.
El experto aseveró que es necesario que se aumente la productividad sin sangrar a la empresa para que no se pierdan las conquistas laborales de los petroleros.
Al pasar de empresa paraestatal a empresa productiva del Estado -consideración contemplada en la reforma energética-, Pemex contará con su propia planta de trabajadores que estarán afiliados al STPRM; pero las empresas privadas que entren a invertir al sector no tendrán la obligación de contratarlos, porque el gremio no es el sindicato de la industria petrolera del país.
El gremio es dirigido por Carlos Romero Deschamps, actual senador del PRI, uno de los líderes sindicales más cuestionados por escándalos en su estilo de vida y el de su familia.
El STPRM es uno de los sindicatos con más privilegios en el país. En julio pasado, logró la firma del contrato colectivo de trabajo 2013-2015 en el que se les otorga prestaciones como la realización de cirugías plásticas sin costo o recursos millonarios al mes para que los dirigentes puedan realizar su trabajo al frente del gremio.
Sin embargo, al mismo tiempo, el sindicato y la empresa firmaron el Convenio Administrativo 1717-2013, en el que se establece que se hará una reevaluación de la plantilla laboral de Pemex y comenzará un programa de retiro voluntario para bajar la plantilla.
Al 2012, Pemex contaba con más de 160,000 empleados, de los cuales 81% es sindicalizado y el resto está contratado por honorarios, según datos de la propia paraestatal.
¿NUEVO ESQUEMA DE PENSIONES?
Alfonso Bouzas, investigador de la UNAM, sostuvo que, aunque las pensiones parecieran onerosas conquistas laborales, es probable que poco a poco el esquema se vaya cambiando conforme aumente la llegada de capital extranjero.
"Es lógico pensar que los trabajadores de las nuevas empresas petroleras que lleguen a México no tendrán ese nivel de prestaciones porque no van a estar obligados a contratar a los trabajadores del sindicato petrolero que ya tienen un contrato colectivo, y la profesión petrolera en general se va a devaluar, ahí es donde deben poner atención los nuevos trabajadores para que no terminen con sus derechos", expresó.
El académico recordó que el presidente Lázaro Cárdenas del Río llevó a cabo la expropiación petrolera por la negativa que tuvieron las empresas extranjeras para respetar los derechos laborales del sindicato, por lo que el mandatario argumentó que no cumplían con las leyes nacionales y debían salir del país.
"Muy diferente de lo que ocurre ahora, en que el sindicato es sinónimo de corrupción", sentenció.
El investigador manifestó su preocupación de que con la reforma laboral, aprobada a finales de 2012, se tenga una ley en materia de trabajo más laxa que ocasione que de nueva cuenta, como en los años 30, las empresas extranjeras no den el pago y las prestaciones suficientes a los empleados del sector energético, clave para la economía del país.
Pemex cuenta con más de 76,000 empleados retirados, para quienes destinó -sólo en 2013- más de 38,119 millones de pesos.
Según el estudio 3 Dilemas, un diagnóstico para el futuro energético de México, del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), el pasivo laboral representa para Pemex el 64% de sus activos.
El régimen de jubilaciones del contrato colectivo de trabajo del STPRM con Pemex estipula que un trabajador con 25 años de servicio y al menos 55 años de edad recibirá un 80% de su sueldo como pensión. Conforme aumenten los años de servicio, aumenta en un 4% el porcentaje de su sueldo que conforma la pensión (hasta llegar al 100%).
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) considera que el régimen de las pensiones de Pemex es muy caro, por lo que es necesario cambiarlo.
"El monto de la pensión de las personas que se jubilan es igual al del último salario y se incrementa igual que los salarios en activo. Los trabajadores no hacen aportaciones y por lo tanto la empresa está obligada a enfrentar en su totalidad ese costo", describió el IMCO en su reporte Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del siglo XXI.


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