Con ingenuidad ramplona y ofensiva frente a un país que clama
alimento y justicia en todos los órdenes, aparecen los gritos tribales
de los tiernos Atracomulcas, heridos en su “honorabilidad”,
deprimidos porque les descubrieron enjuagues celosamente custodiados,
pidiendo acción ejecutiva contra los “profetas del desastre”.
Sin empacho y sin malla de protección, ensayan un triple salto mortal
–que puede resultar otro “arabesco lateral”– y retoman el discurso
diazordacista denunciando a “fuerzas oscuras que tratan de
desestabilizar al país “, ¡cuando los que lo desestabilizan son ellos!
El descubrimiento de la adquisición de una casa en Lomas de
Chapultepec, de manos del contratista constructor favorito del
protectorado productor de codiciados enervantes y opiáceos, desató los
demonios que habitan en la conciencia de los pudibundos, ansiosos de
defender su honradez acrisolada.
¡Qué piel tan delgada la de los integrantes de la versión remasterizada de Los Beverly de Peralvillo!
¿Qué no saben que en el Altiplano, los medios de comunicación, las
redes sociales, la opinión pública y los retoños mandatarios deben y
pueden llevarse fuerte, a diferencia de lo que sucede en sus provincias?
¿No les enseñaron sus ancestros –formados en los closets de la Casa
del Risco, mansión de Isidro Fabela en el capitalino San Ángel–, que los
recios manejos del hombre son consustanciales a la vida política?
¿No recibieron los roces consustanciales a las condiciones agrestes
de ingreso que se utilizaban en el Grupo? ¿No fueron advertidos?
¿Por qué se llaman a sorprendidos?
Las reglas del juego en el que se inscribieron fueron redactadas de
consuno con sus ancestros políticos, los herederos de Gustavo Baz,
Carlos Riva Palacio, Adolfo López Mateos, Carlos Hank González, Juan
Monroy, Juan Fernández Albarrán y un largo etcétera.
Favorecerse de los réditos y de la renta económica del país, trae
aparejada la obligación de –como decía Adolfo Ruiz Cortines– “tragar
sapos sin hacer gestos” y no ejecutar ridículos “panchos” a las primeras
de cambio, cuando el juego está empezando. No se vale. ¡Están peor que
los gazmoños panistas!
¿Y LA LEY NO LES APLICA A ELLOS?
No hay “honorabilidad” que valga, cuando a alguien lo descubren con
las manos, literalmente, en la masa. No se puede acudir a la protección
del “decoro” o la “privacidad”, cuando está en juego la gobernabilidad
del país.
La zona del confort de la “molestia” en la vida personal, no es para
que sea habitada por personas que tienen el encargo ciudadano de ser y
parecer.
Hay que pensar antes de actuar. Esas son cuestiones del derecho
civil, de los daños morales y perjuicios a los pobres particulares. No
son conceptos del derecho político que, en este caso, aplica. Aunque no
lo sepan allá en el rancho.
Y, ojo, en materia fiscal, de delincuencia organizada, de tráfico de
influencias, hablan apoyándose en la Ley de “actos relacionados”, pero
no para que les aplique a ellos. A ellos no. A los demás, sí.
¡Ah, y no revolver las paridas con las preñadas!, como eso de recibir
regalos de mercachifles que aparentemente dependen de los favores del
mandatario. No dejar que los patos le tiren a las escopetas. No permitir
que la televisora los absuelva de pecado venial. ¡Qué pena!
Recibidos el sábado anterior a porta gayola por un público dolido por
la crisis económica y ciertamente exigente de que se solucione la
sarracina en que se ha convertido el territorio nacional, la familia
real de Los Pinos se siente ofendida e injustamente conculcada .
Lo primero, ir corriendo a Cuautitlán –fuera de México, como dice el
refrán– para ser homenajeado por un gobernante local, Eruviel Ávila,
escogido a modo y sujeto desde el inicio de su “mandato” a un escrutinio
merecido por sus relajados y atrevidos modos de mando.
