domingo, 23 de noviembre de 2014

Sara Sefchovich - La primera dama

Desde hace muchos años (1982 para ser exacta) he estudiado a las esposas de los gobernantes de México para conocer sobre su importancia en la cultura y la política, a partir de su quehacer público en el desempeño de esa función. El resultado de ese trabajo está en varios libros y artículos, principalmente en "La suerte de la consorte" (editorial Océano), texto que he corregido, aumentado y puesto al día varias veces, para agregar a las primeras damas en cada sexenio transcurrido desde su primera edición. La versión que circula ahora ya incluye a la señora Angélica Rivera de Peña Nieto.

Explico esto para que el amable lector pueda poner en contexto mi artículo de hoy, porque en él sostengo que el tema de la casa de Las Lomas, que tanto ruido ha hecho en fechas recientes, no tiene que ver con el tema de la Primera Dama.










Se trata de un asunto político que se enmarca dentro del objetivo de pegarle al Presidente, desestabilizar su gobierno e incluso, si se puede, hacerlo renunciar. La compra que hizo su esposa es un eslabón de esa cadena, tal vez el menos importante, pero ha resultado muy efectivo, pues ha obligado a la señora y al propio Mandatario a comparecer ante la opinión pública dando información sobre su patrimonio.

Este hecho inédito ha sido posible por la indefinición jurídica que existe sobre las primeras damas.

Y es que si bien ellas no son oficialmente servidoras públicas, sí tienen un nombramiento en una institución del Gobierno. La señora de Peña Nieto es presidenta del Consejo Consultivo Ciudadano del DIF, cargo en el que no cobra salario pero está obligada a trabajar, y del que tomó posesión en una ceremonia en la residencia oficial de Los Pinos con presencia del Presidente. Este enredo es lo que da pie a la confusión, pues no hay claridad en la frontera entre ser o no servidora pública. Por eso he venido insistiendo desde hace años en que se deben reglamentar los derechos y deberes de las primeras damas, algo que no les ha parecido importante a los legisladores, con todo y que hemos tenido esposas que lo habrían ameritado por lo que hicieron.

Pero por lo pronto, no queda claro si podemos exigirle cuentas, pues para los ciudadanos existe el derecho a la privacidad y al resguardo de datos personales, algo que no se le respetó a la señora.

Lo que salió a la luz con su declaración pública fueron tres cuestiones importantes: una, la exhibición de las cantidades fabulosas de dinero que se pueden ganar y gastar, algo que resulta impactante pero no es ilegal, es asunto de cada quien con aquel que lo contrata y nada tiene que ver con los contribuyentes, siempre y cuando pague sus impuestos. Y la señora lo hizo.

Dos, el influyentismo que permite hacer y deshacer. Pero que tire la primera piedra quien no use eso en este País, esa es la cultura mexicana y todos solicitamos ayuda al primo del hermano del compadre que labora en tal oficina gubernamental o en tal hospital público para comprar, vender, resolver, conseguir, porque donde no funciona la ley, así se arreglan las cosas.

Y tres: la mirada contradictoria sobre las mujeres. Las feministas (y muchas periodistas, entre las que se cuentan algunas que han sacado a la luz este tema) hemos pugnado por la igualdad y la independencia de las mujeres y que quienes trabajan puedan usar sus recursos como mejor les parezca. Y sin embargo, cuando la señora Angélica presume este hecho, se lo desvaloriza y se la quiere obligar a considerar lo suyo como inseparable de lo de su marido.

Como resulta evidente de todo lo que he dicho, no ha habido consistencia en la manera de explicar y de interpretar esta situación, pues se revuelven demasiados elementos vengan o no a cuento. Y esa revoltura es posible porque nuestras leyes no son claras y sobre todo, porque en este caso, de lo que se trata es, repito, de usar a la señora para pegarle a su marido.

Escritora e investigadora en la UNAM

sarasef@prodigy.net.mx

www.sarasefchovich.com




Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104




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