El gobierno federal a través de la Secretaría de Hacienda presentó eso que dio en llamar Acuerdo de Certidumbre Tributaria.
Excepto si hubiera “eventos macroeconómicos”, dijo el titular Luis Videgaray, no habrá nuevos impuestos en lo que resta del sexenio.
Y tan pronto lo dijo el hacendario mayor, el Congreso de la Unión se transfiguró en un recipiendario de ecos; unos en favor, otros en contra.
O lo que es lo mismo: Unos chorreantes de cinismo; otros con el hígado escocido.
Verbigracia: el coordinador de la bancada senatorial priísta Emilio Gamboa Patrón: “Quiero felicitar al Presidente Enrique Peña Nieto y a su secretario de Hacienda de tener la sensibilidad de hacer un pacto económico, que le da garantías a las clases medias, a las clases bajas, que no habrá incremento en su sexenio, y demuestra la preocupación del Presidente, que sus reformas han venido avanzando”.
Gamboa remachó su dicho así: “El Gobierno federal, con una enorme sensatez, con enorme profesionalismo, ha anunciado ante la opinión pública mexicana lo que jamás se había anunciado: Que no habrá nuevos impuestos en cuatro años y medio más del gobierno del Presidente Peña. Me parece un acto de congruencia con la política económica y con la política de finanzas del Presidente”.
Más de cuatro opositores al PRI respingaron; pero nadie lo hizo con la jiribilla con que lo hizo el diputado Ricardo Monreal: “Este acuerdo es una tomadura de pelo”.
Y apostillaba que “se pagarán los mismos impuestos altos, inequitativos y desproporcionales que se aprobaron con la reforma fiscal, hasta el final del sexenio”.
En contrapartida, siguió el diputado, “el acuerdo que esperaban los contribuyentes y las empresas era exactamente al revés.
Es decir, que en diciembre se revisará la estructura impositiva, esencialmente inequitativa, que se aprobará una nueva modificación a la disminución de los impuestos, que estos impuestos están afectando a todos los contribuyentes, clases medias, pequeñas y medias empresas, y al mismo gobierno, porque como todos saben la recaudación fiscal cayó en enero pasado.
Los ingresos que esperaba el gobierno no se obtuvieron porque la economía está estancada”.
En la Cámara de Senadores, a propósito del mismo Pacto, el priísta Emilio Gamboa Patrón, en cambio, decía: “El Pacto nos va a llevar, sin duda alguna, a la generación de empleos, que empezarán a generar las reformas que hemos aprobado”.
Y apostillaba Gamboa: “Fue un inicio de año difícil, complejo.
Lo reconoció el secretario de Hacienda, pero estoy convencido que vienen muy buenos meses y años para México.
Estoy convencido que México retoma el rumbo de crecimiento y desarrollo que se había extraviado en los últimos años, y que el Presidente Peña tiene claro que lo primero que debe cumplir es elevar el nivel de vida de los mexicanos.
Y con medidas como ésta (se refería al Pacto de marras) así se llevará a cabo”.
En la Cámara de Diputados, el diputado Monreal, de Movimiento Ciudadano, en cambio decía: “Un verdadero acuerdo o pacto fiscal que beneficie a la economía y a los ciudadanos debe ir en sentido contrario, debe considerar bajar los impuestos, evitar los gasolinazos de cada mes, recortar drásticamente el gasto corriente y suntuario del gobierno, como la compra del avión presidencial de más de 300 millones de dólares, y reforzar la rendición de cuentas, la transparencia y los mecanismos anticorrupción en el manejo presupuestal”.
Terció desde el Senado Miguel Barbosa Huerta, coordinador de la bancada senatorial perredista: “El anuncio del Pacto fiscal se da en un momento complicado para la economía mexicana.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los precios al consumidor en la primera quincena de febrero se elevaron en 0.12 por ciento, con lo cual la inflación para 2014 se calcula en el 4.21 por ciento.
Además, el Banco Mundial dio a conocer un informe donde señala el crecimiento de la pobreza y desigualdad en América Latina.
En (dicho) texto se puede leer que entre los países que destacan en este estancamiento se encuentra México, donde entre 2010 y 2012 se presentó un alza en la desigualdad”.
Otro que se le escocía el hígado por el Pacto aquel, fue el senador guerrerense Armando Ríos Piter, quien dijo: Es un acuerdo incompleto, en la medida en la que es un planteamiento unilateral que hace el Ejecutivo”.
Ríos fue de los que reclamó ayer al Ejecutivo que se haya arrogado el poder de decidir solo la política fiscal, cuando es el Poder Legislativo el que constitucionalmente mandata y hace las leyes.
Es un acuerdo, insistía Ríos Piter, que no da certidumbre a los ciudadanos y a los actores económicos, en el caso de los impuestos.
Y tampoco es un pacto surgido de la mano de quienes son corresponsables en la materia: Diputados y senadores.
A propósito de inflación en lo que va del año, en San Lázaro, en un estudio sobre la economía del país, el grupo Movimiento Ciudadano advierte la homologación del IVA en la franja fronteriza está provocando una inflación que roza el 45 por ciento.
Ahora las compras, incluso de víveres, las capitalizan tiendas estadounidenses, y se agrava el desempleo con la fuga de maquiladoras ante la desaparición del régimen de maquila.
A esto se sumaba el tercer gasolinazo del año, del sábado 1 de marzo.
Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/cuando-se-habla-de-economia-con-la-barriga-llena-1393649182
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