martes, 14 de octubre de 2014

Federico Reyes Heroles - A las raíces

Sentir es una obligación ética. Estamos hablando de seres humanos desollados, a los cuales quizá les prendieron fuego estando vivos, unos ojos fuera de sus cuencas rondan en las imágenes del horror, seres humanos que después fueron arrojados a una fosa que se convierte en pira. No estamos en el Medioevo, es pleno Siglo XXI. La acción está ya en el museo de las grandes ignominias, de las infamias que rebasan las páginas de Borges. Qué es esto, cómo llegamos aquí. A qué modernidad podemos aspirar cuando a unos kilómetros de la capital de un estado los policías obedecen las instrucciones del crimen organizado. A quién responsabilizar, acaso al “Estado autoritario”, a esa cueva del horror que todo lo explica y nada soluciona.

En 2014 todos somos responsables de no ir a las raíces de los problemas, de quedarnos en la pura demagogia, de abrazar acríticamente un código compartido de corruptelas y deformaciones monstruosas. En los cimientos de nuestro País hay una putrefacción que no se arregló con la alternancia que ha terminado siendo una esperanza vana. Hay estructuras institucionales perversas que, campantes, siguen entre nosotros atrapando a todos los actores. Los cínicos, los corruptos, los asesinos visten las playeras de todos lo partidos. Seamos radicales, vayamos a las raíces.







1.- La impunidad nos ahoga. Alrededor de nueve de cada 10 delitos no tiene consecuencias jurídicas. Es una invitación al crimen. Una actividad legal es mucho más riesgosa. Perversa es la vinculación de los procuradores con los ejecutivos. La impunidad en buena medida se explica por las omisiones sistemáticas de las instancias de investigación que están coludidas con policías, narcos y demás. Necesitamos fiscales independientes -hacia allá se encamina la PGR-, fiscales cuya permanencia, en el Judicial, sea escudo y garantía frente a cualquier tipo de presión. Cómo es posible que el Procurador estatal no supiera lo que ocurría en la tercera ciudad en importancia del estado. Y el Gobernador chiflando en la loma. Por eso es imposible erradicar la sospecha, por eso se exige su renuncia, para que no haya sombra en la investigación, por eso se habla de “desaparición de poderes”, porque no hay un referente creíble. ¿Consulta? Aguirre debía de renunciar por sentido de responsabilidad, de mínima dignidad, que por lo visto no tiene.


2.- Anarquía institucionalizada. Esa es la característica de nuestros cuerpos de seguridad. Un total de 2 mil 022 corporaciones, de las cuales más de 500 tienen menos de 10 elementos, con jornadas de trabajo absurdas de 24 por 24 horas, 10 elementos que en algún momento deben descansar.

Elementos sin entrenamiento, sin equipo, sin controles y con sueldos miserables.

3.- La evasión como forma de vida. El artículo 115 de nuestra Constitución es muy claro, la seguridad pública es responsabilidad fundamentalmente de los municipios. Pero claro, si el horizonte de Gobierno ha sido desde hace décadas de 36 meses, eso sí, con garantía de dejar el puesto, qué Alcalde quiere entrarle a los problemas de fondo. Más del 80% de la obra pública municipal no tiene continuidad, es un País de parches. Las entidades casi no cobran impuestos, estiran la manita para esperar que los dineros de la Federación fluyan. Y los municipios hacen lo propio con los gobernadores porque no cobran el impuesto madre al que tienen derecho: el Predial.

Salvo en la Ciudad de México, en el resto del País, o no se cobra, o es simbólico ese impuesto que, en buena medida, debería financiar la seguridad pública. Los países de la OCDE recaudan entre el 3 y el 5% del PIB por vía del Predial. México 0.3%; alcaldes pobres, desarmados, sin posibilidad de robustecer su ámbito de Gobierno por el perverso incentivo de la no reelección que los instala en la miopía de Gobierno. Iguala nunca permitió el Mando Único, es la explicación del Gobernador. Si estamos atenidos a la voluntad de los alcaldes no vamos a mejorar.

4.- No hay puros. Todos los partidos están penetrados. Todos han postulado candidatos sospechosos cuando no delincuentes francos. El flamante presidente del PAN, Ricardo Anaya, tiene toda la razón cuando plantea la necesidad de blindar la elección de 2015 con un compromiso de los partidos. ¿De verdad no sabían de los antecedentes y vínculos del prófugo? Tanta ingenuidad es indigerible. El acuerdo podría sustentarse en una solicitud al Cisen de información de los precandidatos a ser postulados. En la emergencia se podría crear un Consejo con presencia de la PGR, del Sistema Nacional de Seguridad, del INE, de especialistas y representantes de organizaciones ciudadanas abocadas a la violencia. La facultad otorgada al Consejo por acuerdo de los partidos sería una: el veto. Alcaldes, diputados locales y federales, secretarios de Gobierno y gobernadores, la penetración es brutal y hay que enfrentarla.

Iguala sacude a México y al mundo. El País de las reformas es también el País de la barbarie. Ya no caben evasiones, todos somos corresponsables. Lo sabemos desde hace tiempo. No aceptarlo es deshonesto.



Leído en http://www.am.com.mx/opinion/leon/a-las-raices-12522.HTML


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