jueves, 11 de diciembre de 2014

Federico Arreola - Querido @EnriqueKrauze ni @EPN debe disculparse ni @lopezobrador_ ni tú debían hacerlo

Ingeniero Enrique Krauze:

Voy a recordarte un par de episodios en los que a dos personas a las que respeto, aprecio y admiro se les exigía disculparse y hasta reparar un daño moral por hechos lamentables que no provocaron. Me refiero a Andrés Manuel López Obrador y a ti mismo, Enrique. Los dos, Andrés Manuel y tú, decidieron no pedir perdón a pesar de que él estaba en un gran riesgo de quedarse sin su capital político y de que tú podías perder un juicio importante frente a personas muy influyentes.

Hoy, ingeniero Krauze, le pides al presidente Enrique Peña Nieto que “encare a la nación, reconozca sus errores y ofrezca una disculpa al pueblo mexicano. Nada confiere mayor nobleza a una persona en el poder que reconocer su propia su humanidad”. No estoy de acuerdo con lo que dices, de plano no. Te explico mis razones.









Andrés Manuel estaba en el poder político en los tiempos de los videoescándalos, aquellos en los que algunos de los más cercanos colaboradores del tabasqueño fueron exhibidos en la TV recibiendo dinero en efectivo, ilegal desde luego, de manos del empresario Carlos Ahumada. 

Entonces, lo recordarás, no pocas personas prestigiadas le exigieron al ahora dirigente de Morena que se disculpara. Hasta sus mejores amigos y aun los intelectuales en los que más confiaba, como Carlos Monsiváis, se sumaron a la exigencia de que Andrés Manuel pidiera perdón. No lo hizo. Andrés consideró que no había hecho nada malo y que, por lo tanto, no tenía que justificarse ante nadie ni aceptar ninguna culpa. El tiempo le dio la razón.

Independientemente de lo que pensemos de Andrés Manuel, estarás de acuerdo conmigo, querido ingeniero Krauze, en que hay muy pocos liderazgos en México tan éticos, por así llamarlos, como el de ese terco izquierdista que ha pasado por numerosas crisis de imagen, las ha superado todas y con el tiempo ha hecho crecer su figura de hombre decente al que las calumnias no perjudican.


A ti, Enrique, que jamás has tenido poder político pero que posees algo más fuerte aún, el poder de la inteligencia, los directivos del diario La Jornada, uno de los más influyentes que hay en México, por un artículo que no escribiste pero que se publicó en tu extraordinaria revista, Letras Libres, te exigieron que te disculparas y que repararas un daño moral que tú no habías causado. Lo fácil, pero te hubiera destruido, habría sido que pidieras perdón y negociaras una compensación mínima, simbólica. No actuaste así porque no habías hecho nada malo. Soportaste un desmedido juicio de muchos años de duración y también innumerables ataques, pero tenías la razón y la autoridad moral y, así, venciste en la arena jurídica y tu prestigio no solo resistió las embestidas, sino que creció. Hoy tu reputación enorme hace que sea noticia en todas partes lo que has pedido en el New York Times, que Peña Nieto se disculpe.


¿Por qué tendría que disculparse el presidente Peña Nieto? ¿Por la crisis de Iguala-Ayotzinapa? Por eso no, ¡claro que no! EPN no la provocó, sino gobernantes de izquierda, del PRD aliados de Morena. ¿Pedir perdón por la casa de su esposa, la señora Angélica Rivera? Enrique, eso sería muy injusto. Ella es tal vez la única persona , ¡la única!, que ha llegado a vivir a Los Pinos con un un patrimonio importante construido en su vida privada, desde luego trabajando mucho y honradamente. Abundan los que han escalado las mayores posiciones en el gobierno que cuando iniciaron sus carreras políticas casi no tenían bienes, pero que muy rápidamente se enriquecieron. No es el caso de la señora Rivera, desde luego que no. Ella trabajó en una empresa, Televisa, de la que fuiste consejero durante años, Enrique, y por lo tanto sabes que ahí se paga bastante bien a las estrellas principales, como Angélica Rivera lo fue en algunas telenovelas de gran éxito.


Enrique: Si AMLO se disculpaba por los videoescándalos, se acababa. Por eso no lo hizo. Si tú pedías perdón y reparabas el daño a La Jornada, te destruías. Por eso no lo hiciste. Y, bueno, si EPN acepta culpas que no son suyas, es decir, si lo hace solo para dar gusto a tanta gente que con perversidad lo ataca, nos quedamos sin presidente. Y no necesitamos los mexicanos perder a nuestro presidente, que por lo demás, lo sabes perfectamente, ha sido un gran gobernante. Las reformas estructurales lo prueban.


Ingeniero Krauze: sabemos muy bien que a EPN se le ataca tanto y con tanta furia y vileza, simplemente porque sobran afectados por los cambios modernizadores.
Un abrazo, querido Enrique.



Leído en http://www.sdpnoticias.com/columnas/2014/12/10/querido-enriquekrauze-ni-epn-debe-disculparse-ni-lopezobrador-ni-tu-debian-hacerlo

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