El 2015 mexicano no será un año de iniciativas y grandes reformas, como
fueron 2013 y 2014. No, el que inicia será un año de marcado acento
electoral, en el que se renovarán un tercio de gobiernos estatales,
además de las cámaras de Diputados federal y legislativa de la capital
del país.
Es decir, 2015 marcará no sólo la primera mitad de los gobiernos de
Enrique Peña Nieto y Miguel Mancera, sino que las dos gestiones serán
sometidas a la prueba del ácido en toda democracia: la de las urnas.
Y es que las llamadas elecciones intermedias –del 7 de junio– no sólo
significarán la renovación de gobiernos estatales, diputados federales,
asambleístas y jefes delegacionales del DF, sino que serán el primer
examen ciudadano para Enrique Peña Nieto, Miguel Mancera y sus
respectivos partidos. Y es que a pesar de la terquedad de algunos, el
voto se verá influido por el desempeño de los gobiernos estatales y/o el
federal.
Pero más allá de votos y gobiernos, 2015 también será el año del
despegue de no pocos políticos y partidos que en 2018 protagonizarán la
disputa por el poder para el cercano 2018. Por eso los ciudadanos no
pueden perder de vista a un puñado de políticos y partidos que serán
protagonistas en la construcción del nuevo ciclo sexenal.
Y nos guste o no, el primer caso –y más relevante–, es el de Morena y su
dueño, Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño es el mejor y más
capacitado político mexicano: habilidoso como pocos, carismático y
querido por millones. Sin embargo, también es una de las peores personas
públicas, si no es que la peor persona. ¿Por qué? Porque su moral,
ética y honestidad no son terrenales. AMLO tiene en la mentira y el
engaño sus más acabadas cualidades, y si bien nadie lo puede acusar de
ratero, todos conocen su deshonestidad intelectual. Aún así, AMLO será
el más visible entre 2015 y 2018.
El segundo se llama Manlio Fabio Beltrones. Político tanto o más dotado
que AMLO, pero con la inconveniencia de que está negado para el carisma
de que goza el tabasqueño. Beltrones, sin embargo, hoy es el más
peligroso adversario para “la triada” de toluqueños y pachuqueños que ya
presumen ser herederos del “peñismo”. Pero la gran pregunta es sobre el
destino que le espera a ese animal político llamado Manlio Fabio
Beltrones, quien será un poderoso estratega en la guerra para 2018. Y es
que si lo dejan llegar a la presidencia del PRI, nadie podrá detenerlo.
En la tercera posición se localizan, en ese orden, los titulares de
Hacienda y Gobernación, Luis Videgaray y Miguel Osorio. Se trata de los
brazos derecho e izquierdo de Peña Nieto. Por tanto son potenciales
candidatos a la batalla final, la de 2018. Sin embargo, los tumbos del
Gobierno federal han golpeado a esos dos pilares, económico y de la
gobernabilidad. Y no existen indicios de que las cosas cambien.
En la cuarta posición sobresale Eruviel Ávila, el afanoso mexiquense que
–paradojas del poder– parece beneficiarse de la crisis que vive el
Gobierno federal. ¿Por qué? Porque en la medida en que bajan los bonos
de “los hombres del Presidente”, el Gobernador mexiquense ve abrir
espacios que parecían impensables. Y si Eruviel Ávila depura su gobierno
y mantiene la gobernabilidad, alcanzará los cuernos de la luna.
En el quinto lugar destacan la reconocida y bien calificada Margarita
Zavala, esposa de Felipe Calderón, y Gustavo Madero, el principal
adversario del ex mandatario. La pelea por el control del PAN se podría
focalizar en la pelea por el control de la bancada azul en la Cámara de
Diputados. Aún así, dos dudas persisten entre los azules. La primera, si
dejarán pasar a Margarita Zavala. Y la segunda, el factor Ricardo
Anaya, el actual presidente del PAN, quien podría dejar colgado de la
brocha a Gustavo Madero. Y es que el queretano tiene todo menos lealtad.
Lo suyo es la traición.
Por último, en el PRD tres políticos llamaran poderosamente la atención.
El primero es Miguel Mancera, Jefe de Gobierno al que los electores
podrían castigar con la pérdida de importantes espacios en diputados
federales, asambleístas y jefes delegacionales. Mancera podría vivir el
mayor retroceso en votos del partido amarillo y con ello vería reducir
sus posibilidades para 2018, mientras que su promotor y ex jefe, Marcelo
Ebrard, tiene en 2015 la última oportunidad para fincar su candidatura
presidencial.
Por su parte, Carlos Navarrete, jefe nacional del PRD, se podría
convertir en el mejor presidente de los amarillos, una vez que se fueron
los caudillos. ¿Tendrá las agallas para esa tarea? Al tiempo.
Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/no-los-pierda-de-vista-en-2015-1420537560
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