El PRD se muere, pero nace Morena; la insana fascinación de la izquierda por @EnriqueKrauze

Manuel García
@economanu
dom 2 feb 2014 09:37

En Milenio el articulista y encuestador –muy mal encuestador, por cierto– Federico Berrueto ha analizado la crisis actual del PRD. Dice que sus dirigentes, los chuchos, han ido “de más a menos” porque si el Pacto por México fue idea de ellos, ahora repudian a ese instrumento de concertación política buscando eludir las críticas de sus “correligionarios alineados a López Obrador o a Marcelo Ebrard” que piensan que “el Pacto llevó a la reforma energética”.
Pero eso, “complacer a los de casa que ni siquiera son de casa”, ha llevado al PRD a anularse en la negociación con otras fuerzas políticas, sobre todo con la Presidencia de la República. Por lo tanto, Berrueto pide al perredismo no quedarse al margen, es decir, seguir apoyando las iniciativas de Enrique Peña Nieto, el gobernante que se ha puesto adelante de todos en el tema de la reforma política. Para el columnista de Milenio, “la izquierda debe entender, como lo hace el PAN, que todo puede suceder en 2018”. Y concluye Federico Berrueto que eso “AMLO también lo sabe, pero prefiere ganar el poder a partir del fracaso ajeno y de la desgracia de todos”.



