"Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero".
Santa Teresa de Jesús
Ya sabemos qué ocurrió, aunque no por qué. El capitán del vuelo 4U 9525, un Airbus A320 de Germanwings, salió de la cabina para ir al baño. El copiloto, Andreas Lubitz, cerró la puerta con el dispositivo de seguridad e inició el descenso de forma prematura. Las alarmas sonaron; el capitán golpeó la puerta, pero el copiloto no respondió ni abrió. No extraña que el procurador Brice Robin de Marsella que lleva el caso dijera ayer que el copiloto tenía "la voluntad de destruir el avión".
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