lunes, 3 de marzo de 2014

Salvador García Soto - Blanquiazules al grito de guerra

Después de meses de escarceos, estratagemas y enfrentamientos, finalmente la batalla por el PAN llega a la contienda formal y este domingo quedaron definidas las dos fórmulas que se enfrentarán por la dirigencia del partido. Con el anuncio de la candidatura por la reelección de Gustavo Madero contra la alianza que presentaron ayer Ernesto Cordero y Juan Manuel Oliva, quedan definidos los dos bandos que se enfrentarán en una campaña de dos meses en la que el mayor riesgo que tiene el panismo es el ahondamiento de la división interna que puede terminar en una ruptura entre las dos corrientes en disputa.

Mientras Madero habla de un partido en unidad, del otro lado, Cordero y Oliva se unen en su contra y aunque afirman que su alianza de último momento no es contra la reelección maderista, queda claro en el arranque de esta contienda que hay un bloque dominante y que detenta el control de la estructura -el maderismo- y otro bloque opositor que en condición de desventaja echará mano de todos los recursos -guerra sucia y campañas negativas incluidas- para tratar de denostar al puntero y equilibrar la lucha interna.



Pero detrás de la disputa formal en el panismo hay otra lucha soterrada en la que, además de los dos bandos en disputa, participan actores y personajes operando desde las sombras y con la clara intención de inclinar la balanza a favor de una u otra de las fórmulas blanquiazules. Es el caso del ex presidente Felipe Calderón que, aunque en público afirma que no se mete a la contienda del PAN, tras bambalinas es jefe político del senador Ernesto Cordero y un operador importante que asesora, maquina y ejecuta estrategias y golpeteos que buscan apoyar al calderonismo en la reconquista del partido.

Junto con Calderón participan algunos de sus operadores más cercanos, desde su esposa, Margarita Zavala, hasta su cuñado, Juan Ignacio Zavala, o algunos de los colaboradores de su sexenio como Roberto Gil Zuarth, Javier Lozano Alarcón, Alejandra Sota y Max Cortázar. El objetivo del calderonismo que hoy arropa a Cordero es claro: evitar que Madero se haga del control total del PAN, no sólo de la dirigencia sino del Consejo Nacional, con lo que tendría mano en la definición de las candidaturas a diputados en 2015 y se colocaría también como un aspirante fuerte a la sucesión presidencial de 2018.

También hay otros “actores externos” al panismo que, sin figurar formalmente, meten las manos al proceso panista. Es el caso de la administración del presidente Enrique Peña Nieto que, por razones de gobernabilidad y conveniencia política, apuesta por la reelección de Gustavo Madero, uno de sus aliados clave en el Pacto por México. Frenar al calderonismo que representa Ernesto Cordero sería también un objetivo de Los Pinos que sabe que el senador representa una oposición frontal al proyecto peñista y ha estado en contra de la mayoría de sus reformas.

No es casualidad que, justo antes de que arranque la batalla por el PAN, desde el gobierno comiencen a dar golpes políticos muy claros con investigaciones, expedientes y capturas que le pegan directamente al ex presidente Calderón. Los ejemplos sobran, desde Gastón Azcárraga, el dueño de Mexicana al que dejó libre y tranquilo el calderonismo, hasta las capturas de José Susumo Azano, el contratista militar del sexenio, y la de Joaquín Guzmán Loera, de quien tanto se rumoró era el capo protegido del gobierno anterior.

A eso se suman los informes de la Auditoría Superior de la Federación sobre un faltante de más de 285 mil millones de pesos en la cuenta pública del último año de gobierno de Calderón o la recién reactivada investigación contra Oceonografía, empresa contratista de Pemex favorecida en los sexenios de Fox y de Calderón y a la que se dieron contratos ilegales por miles de millones de pesos a través de calderonistas muy cercanos como César Nava, Salvador Vega Casillas o ex funcionarios de Pemex como Carlos Morales Gil.

Lo interesante es que, aunque el gobierno de Peña Nieto tiene un interés muy claro en la disputa interna del PAN, apoyar la reelección de Madero, los peñistas más encumbrados no juegan necesariamente del mismo lado en la disputa blanquiazul. En las cúpulas del panismo se comenta, por ejemplo que mientras Miguel Osorio Chong, secretario de Gobernación es más cercano al maderismo, Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda, mantiene vínculos con Cordero y de hecho tiene en su equipo actual de Hacienda a varios corderistas que mantuvo del sexenio pasado, como Carlos Treviño, de Financiera Rural o Dionisio Pérez Jácome, en la OCDE.

Videgaray se había distanciado de Madero por las diferencias que tuvieron en la discusión y aprobación de las reformas fiscal y financiera y hay quienes afirman que desde Hacienda ha salido información que también intenta vincular al presidente del PAN con Oceanografía, por haber utilizado un avión de esa empresa durante una gira a Campeche en noviembre pasado.

Así que en la lucha por el PAN los blanquiazules arrancaron ayer al grito de guerra; pero definitivamente no son los únicos que están interesados en participar en la forma en que se definirá esta disputa por el partido de la derecha mexicana.

Fuente: http://www.24-horas.mx/serpientes-blanquiazules-al-grito-de-guerra/

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