lunes, 27 de octubre de 2014

Héctor de Mauleón - "Guerreros Unidos": ¿de qué tamaño es el monstruo?


El grupo, que opera en una zona en donde se produce más del 90% de la heroína mexicana, no es sólo una gavilla local dedicada a calcinar cuerpos y esconderlos en fosas

Lunes 27 de octubre de 2014

Del grupo criminal conocido como Guerreros Unidos no se sabe más que lo que las autoridades han ido filtrando a cuentagotas. Hasta hace poco, en ese relato, más que una amenaza real, la existencia de esa organización criminal parecía un triunfo de la guerra contra los cárteles de la droga.




De acuerdo con la “narrativa” oficial, Guerreros Unidos fue fundado en
el año 2011 por un grupo de ex gatilleros y ex lugartenientes de Arturo
Beltrán Leyva, quienes decidieron aprovechar las redes de criminalidad y
violencia que habían tendido durante el reinado de éste, para seguir
manteniendo bajo su control los estados de Morelos y Guerrero.

Privados de golpe, sin embargo, de los contactos trasnacionales que
poseía Beltrán Leyva; sensiblemente disminuidos tras las detenciones de
Edgar Valdés Villarreal, La Barbie, y Gerardo Álvarez Vázquez, El Indio;
divididos por pugnas internas que provocaron matanzas, así como la
creación de una buena cantidad de grupúsculos —La Barredora, Los Rojos,
El Cártel Independiente de Acapulco—, estos ex gatilleros y ex
lugartenientes perdieron la capacidad de realizar grandes operaciones
continentales y se lanzaron a extraer rentas de la sociedad mediante el
secuestro, la extorsión, el robo y el cobro de “derechos de piso”.

Prácticamente habían dejado de ser una amenaza a la seguridad nacional
para convertirse en un problema local que no tardaría en ser
solucionado. Eso dice, más o menos, el relato que hemos estado escuchando.

En abril de 2014 fue detenido en Toluca, Estado de México, uno de los
fundadores de Guerreros Unidos: Mario Casarrubias Salgado, alias El Sapo
Guapo. La PGR sostuvo que El Sapo Guapo había tejido una red de tráfico
de drogas que llegaba a Chicago, Illinois, y que para tal efecto
realizaba sus envíos en camiones de fruta y autobuses de pasajeros. Nada
mal para el líder de un grupo que ha perdido sus contactos
internacionales y se ve obligado a vivir de la extracción de rentas.

El pasado 18 de octubre, a casi un mes de que los Guerreros Unidos se
convirtieran en noticia nacional debido al secuestro, y posible tortura
y asesinato de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, las
autoridades informaron que el nuevo líder de esa organización, Sidronio
Casarrubias Salgado, había sido detenido en Toluca, Estado de México.

El director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón,
detalló que Sidronio Casarrubias fue detenido durante una revisión
vehicular: “Traía una credencial falsa, pero ya lo teníamos, le tomamos
huellas y salió positivo”. Aunque el funcionario no hizo mayores
precisiones, llama la atención que ambos líderes fueran detenidos
precisamente en Toluca. Llama la atención, también, que de acuerdo con
Zerón, Sidronio Casarrubias había vuelto de Estados Unidos para suceder,
al frente de la organización, a su hermano El Sapo Guapo.

Todo indica que Guerreros Unidos no es sólo una gavilla local dedicada a
calcinar cuerpos y esconderlos en fosas. En el menor de los casos, el
grupo, que opera en una zona en donde se produce más del 90% de la
heroína mexicana, forma parte de un eslabón de importancia considerable.

En 2012, la DEA elaboró un reporte que encendía focos de alarma ante la
inmensa cantidad de heroína que podía encontrarse en los mercados del
este y el medio oeste estadounidense. Según esa información, en áreas
metropolitanas de todo el país las autoridades habían detectado un
alarmante incremento en las muertes por sobredosis de heroína.

El informe señalaba que la incautación de esta droga en la frontera
suroeste había aumentado 232% desde 2008. De acuerdo con el documento,
si en 2008 las autoridades habían incautado 558.8 kilogramos de heroína,
en 2010 la cifra había ascendido prácticamente al doble: 1000
kilogramos. Los números se disparaban de forma imparable: para 2012, se
habían incautado ya 1,855 kilogramos.

“Aparentemente, el incremento corresponde al aumento en los niveles de
producción de heroína en México”, se lee en el reporte.

En un solo año los decesos por sobredosis de heroína habían pasado de 16
a 14, solo en Minneapolis. En Filadelfia, la heroína se volvió, en 2012,
la sustancia ilícita más involucrada en muertes por intoxicación: si en
2011, 138 cadáveres contuvieron la presencia de heroína o morfina, al
año siguiente la sustancia fue detectada en 251 cuerpos.

Para la DEA, la explicación de todo esto era que los cárteles mexicanos,
sin dejar de mover en mercados del este y el medio oeste la vertiente
mexicana de esa droga —la llamada mexican black tar, más oscura y menos
refinada—, habían comenzado a incrementar “su propio acceso a la heroína
blanca”.

¿Quiénes son en realidad los Guerreros Unidos? ¿Hasta dónde extendieron
su poder antes de que el secuestro de los 43 normalistas los balconeara
a nivel nacional? ¿Cuál es su conexión con el Estado de México? ¿Por qué
el ex gobernador de Guerrero nunca pidió ayuda ante esta amenaza?

Tengo la impresión de que la historia apenas comienza. Y que al igual
que en todas las historias de este México nuevo, salvajemente inédito,
apenas viene lo peor.

/@hdemauleon/
/demauleon@hotmail.com/

Fuente: http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/10/109482.php

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