jueves, 12 de junio de 2014

Sergio Sarmiento - La copa de Dilma

“Brasil, como el Cristo Redentor, está de brazos abiertos para
acogerlos a todos ustedes.”
Dilma Roussef



En su plan para mantener al Partido del Trabajo en el poder, el entonces presidente Lula da Silva de Brasil promovió ciertas medidas clave. Una fue mantener las reformas estructurales hechas por su predecesor, Fernando Henrique Cardoso, como la apertura de la industria petrolera a la inversión privada para no afectar la inversión productiva y mantener el crecimiento económico. La segunda, adoptar programas de subsidio a los más pobres como Bolsa Família y Fome Zero (Hambre Cero). La tercera, obtener la sede de la Copa del Mundo de futbol de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016.

La enorme popularidad de Lula, consecuencia en parte de su carisma personal pero también de estas estrategias, permitió la elección de Dilma Roussef como su sucesora. Desde el 1o de enero de 2011 Roussef ha sido la presidenta del país a pesar de no tener el carisma personal de Lula. Dilma es una política surgida de una familia de clase media alta que se hizo guerrillera en los años sesenta y fue detenida y torturada por el régimen militar en 1970. Ha militado en el Partido del Trabajo durante años y trabajado de cerca con Lula, de quien fue ministra y jefa de gabinete.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

De todas las apuesta de Lula para el futuro, la de ser sede de la Copa del Mundo, en un país en el que el futbol es religión, parecía la más segura. Pero la política se desarrolla siempre por senderos sorprendentes. Las protestas en torno al enorme gasto, que en un principio parecieron limitadas a pequeños grupos radicales, han golpeado fuertemente la popularidad de la presidenta Roussef. Al comienzo de su mandato, en enero de 2011, la mandataria gozaba de una aprobación de 56%, cifra que ascendió a 60% entre septiembre de 2012 y marzo de 2013. Con la primera oleada de protestas ante la Copa del Mundo, que se llevaron a cabo en junio y julio de 2013, de manera simultánea a la Copa Confederaciones, la aprobación de la Presidenta cayó a 30%. En marzo de este 2014 la tasa se encontraba en 36%, que no le garantiza la reelección en los comicios presidenciales de octubre de este año.

Se espera que el gobierno de Brasil gaste unos 11 mil millones de dólares en la organización y construcción de infraestructura de la Copa del Mundo, aunque algunos analistas piensan que el monto puede elevarse hasta 16 mil millones de dólares. El precio de los Juegos Olímpicos de 2016 se calcula en estos momentos entre 14 mil y 18 mil  millones de dólares.

Lula ha aportado su popularidad para defender el Gobierno de Dilma. Por eso emitió declaraciones en el sentido de que Brasil está mejor que México, País con el que frecuentemente se compara el suyo. La propia Presidenta ofreció un discurso este 10 de junio en el que señaló que Brasil está listo para la Copa. Añadió que el Gobierno ha gastado 212 veces más en salud y en educación que en estadios, pero tomó la decisión inusitada de no estar presente en el juego inaugural de este 12 de junio. Quiere evitar, al parecer, los abucheos que podrían generarse en la ceremonia inicial.

Al final la apuesta de Lula y Dilma quizá dependa ya no de la forma en que se hayan realizado las inversiones sino del desempeño de la canarinha, la escuadra nacional. Si bien los activistas políticos no tienen al parecer interés en el futbol, y más bien ven a un gobierno debilitado por la cercanía de la Copa, la mayoría de los brasileños adora a su selección. Un sexto triunfo en el Mundial generaría optimismo y ayudaría a apuntalar a Dilma. Pero un nuevo maracanazo, una nueva derrota del equipo nacional en casa, podría generar un pesimismo que no dejará de afectar las posibilidades de reelección de la presidenta.

Margen de FIFA


La Copa 2014 de Brasil generará ingresos a la FIFA por 4 mil millones de dólares, de los cuales 1,700 millones serán por derechos de televisión. Después de gastos, la FIFA se quedará con unos 2 mil millones de dólares de utilidad (Forbes). No está mal. Un margen de 50%.


Twitter: @SergioSarmiento
 
 
 
 

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