Los negocios oscuros de dos gobiernos panistas están marcados por las pisadas en el chapopote. En apenas poco más de un año, el director de Pemex, Emilio Lozoya, ha arañado la red de complicidades en la empresa y tocado amigos de presidentes. Inició un litigio en contra de las multinacionales SK Engineering, de Corea del Sur, y Siemens, de Alemania, por abusar en el proyecto de remodelación de Cadereyta, donde quedó en medio el empresario Jaime Camil, amigo del ex presidente Ernesto Zedillo y cercano al presidente Enrique Peña Nieto. Recientemente procedió contra Oceanografía, la empresa de Amado Yáñez Osuna, amigo de los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, acusada de fraude y lavado de dinero.
La corrupción en Pemex durante el panismo parece galopante y recurrente. La PGR ya empezó a interrogar a funcionarios de las áreas de operaciones marítimas y mantenimiento de Pemex Exploración y Producción (PEP), por donde pasaron los contratos de Yánez Osuna. En febrero pasado salió de la dirección de PEP Carlos Morales Gil, quien estuvo ahí casi una década, la de los grandes negocios petroleros que hoy apestan. Antes de él estuvo Luis Ramírez Corzo, quien sustituyó al primer director de Pemex en el gobierno de Fox, Raúl Muñoz Leos.
¿Qué hicieron los funcionarios foxistas en Pemex? Las investigaciones deben dar luz a ese hoyo negro en el cual tuvieron los gobiernos panistas a la empresa estatal. Durante años navegaron en la impunidad, pese a las denuncias que se hicieron públicas. En este espacio se ha detallado a lo largo de la semana la red de vínculos entre Oceanografía y la familia Mouriño que le brindó apoyo, acceso y protección durante dos sexenios, en particular durante el de Calderón. Pero esa caja de sorpresas abarca a más empresas que hacían negocios con Pemex, mediante sus relaciones con ex funcionarios al más alto nivel.
Si Oceanografía es la empresa arquetipo hoy en día de lo que sucedió en la oscuridad de los contratos de Pemex, Arrendadora Ocean Mexicana (AOM), altamente beneficiada en el sexenio de Fox, es otra de las paradigmáticas sobre lo que nunca debió hacerse, y que no puede sustraerse de todo el escándalo petrolero. AOM recibió trato preferencial de Muñoz Leos y Ramírez Corzo, de acuerdo con una averiguación de la Secretaría de la Función Pública, que dibujó los primeros indicios de corrupción entre las administraciones foxistas en Pemex y AOM.
AOM era propiedad de Blue Marine Technology, cuyos socios son Antonio Juan Marcos Issa, y los hermanos Alfredo y Juan Reynoso Durand. Marcos Issa fue coordinador de asesores de Muñoz Leos, y cuando llegó Ramírez Corzo, los negocios no cambiaron para Marcos Issa. Según la Función Pública, eran empresas de papel que al amparo de la protección de altos funcionarios en el gobierno foxista, obtuvieron contratos multimillonarios sin necesidad de inversiones mayores ni experiencia en la industria.
Por ejemplo, documentó la renta de un buque noruego, “Bergesen”, donde obtuvieron una comisión de alrededor de 30%. Otro caso fueron seis contratos que les adjudicó directamente Ramírez Corzo en 2005 por más de mil 500 millones de pesos, por el arrendamiento de varios buques a la empresa danesa Torm, cuya renta ascendió, durante 2005 y 2006, a 35 mil dólares diarios cada uno. Esta operación fue revisada por la Auditoría Superior de la Federación, que determinó que AOM había provocado un daño al erario por más de 60 millones de pesos.
Pero nunca les pasó nada, pese a las evidencias de correos electrónicos que revelaban una operación en los niveles jerárquicos. La Función Pública encontró en esos años una comunicación permanente entre Juan José Suárez Coppel, en ese entonces director de Finanzas de la empresa, y director de Pemex con Calderón, y con Marcos Issa. En uno del 16 de noviembre de 2005, Marcos Issa decía a Suárez Coppel: “Ya con los 800 quedamos a mano”. En otro del 6 de febrero de 2006, le reclamaba: “Mira, cabrón, si vas a estar con tus mamadas, no hacemos nada y ahí le paramos”. De los puros mensajes no se podía colegir delito, pero todas las investigaciones fueron congeladas.
Cada quien siguió su camino. Marcos Issa fue defraudado por Oceanográfica. Suárez Coppel era protegido del entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, cuyo sobrino Mario Díaz Álvarez, está ligado al escándalo de Oceanografía. En 2012, su hijo Gonzalo Gil White, asumió la dirección de la nueva empresa Oro Negro, para operar en la industria de hidrocarburos. Ramírez Corzo es otro de los accionistas, que se presenta como el director de Pemex que introdujo “iniciativas estratégicas (enfocadas) en la apertura a la participación del sector privado” en el sector energético. Este es un botón del Pemex durante los años del PAN y de la suerte de algunos de sus protagonistas.
twitter: @rivapa
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