En medio de la captura de El Chapo Guzmán —golpe mediático que mantiene, no obstante, inalterable la influencia del narco mexicano—, el estancamiento de la economía sigue saqueando el bolsillo de los mexicanos, con desempleo dramático, nulo crecimiento y expectativas pesimistas.
¿De qué sirve que el jefe narco esté tras las rejas si casi tres millones de mexicanos carecen de empleo?
¿De qué sirve que haya caído si al inicio de 2014 se dispararon los precios de la canasta básica?
¿De qué sirve que fuera aprehendido ante un país inmerso en una crisis desalentadora en cuanto a crecimiento y pronósticos financieros?
Y no es percepción. Allí están las cifras irrebatibles y dolorosas:
Durante enero pasado se crearon tan sólo… ¡21 mil 979 nuevos empleos!, reporta el IMSS. Son los números de la vergüenza. Es una cifra que bien pudo haberla registrado un solo estado o hasta un municipio mayor. Pero no. Es un número a nivel nacional. Es la cifra más baja desde 2009. Y algo desolador: en ese mes desaparecieron 22 mil 654 empleos de carácter permanente. La tasa de desocupación fue de 5.05 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Después de perder un hijo, nada más doloroso que perder el trabajo.
La economía mexicana solamente creció un puntito (1.1 por ciento) durante 2013, primer año del gobierno peñista, su peor avance desde 2009, cifra menor a la prevista por Hacienda. En 2010, 2011 y 2012 —segunda mitad del gobierno de Felipe Calderón—, la economía creció a una tasa promedio anual de 4.3 por ciento, tras el desplome negativo de 6.1 por ciento en 2009 derivado del impacto de la crisis financiera mundial detonada por el desastre inmobiliario en Estados Unidos.
La deuda financiera de estados y municipios se duplicó en los últimos años al pasar de 186 mil 470 millones de pesos a 482 mil 807 millones al cierre del año pasado, su mayor nivel desde que tiene registro. DF, Nuevo León, Veracruz y Chihuahua son las entidades que más deben. No podría ser de otra manera: el gobierno federal registra la deuda pública más alta de la historia: 687 mil millones de pesos. Esa película ya la hemos visto durante los sexenios deLópez Portillo y de Carlos Salinas: el endeudamiento irresponsable que detonó, en gran parte, las crisis más dolorosas para los mexicanos. Y en ello —en provocar desastres económicos— los priistas son expertos.
Especialistas financieros estiman que las expectativas de crecimiento de la Secretaría de Hacienda tanto para 2014 como para 2015 no serán alcanzables. Para Marco Oviedo, economista en jefe de Barclays, la confianza de los consumidores mexicanos tardará más tiempo en recuperarse. La consultora redujo la proyección de crecimiento para este año, de 3.7 a 3 por ciento. El PIB creció el año pasado tan sólo 1.1 por ciento, incumpliendo la proyección de la SH, que era de 1.3 por ciento.
De poco o nada servirán reformas incompletas o mutiladas —como la educativa— o manejadas con intereses más políticos que productivos —como la energética—, mientras la situación económica continúa en punto muerto. Sin avance. Aún más: con evidentes retrocesos.
El Chapo Guzmán en la cárcel. Ok. A ver mañana qué comemos.
ARCHIVOS CONFIDENCIALES
PAN. Josefina Vázquez Mota abandona la contienda de elección interna, a pesar de ir arriba en las encuestas, alegando que el partido azul está inmerso en un clima de “crispación” y por ello mejor no le entra. Vaya decepción. Es, precisamente, en momentos de crisis, cuando se ve el temple, la eficacia y el carácter del político (a) valioso; comodino resulta querer un entorno sin sobresaltos o sin conflictos. Bien haría Josefina en leer a Churchill alguna vez en su vida. Y ya hay versiones que la ubican en una embajada. De aceptar el regalo diplomático del gobierno priista, Vázquez Mota caería en el vulgar chambismo político y perdería el capital político ganado. Veremos.
FERROCARRILES. La propuesta de reforma a la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario busca un punto fundamental: romper el duopolio que integran Grupo México (controladora de las compañías Ferromex y Ferrosur), y la firma estadunidense Kansas City Southern, que son las únicas que prestan el servicio de carga. Esta concentración ha sido perjudicial para la economía. Ejemplo: la industria acerera, que representa 25 por ciento de la carga transportada por ferrocarril en el país, paga tarifas ferroviarias entre 37 y 57 por ciento más caras que en Estados Unidos. Urge que el sector se abra a la competencia.
Twitter: @_martinmoreno
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