martes, 7 de abril de 2015

José Enrique - La república de la injusticia.

La república de la injusticia.

Ya son tantos y tan seguidos que cada vez va siendo más difícil construir una secuencia de la felonía, ahora hay que pasar del orden cronológico del escándalo, a la lógica de los acontecimientos; esto se está convirtiendo más en una regla, que en una excepción.

Hemos visto cómo los dineros de la nación han acabado en manos de aquellos que, por sus orígenes, educación o merito, nunca habrían podido aspirar a más de lo que su propio esfuerzo les daría.

Si esto no es todavía la instauración de un modelo basado en la definición de la Cleptocracia, entendida como “el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital”, se está acercando mucho.







La peor es la corrupción de los mejores, de quienes fueron depositarios de la autoridad, de quienes se espera más, de quienes deciden el rumbo y los destinos de millones de personas. Savater escribe que “precisamente, como el poder conlleva responsabilidades, debemos exigirles mucho a las personas que lo ejercen y tienen autoridad.” Impunidad es corrupción, y solamente así se pueden entender los niveles de violencia y delincuencia organizada alcanzados; “por eso nos indigna cuando una persona que ocupa un puesto destacado actúa demanera nefasta, porque está abusando de nuestra confianza.” (F. Savater).

No existen límites para los gobernantes, actúan con absoluta impunidad, no existen instituciones ni mecanismos de control eficaces, la incapacidad social e institucional para exigirles que rindan cuentas es ya la expresión una crisis de gobernabilidad; nos enfrentamos al problemade la enorme distancia que separa la norma de la realidad. No puede haber igualdad en el derecho, en una sociedad tan desigual; nuestros problemas no sonde Derecho, sino de justicia. No existe tiranía peor quela ejercida a la sombra de las leyes con apariencia de justicia; Montesquieu dijo que una cosa no es justa por el hecho de ser ley, debe ser ley porque es justa.

Si vis pacem, cole iustitiam.“Si deseas la paz, cultiva la justicia”, (Flavius Vegetius Renatus); ya hemos visto como se dobla la vara de la justicia y de cómo sucumbe un gobierno a la neutralidad; la fragilidad de los gobernantes, representa la fragilidad estructural de todo el sistema; no puede haber paz social ni seguridad pública sin justicia social. Los mayores villanos de nuestra historia contemporánea, han salido de las filas del gobierno, o apoyados desde el gobierno.

“hay quienes creen que hay seres humanos que nacencon la silla de montar en el lomo, mientras ellos han nacido con espuelas para subirse encima.”; la frase es de Thomas Jefferson, pero la conducta es de quienes ven una masa miserable “de proles”, y de quienes hoy día se piensan superiores por nacimiento, y que la desigualdad entre pobres y ricos es el resultado natural de las cosas.

Tan elemental como una pinta en la pared: “si no hay justicia para el pueblo, no habrá paz para el gobierno".

”Enrique Peña abrió la caja de Pandora y está claro que el caso de la Casa Blanca, despertó el mayor escándalo sobre el conflicto de intereses, desnudandoa un presidente y a su gobierno; fueron signos ominosos del cambio anunciado. El conflicto de intereses, desde la presidencia de la Republica, es una terrible señal para la gobernabilidad: la legitimidad misma del ejecutivo quedó en entredicho, al actuar como titular de sus propios intereses o peor aún, como personero y representante del interés privado.Juan de Ávila escribió que “Toda la república iría perdida y errada si las cosas públicas se torcieran por afecciones particulares”.

“A usted presidente, corrupción y nada más.”

José Enrique


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