domingo, 12 de enero de 2014

Charles Bukowski - La historia de un sufrido hijo de puta

Charles Bukowski y el gato bizco rabón
1920 - 1994

La historia de un sufrido hijo de puta

Una noche llegó piel y huesos a mi puerta, mojado, apaleado
temeroso
era un gato blanco bizco rabón
lo dejé entrar lo alimenté fue uno más en la casa
desarrolló hacia mí cierta cariñosa confianza
hasta que un buen día un conocido,
estacionando en la cochera
pasó con su auto encima del gato blanco bizco rabón

de inmediato llevé lo que quedaba de él a un veterinario que dijo:
"no hay mucho para hacer...dale estas pastillas...su espinazo
está aplastado, pero fue aplastado anteriormente y de algún modo
logró sanar, si sobrevive no volverá a caminar mirá
estas radiografías, le metieron un escopetazo,
mirá estos puntos oscuros
son perdigones enquistados...además alguna vez tuvo una cola
y alguién se la cortó..."





Me llevé el gato a casa, era un verano caliente, uno
de los más calientes en décadas, puse al gato en el piso del baño
le serví agua, sus pastillas, no deseaba comer ni beber agua
yo sumergía mi dedo en el agua, le
humedecía la boca el hocico y le hablaba,
ese verano no fui a ningún lado, pasé muchos días
de ese verano en el baño hablándole, acariciándolo suavemente
él me miraba con esos ojos que se le entrecruzaban
mientras tanto pasaban los días,
una tarde realizó su primer movimiento
arrastrándose con sus patas delanteras
(las traseras no querían moverse)

Llegó hasta el rincón donde yo había preparado su cama
se arrastró un poco más y se dejó caer en ella,
fue para mi como el sonido de un clarín presagiando la victoria
posible aturdiendo el baño, desparramándose por la ciudad,

Yo le conté entonces a ese gato -que la había pasado mal también,
no tan mal, pero bastante mal...-
una mañana se irguió, se paró sobre sus patas,
cayendo luego de espaldas,
me observaba mansamente.
"lo podés hacer" le dije.
él insistió, se levantaba y volvía a caer, una y otra vez
finalmente
caminó unos pocos pasos, era la viva imagen de un borracho
sus patas se negaban a obedecerle, cayó nuevamente, descansó
y nuevamente se levantó.

Ustedes conocen el resto de la historia: está mejor que nunca
bizco, casi sin dientes, pero ha
recuperado su gracia, y esa mirada
de sus ojos, pícara, no lo ha abandonado...

Algunas veces me hacen entrevistas, ellos desean saber
de mi vida, de mi literatura,

yo me emborracho, alzo en brazos a mi gato
bizco, herido de bala, atropellado dos veces, rabón
y digo: "miren, miren esto !!"

Ellos no entienden nada, insisto, nada de nada, preguntan
algo por el estilo de :"reconoce usted influencias de Celine?"
"no", levanto mi gato, "por lo que sucede, con cosas
como esta, como esta !!".

Sacudo a mi gato, lo llevo
hacia la luz brumosa por el humo y el alcohol, está relajado, él sabe...
este es el momento en que la entrevista finaliza

A veces me siento orgulloso cuando miro las fotografías
ahí estoy yo, ahí está mi gato, hemos sido
retratados juntos

Él también comprende que son boludeces, pero que de alguna manera te ayudan.-


Charles Bukowski


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