lunes, 20 de abril de 2015

Salvador García Soto - El pacto de Polanco

En medio de la disputa electoral desatada entre los partidos por los comicios de junio próximo, ocurrió un hecho poco usual en la política mexicana: los coordinadores parlamentarios del Senado y la Cámara de Diputados se reunieron para parlamentar y acordaron que, mientras sus partidos se hacen la guerra, y se acusan lo mismo de corruptos, que de depravados sexuales o de usar relojes de 2 millones de pesos, ellos en el Congreso debían abstraerse del enfrentamiento si querían sacar adelante las leyes e iniciativas más urgentes en la agenda legislativa.

Fue así que, el lunes pasado durante una cena en el Club de Industriales de Polanco, quedó sellado un pacto no escrito entre los coordinadores del PRI, PAN, PRD, PT, MC y Nueva Alianza, tanto de diputados como de senadores, en el que se acordó aprobar leyes y reformas pendientes como el Sistema Nacional Anticorrupción, la Ley de Transparencia, la Reforma Política del DF, las iniciativas de seguridad del presidente Enrique Peña Nieto, la desindexación del salario mínimo y la nueva Ley Federal de Armas de Fuego, entre los temas que buscan aprobar antes de que termine el actual periodo, al que le restan sólo cuatro sesiones.







En esa cena, a la que acudieron líderes parlamentarios como Emilio Gamboa, Miguel Barbosa, Fernando Herrera, Arturo Escobar, Manlio Fabio Beltrones, Ricardo Anaya y Miguel Alonso, se dijo que la discusión y votación de las iniciativas pendientes tenía que colocarse por encima de los ataques y descalificaciones que están marcando las campañas electorales federales y locales. “¿Se imaginan si nosotros nos ponemos a responder por cada señalamiento de nuestros partidos, si contestamos a cada ataque? ninguna iniciativa sería ya aprobada si entramos en esa dinámica”, dijo uno de los coordinadores presentes.

Sólo hay dos temas que, en este momento, podrían impedir que se cumpliera el inusual pacto acordado por los líderes del Congreso: el primero es el tiempo, que podría no alcanzarles por los escasos 10 días que restan al actual periodo; y el segundo es un asunto que, aunque parecía menor, como el nombramiento de un nuevo director del Canal del Congreso, se ha complicado y está provocando tensiones y amenazas de rupturas entre las bancadas parlamentarias, luego de que el PRI empujó la designación de Blanca Lilia Ibarra, tras un forzado empate entre los tres finalistas (Blanca Lilia, Fernando Mora y Ana Córdova) en el que los priístas hicieron valer el “voto de calidad” de la presidenta de la Comisión Bicamaral que decidió la designación.

El problema es que el PAN y el PRD se han inconformado por la sesgada interpretación de ese ‘voto de calidad’ que hizo que hubiera siete votos en una comisión formada por seis diputados y senadores, y ahora los panistas y perredistas amenazan con desconocer esta semana el nombramiento que ya hizo oficial el pleno de la Cámara de Diputados y buscan bloquearlo en el Senado, donde podrían condicionar la aprobación de otras iniciativas y reformas ya pactadas, a que se reponga el procedimiento del Canal del Congreso. Es decir, que en el Congreso podrían perder lo más por lo menos.

NOTAS INDISCRETAS

Cuando se habla de las ‘casas’ del gobierno de Peña Nieto, está claro que no todas esas casas, ni todos sus personajes involucrados, han recibido el mismo tratamiento ni la misma ayuda por los operadores del gobierno. Un análisis cuantitativo de una empresa consultora analizó el tratamiento que dieron los medios a las tres noticias: la ‘Casa Blanca’, de Angélica Rivera; la casa de Malinalco, de Luis Videgaray, y las casas de las Lomas que Proceso atribuyó a Miguel Osorio Chong. La televisión, por ejemplo, le dedicó mil 978 minutos a la casa blanca, 689 minutos a la de Malinalco y 163 minutos a las de las Lomas. En general, todos los medios, incluida la prensa y la radio le destinaron mil 977 impactos a Angélica Rivera, 788 impactos a Videgaray y 69 impactos a Osorio. Está claro, pues, que si se mide tanto por tiempo como por impactos, el tratamiento fue distinto de las tres noticias que involucraban casas y propiedades de cercanos al presidente. Y también está claro que en algunos casos, como el de Osorio Chong y el de Videgaray hubo operación política y de medios evidente, mientras que en el de la señora Rivera, fue tal la tunda mediática y de opinión pública, que como se dice coloquialmente ‘la dejaron morir sola’. La pregunta es ¿por qué los operadores del gobierno no ayudaron a la primera dama y sí lo hicieron con los secretarios?… Los dados mandan Escalera doble. Bien pinta la semana.

sgarciasoto@hotmail.com



Leído en http://periodicocorreo.com.mx/serpientes-y-escaleras-20-abril-2015/


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