La respuesta al texto de Cárdenas, hijo del expresidente Lázaro Cárdenas y quien es conocido como el “líder moral del PRD”, llegó la tarde de este lunes. Carlos Navarrete,
el actual dirigente del partido, ha dicho en una conferencia de prensa
que tratará de reunirse en privado con Cárdenas para tratar el tema. “La
propuesta será valorada por el Consejo Nacional el próximo 29 de
noviembre”, agregó Navarrete.
Cárdenas
pretende que tras la dimisión de Navarrete y su secretario general se
forme una dirección provisional que represente la pluralidad de las
corrientes. Esta será la encargada de convocar a un congreso que
actualice las bases ideológicas para el partido y que elegirá a los
nuevos liderazgos.
La matanza de Iguala
ha profundizado una crisis que el PRD ha arrastrado desde que Nueva
Izquierda, una de las corrientes que forman al partido, asumió el poder,
en 2008, e impuso su visión. Cárdenas enlistó en su carta algunas
críticas a esa estrategia: “la imposición de prácticas sectarias y
clientelares en su vida interna; una línea política de contradicciones,
corrupción e incumplimiento de los estatutos… alianzas electorales
equívocas… y por las desafortunadas y cuestionables decisiones tomadas
por la dirección nacional a partir de la desaparición de 43
estudiantes”.
Los militantes del PRD que simpatizan con otras
corrientes aseguran que Nueva Izquierda (NI), conocida coloquialmente
como Los Chuchos, ha favorecido al pragmatismo sobre los principios de
la izquierda. Jesús Zambrano y Jesús Ortega, dos de líderes más visibles de NI y expresidentes del PRD, firmaron el Pacto por México,
donde aliaron al partido con el Gobierno de Enrique Peña Nieto, del
PRI, su histórico rival. También fueron muñidores de algunas alianzas
con el PAN, la derecha, para derrotar al PRI en algunos de sus
bastiones. De esas coaliciones surgieron personajes como Ángel Aguirre, el defenestrado gobernador de Guerrero. El PRD también postuló a José Luis Abarca
a la alcaldía de Iguala y quien señalado por las autoridades como quien
dio la orden para la detención de los estudiantes de Ayotzinapa.
“El PRD se encuentra en una grave situación de
postración y agotamiento… Está a punto de disolverse o de quedar como
una simple franquicia político electoral subordinada a intereses ajenos a
los de su amplia base militante”, señaló Cárdenas.
Los recientes señalamientos han comenzado a encontrar apoyos. El senador Alejandro Encinas, muy cercano a Andrés Manuel López Obrador —que abandonó el PRD por diferencias con Los Chuchos—,
y René Bejarano, un polémico pero influyente miembro de Izquierda
Democrática Nacional, otra de las principales corrientes del partido, se
han sumado a la petición de Cárdenas, que entre sus credenciales cuenta
con ser el primer Jefe de Gobierno (alcalde) electo del Distrito
Federal, un puesto que la izquierda retiene desde 1997.
El PRD se fundó en 1989 después de que Cárdenas
abandonó el PRI, donde encabezaba una corriente democratizadora. La
unión de este bloque crítico del partido hegemónico con los sectores de
la izquierda que habían permanecido marginados como los comunistas,
socialistas y sectores obreros dieron forma a un partido que a la fecha
tiene 4.5 millones de militantes y que con Andrés Manuel López Obrador
llegó a ser la segunda organización más votada en las presidenciales de
2006 y 2012.
Una férrea oposición a Nueva Izquierda comienza a
hacerse uniforme en un partido que por décadas se ha caracterizado por
la pluralidad de opiniones y la ríspida relación entre sus corrientes.
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