Ingeniero Enrique Krauze:
Voy a recordarte un par de episodios en los que a dos personas a las
que respeto, aprecio y admiro se les exigía disculparse y hasta reparar
un daño moral por hechos lamentables que no provocaron. Me refiero a
Andrés Manuel López Obrador y a ti mismo, Enrique. Los dos, Andrés
Manuel y tú, decidieron no pedir perdón a pesar de que él estaba en un
gran riesgo de quedarse sin su capital político y de que tú podías
perder un juicio importante frente a personas muy influyentes.
Hoy, ingeniero Krauze, le pides al presidente Enrique Peña Nieto que
“encare a la nación, reconozca sus errores y ofrezca una disculpa al
pueblo mexicano. Nada confiere mayor nobleza a una persona en el poder
que reconocer su propia su humanidad”. No estoy de acuerdo con lo que
dices, de plano no. Te explico mis razones.
Andrés Manuel estaba en el poder político en los tiempos de los
videoescándalos, aquellos en los que algunos de los más cercanos
colaboradores del tabasqueño fueron exhibidos en la TV recibiendo dinero
en efectivo, ilegal desde luego, de manos del empresario Carlos
Ahumada.
Entonces, lo recordarás, no pocas personas prestigiadas le
exigieron al ahora dirigente de Morena que se disculpara. Hasta sus
mejores amigos y aun los intelectuales en los que más confiaba, como
Carlos Monsiváis, se sumaron a la exigencia de que Andrés Manuel pidiera
perdón. No lo hizo. Andrés consideró que no había hecho nada malo y
que, por lo tanto, no tenía que justificarse ante nadie ni aceptar
ninguna culpa. El tiempo le dio la razón.
Independientemente de lo que pensemos de Andrés Manuel, estarás de
acuerdo conmigo, querido ingeniero Krauze, en que hay muy pocos
liderazgos en México tan éticos, por así llamarlos, como el de ese terco
izquierdista que ha pasado por numerosas crisis de imagen, las ha
superado todas y con el tiempo ha hecho crecer su figura de hombre
decente al que las calumnias no perjudican.
A ti, Enrique, que jamás has tenido poder político pero que posees
algo más fuerte aún, el poder de la inteligencia, los directivos del
diario La Jornada, uno de los más influyentes que hay en
México, por un artículo que no escribiste pero que se publicó en tu
extraordinaria revista, Letras Libres, te exigieron que te
disculparas y que repararas un daño moral que tú no habías causado. Lo
fácil, pero te hubiera destruido, habría sido que pidieras perdón y
negociaras una compensación mínima, simbólica. No actuaste así porque no
habías hecho nada malo. Soportaste un desmedido juicio de muchos años
de duración y también innumerables ataques, pero tenías la razón y la
autoridad moral y, así, venciste en la arena jurídica y tu prestigio no
solo resistió las embestidas, sino que creció. Hoy tu reputación enorme
hace que sea noticia en todas partes lo que has pedido en el New York Times, que Peña Nieto se disculpe.
¿Por qué tendría que disculparse el presidente Peña Nieto? ¿Por la
crisis de Iguala-Ayotzinapa? Por eso no, ¡claro que no! EPN no la
provocó, sino gobernantes de izquierda, del PRD aliados de Morena.
¿Pedir perdón por la casa de su esposa, la señora Angélica Rivera?
Enrique, eso sería muy injusto. Ella es tal vez la única persona , ¡la
única!, que ha llegado a vivir a Los Pinos con un un patrimonio
importante construido en su vida privada, desde luego trabajando mucho y
honradamente. Abundan los que han escalado las mayores posiciones en el
gobierno que cuando iniciaron sus carreras políticas casi no tenían
bienes, pero que muy rápidamente se enriquecieron. No es el caso de la
señora Rivera, desde luego que no. Ella trabajó en una empresa,
Televisa, de la que fuiste consejero durante años, Enrique, y por lo
tanto sabes que ahí se paga bastante bien a las estrellas principales,
como Angélica Rivera lo fue en algunas telenovelas de gran éxito.
Enrique: Si AMLO se disculpaba por los videoescándalos, se acababa.
Por eso no lo hizo. Si tú pedías perdón y reparabas el daño a La Jornada,
te destruías. Por eso no lo hiciste. Y, bueno, si EPN acepta culpas que
no son suyas, es decir, si lo hace solo para dar gusto a tanta gente
que con perversidad lo ataca, nos quedamos sin presidente. Y no
necesitamos los mexicanos perder a nuestro presidente, que por lo demás,
lo sabes perfectamente, ha sido un gran gobernante. Las reformas
estructurales lo prueban.
Ingeniero Krauze: sabemos muy bien que a EPN se le ataca tanto y con
tanta furia y vileza, simplemente porque sobran afectados por los
cambios modernizadores.
Un abrazo, querido Enrique.
Leído en http://www.sdpnoticias.com/columnas/2014/12/10/querido-enriquekrauze-ni-epn-debe-disculparse-ni-lopezobrador-ni-tu-debian-hacerlo
Los derechos de autor son propiedad de los columnistas y sus periódicos; las columnas de los foristas son responsabilidad de ellos mismo; los comentarios, mentadas de madre y albures en Disqus son, también, responsabilidad de los foristas. Este lugar no tiene fines de lucro Aquí no se censura ni se modera. CUANDO SE PUBLIQUEN DATOS PERSONALES, POR SEGURIDAD, LOS POSTS SERÁN BORRADOS. Contacto: lafaunademilenio@gmail.com
RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.