Amado Nervo (1870 - 1919) |
Los que ignoran que están muertos
No lo saben sino después de cierto tiempo, cuando un espíritu caritativo se los dice, para despegarlos definitivamente de las miserias de este mundo.
Generalmente se creen aún enfermos de la enfermedad de que murieron; se quejan, piden medicinas...
Están como en una especie de adormecimiento, de bruma, de los cuales va desprendiéndose poco a poco la divina crisálida del alma.
Los menos puros, los que han muerto más apegados a las cosas, vagan en derredor nuestro, presas de un desconcierto y de una desorientación por todo extremo angustiosos.