¿AMLO prefiere ganar con el fracaso ajeno y la desgracia de todos? Es un comentario injusto, muy injusto.
En el mismo diario, un columnista menos analítico, Néstor Ojeda, también ataca al dirigente de Morena. No solo con los viejos cuentos de que el discurso de Andrés Manuel López Obrador es “populista y mesiánico”, sino también con la crítica de moda a AMLO: que su partido político, a punto de nacer, le quitará en 2015 votos al PRD –y al PT y a Movimiento Ciudadano–, “con lo que, sin duda y paradójicamente, AMLO le  hará un gran favor al PRI”.
Eso, golpear al PRD, dice el columnista de Milenio, es algo que Andrés Manuel ya hace “usando como estrategia su conocido discurso polarizador del pueblo bueno contra los traidores a la patria, con el que intenta colocar al PRD del lado del PRI y el PAN para erigirse como la única supuesta opción verdadera de justicia y cambio”. Por tal motivo, dice Ojeda, “el principal objetivo hoy por hoy de López Obrador no son el PAN ni el PRI, es el PRD; al que quiere golpear duro, pero muy duro, en las elecciones federales de 2015”.
¿AMLO va a destruir al PRD? En realidad, el PRD se ha destruido a sí mismo. Es un partido en graves problemas causados, todos, por el exceso de ambiciones de sus dirigentes. No solo han negociado, sin escrúpulos, con el PRI y el PAN buscando beneficios para ellos, no para el perredismo.
Lo más inmoral que han hecho los chuchos ha sido utilizar, para crecer políticamente, la enorme fuerza electoral de López Obrador. Los líderes del PRD ya dos veces, en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, han abusado de la buena fe de Andrés Manuel. Gracias a las buenas campañas electorales de AMLO, los chuchos han sido importantes en las cámaras de Diputados y Senadores, pero esa importancia les ha servido solo a ellos, inclusive para enriquecerse, no a la izquierda. Por tal razón, porque se cansó de favorecerlos, Andrés Manuel se fue del PRD.
Ha sido larga la ruta que ha recorrido Andrés Manuel y que lo ha llevado a la edificación de Morena. Mientras AMLO y los suyos construían con mucho trabajo y sacrificio un nuevo partido, el PRD pactaba con el gobierno. No critico los frutos del Pacto por México, pues las reformas ahí están y en la medida en que el gobierno sepa implementarlas, serán buenas para el país. Pero es un hecho que los chuchos recibieron favores políticos y hasta económicos –para ellos, no para la izquierda–, a cambio de apoyar las reformas.
Por cierto, no es raro ver en las calles de la Ciudad de México a los chuchos en lujosos coches europeos conducidos por choferes. Sí, como magnates. ¿De dónde sacaron sus Audis? De donde hay, naturalmente: de la corrupción política. No, no es raro ver a los perredistas de la cúpula disfrutar de sus riquezas. Lo raro es que haya analistas, como los citados Berrueto y Ojeda, de Milenio, que los sigan considerando de izquierda.
¿Que Morena va a ir contra el PRD en las elecciones de 2015? De eso se trata, naturalmente. Van a competir por los mismos electores. Obtendrá un mejor resultado el partido que mejor convenza a la gente de izquierda. Y ese partido parece ser Morena.
Parece un exceso –en realidad es una estupidez– pedirle a López Obrador, por la “unidad de la izquierda”, que renuncie a competir y apoye de nuevo al PRD. No hay ninguna razón para que AMLO vuelva a cometer el mismo error. Claro que no.
Las posiciones que Morena conquiste en las urnas serán para las personas honestas que militan en Morena. Como Claudia Sheinbaum, Héctor Díaz Polanco, Pedro Salmerón, Martí Batres, Zazil Carreras, Alfonso Durazo, etcétera. Ya no debe López Obrador regalar posiciones políticas a tipos perversos como Jesús Ortega, Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús Zambrano, Carlos Navarrete, etcétera.
Morena, porque cuenta con mayor autoridad moral, derrotará al PRD en las urnas. Eso es lo fácil. Lo difícil será superar al PRI y al PAN. La sola autoridad moral no le funcionará a Morena en su lucha contra panistas y priistas. Ni le servirá de gran cosa la pasión y la vehemencia, mjy agresiva vehemencia, con la que normalmente debaten sus militantes.
En este momento hay homenajes en España a un entrenador de futbol recientemente fallecido, Luis Aragonés. Se supone que él demostró que no solo se puede jugar bonito, sino que se puede ganar jugando bonito.
En política “jugar bonito” significa que se puede ser educado en el debate. El mejor Andrés Manuel es el Andrés Manuel amable y con sentido del humor. El peor Andrés Manuel es el agresivo, el que ofende, el que no mide sus palabras. La “república amorosa” le dio más a AMLO que el “cállate chachalaca”. De hecho, el “cállate chachalaca” le quitó votos en 2006. El Andrés Manuel del debate presidencial de 2012, el que se definió a sí mismo como “aflojado en terracería”, cautivó a los electores, inclusive a los priistas y panistas. ¿A dónde voy con esto? A que se puede y se debe ser cortés. En estos tiempos en que a los de Morena se les está quitando lo Cuauhtémoc (Cárdenas) bien harán si los da por lo cortés.
Deben ya los simpatizantes de Morena poner sus fobias a un lado. Les estorban, y mucho. Un talentosísimo colaborador de SDPnoticias, Héctor Palacio, no puede dejar pasar nada de lo que hace el historiador Enrique Krauze sin criticarlo, muchas veces injustamente. Participó Krauze, porque se lo pidió la familia del poeta que murió la semana pasada, como orador único en el homenaje a José Emilio Pacheco en el Colegio Nacional. Pues bien, Palacio publicó un artículo para manifestar su extrañeza ante el hecho de que Krauze, que criticó a AMLO en 2006, haya homenajeado a Pacheco, partidario de Andrés Manuel ese año.
Y ni para qué mencionar lo expresado por Federico Arreola, aquí mismo, de que el discurso de Krauze en el adiós a Pacheco no mereció ni una sola línea en La Jornada, donde no le perdonan al historiador alguna vieja ofensa.
Para vencer al PRD, no hay la menor duda, a Morena le bastará con jugar fuerte y en la forma absurdamente agresiva en que sus militantes acostumbran actuar. Pero, para derrotar al PRI y al PAN, Morena tendrá que jugar también muy fuerte, pero con amabilidad.
Hay que entender que estamos hablando solo de lucha política, electoral, democrática, no de una guerra o de un pleito de pandillas. Y la amabilidad y el buen humo, que Morena no debe dejar de exhibir, tienen que partir de abandonar obsesiones como las que llevan a muchos izquierdistas a ofender por cualquier cosa a Enrique Krauze, un intelectual que quizá no será nunca aliado de AMLO y Morena, sobre todo porque no es su papel, pero que es influyente dentro y fuera de México y que es mucho lo que puede hacer, y aun hace,  por la causa de la izquierda.
Recordemos que AMLO buscó a Krauze en 2012 para pedirle apoyo. No se concretó el acuerdo entre ellos porque nadie en Morena, ni Andrés Manuel, fue capaz de entender que no se le podía por un lado solicitar ayuda a un historiador de origen judío, y por otra parte no hacer nada, ni siquiera condenar, las expresiones antisemitas de un tipo que ojalá ya no esté en Morena, como el sembrador de odios profesional Alfredo Jalife, que también ha lanzado sus envenenadas palabras como gente de Morena.


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