Y ahí, entre los besos y abrazos de las mujeres precaristas, obtener
el cuerpeo y el afecto multitudinario de la masa informe para gritar a
los cuatro vientos que nada detendrá el avance del país. Que los
desestabilizadores atentan contra su “proyecto” de Nación.
¡QUÉ CHULA IDEA DE NACIÓN!
¡Chula su idea de Nación! Desarrollada en los dos primeros años para
abdicar de la soberanía, exigir la llegada salvífica de los
inversionistas extranjeros para extraer a tambor batiente los bitúmenes,
y recoger los “moches” que solucionarán los problemas familiares de
nuestros dirigentes, de aquí a su enésima generación futura.
¡Chula su idea de Nación!, a través de la cual el Virrey Videgaray
colecciona galardones internacionales con cargo a nuestros impuestos,
seca la economía nacional, hambrea a la población, destruye la planta
productiva y aterroriza a los contribuyentes con su cínica actitud y
ofensivo copete.
La exagerada y desbocada voracidad temprana, destruyó para siempre la
credibilidad y confianza que la gente tenía en la restauración Atracomulca. Ningún dinero, ni operación política alcanzará para empezar siquiera a pretender levantar el tiradero.
¡Chula idea de Nación al garete!, en la que ninguna autoridad
interviene para meter orden a un puñado de revoltosos que lucran en las
carreteras con el dolor de las familias agraviadas, que saquean e
incendian la escasa tranquilidad y las ínsulas de paz.
¡Chula su idea de Nación!, en la que los cautivos teleauditorios
deben fumarse a toda hora del día las insoportables apariciones en
pantalla de Oso..rio Chong y pasar el martirio ajeno de sus lagunas disléxicas .
En la que vemos cómo se agigantan los problemas y se empequeñecen los
responsables de la procuración de la justicia, de la movilidad, la
habitabilidad, la seguridad y la integridad de sus habitantes, entre
otras cuestiones urgentes de resolver.
Los causantes cautivos de los chichimecas no nos espantamos de la
adquisición por cualquier medio, de una casa del tamaño que esta sea.
Nos ofende lo que están –¿o estaban?– haciendo con el patrimonio
nacional. La casa es lo de menos.
El desprendimiento mexicano indica que pueden disponer de ella o sus “derechos” como mejor les acomode.
El juicio público ya es irreversible. La moral no se puede despercudir. No existen lavaderos de mentiras.
Se perdió la oportunidad. No hubo golpe de timón. Ni penitencia. Sólo más mentiras y soberbia. ¡Lástima de investidura!
Lo que vimos, en fin, solo fue una nueva versión de Lo que callamos las mujeres. ¡Al cabo, para eso están!, piensan ellos.
Índice Flamígero: Del apoyo de los
gobernadores reunidos en la Conago habla hoy el diputado sinaloense
Manuel Cárdenas Fonseca en su artículo periodístico: “Fue para ellos
mismos”. ¿Por andar en las mismas? Y remata: “El Presidente sabe –eso
espero– que un gobierno tirano podrá controlar vidas momentáneamente,
pero nunca los pensamientos, jamás las mentes”. + + + Y de la genial
pluma de El Poeta del Nopal tomo como propio el siguiente
epigrama: “Sin ser un provocador, / algún incendio he causado, / pues mi
valioso legado / no vendo al mejor postor; / puedo mirar sin temor / a
las personas de frente, / nadar a contracorriente, / gritar sin alzar la
voz / y ante el fanatismo atroz / trato de ser muy paciente; / (pero si
algún pe…nitente / insulta mi inteligencia / suelo perder la paciencia /
y estallar, literalmente)”.
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com / @pacorodriguez
Leído en http://www.indicepolitico.com/piel-delgada-de-habitantes-de-los-pinos/
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