La gravedad del resultado de la investigación de Virgilio Andrade no radica en haber exonerado al presidente Enrique Peña Nieto, a su esposa Angélica Rivera y al secretario Luis Videgaray. Eso se supo hace seis meses, cuando se pidió investigar a un incondicional del presidente y amigo del secretario de Hacienda. Lo más grave del fallo del secretario de la Función Pública —uno de los encargados de fiscalizar al gobierno y castigar la corrupción— es que sienta un precedente a futuro: a partir de la detallada argumentación jurídica usada para exonerar al presidente, cualquier funcionario público que sea acusado de recibir “apoyos” de cualquier tipo de un proveedor o contratista del gobierno, podría invocar las tesis legales de Andrade para negar un beneficio ilegal o un conflicto de interés, bajo la premisa básica de que si el jefe del Ejecutivo y sus allegados no fueron sancionados por esas conductas, no puede sancionarse a cualquier otro funcionario federal.
En eso radica el daño de haber convertido al contralor federal en “abogado defensor” del presidente y demás indiciados: que con su detallada defensa y sustentación jurídica para limpiar de toda mácula o violación al presidente, el abogado Andrade les dio herramientas, argumentos y justificaciones jurídicas de sobra al resto de los funcionarios y representantes públicos en este país para beneficiarse de cualquier tipo de relación, apoyo o concesión que les pueda otorgar un proveedor o contratista gubernamental, siempre y cuando lo hagan “antes de asumir el cargo” o digan que su esposa fue una exitosa profesional que adquirió los bienes con sus “propios recursos producto de su trabajo”.
En términos lisos y llanos, lo que hizo el secretario de la Función Pública fue extender una “carta blanca” a la corrupción y el conflicto de interés, siempre y cuando se tenga el cuidado de argumentar impecablemente —si se quiere incluso con citas y enunciados del propio Virgilio Andrade— que las conductas que a ojos muchos mexicanos resultaron indebidas e indignantes, no son finalmente ni ilegales ni punibles porque “según las leyes mexicanas” (Virgilio dixit) no es indebido que un empresario que recibe contratos del gobierno, demuestre su amistad, apoyo o agradecimiento a un servidor público, facilitándole casas y mansiones de millones de dólares en cómodos planes de pago, con tasas de interés muy por debajo del mercado y con créditos no bancarios que son liquidados de manera extrañamente rápida “con ahorros” y “dinero producto del trabajo”.
Un beneficio que recibe la inmensa mayoría de mexicanos que, para hacerse de una vivienda media o de interés social, tiene que pagar intereses bancarios, contratar un crédito a 15 o 20 años con un banco o una institución financiera y jamás podrán liquidarla en unos meses a base de ahorros o con el producto de su arduo trabajo. Así que preparémonos para la “corrupción legal” en lo que resta del sexenio y no nos llamemos a sorpresa en el futuro si las “tesis Andrade” son invocadas para defender actos dudosos o beneficios obtenidos por funcionarios y servidores públicos por parte de empresas o empresarios que tengan relación con el gobierno. Con el debido cuidado y un abogado defensor tan bueno como Virgilio no habrá conflicto de interés o acto de corrupción que no parezca inmaculado e inofensivo “según las leyes mexicanas”.
sgarciasoto@hotmail.com
Columna tomada de El Universal
Leído en
http://letraroja.com.mx/carta-blanca-a-la-corrupcion/
Los derechos de autor son propiedad de los columnistas y sus periódicos; las columnas de los foristas son responsabilidad de ellos mismo; los comentarios, mentadas de madre y albures en Disqus son, también, responsabilidad de los foristas. Este lugar no tiene fines de lucro Aquí no se censura ni se modera. CUANDO SE PUBLIQUEN DATOS PERSONALES, POR SEGURIDAD, LOS POSTS SERÁN BORRADOS. Contacto: lafaunademilenio@gmail.com
RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.