jueves, 15 de octubre de 2015

La comedia política - El Papa y ‘El Peje’

Andrés Manuel López Obrador fue a ver al Papa y después de entrevistarse en privado durante algunos minutos, ambos salieron al balcón de la Basílica de San Pedro para saludar a los miles de fieles que esperaban en la plaza. Apenas se asomaron, se escucharon gritos, aplausos, porras (nunca falta el grupito de 15 mexicanos que pone el desmadre) y hasta matracas. Al ver a aquellos dos personajes saludando a la multitud, una mujer procedente de Polonia le preguntó a su marido:

– Oye, ¿y quién es ese? El de la gorrita blanca que está junto al “Peje”.

De todas las pruebas que Dios le ha puesto a Jorge Mario Bergoglio, que así es como se llama en realidad el papa Francisco, seguramente la más difícil de todas ha sido la de tener que encontrarse con López Obrador. ¿Te imaginas la cara del Papa cuando le dijeron que “El Peje” quería verlo?

– Ave María purísima, ¿y a qué viene? –le preguntó el Pontífice al guardia suizo que cuida las puertas del despacho papal.








– Pues yo no sé, Su Santidad, pero dice que es el legítimo.

– ¿El legítimo qué?

– No me dijo. Pero yo creo que es un personaje muy importante allá en México porque trae la banda presidencial cruzada al pecho.

– ¡En la madre!, perdón, digo, ¡Ave María purísima! ¿Y lo tengo que recibir?

– Pues yo creo que sí, Su Sa.

– ¿Cómo que susa?

– Digo, Su Santidad. Es que es para ahorrar energías por si hay que evacuarlo en caso de que este loquito de López Obrador decida declararse Pontífice legítimo.

– ¿Sería capaz?

– Ay, don Papa, ¿a poco lo duda? Póngase vivo, Su Santidad. Si se me atonta, capaz que este señor López Obrador se declara papa legítimo, se sienta en el trono de Pedro, expropia las limosnas de la Capilla Sixtina y hasta anda nombrando a Ricardo Monreal cardenal.

– Será como santo, porque ya ves que a Monreal hasta cuando estornuda le sacan fotos. Me pregunto, ¿qué nuevo milagrito habrá hecho hoy? ¿Convertir el agua en vino? ¿Curar a un ciego? ¿O convocar a una conferencia de prensa para dar a conocer que todos en la Delegación Cuauhtémoc son corruptos, excepto él?

– Don Papa, no se me distraiga con Monreal. ¿Qué le digo a López Obrador?

– Pues ni modo, dile que pase. A ver cómo nos va. Si ves que empieza a armar un plantón en la Plaza de San Pedro y a pedir que se haga un recuento de votos, hostia por hostia, capilla por capilla, ¡lo echas!

–Sí, mi general, digo, mi Papa.

Cuando Andrés Manuel estuvo frente al Jefe de la Iglesia católica, lo saludó afectuosamente:

– Mi querido Panchito, grajias por rejibirme.

– No digas eso hijo. Las puertas del Señor están abiertas para todos. ¿En qué te puedo ayudar?

– Pues mire, Papijta, lo que yo quiero es que me haga el milagrito.

– Si tienes fe y rezas con fervor todos los días; si haces buenas obras y te conviertes en un ejemplo para los demás, seguramente Dios te concederá cualquier milagro que pidas.

– No, Papijta, yo necesito algo más rápido, ¿sabe? Ej que nomás tengo hasta el 2018 para que me lo cumpla.

– ¡Uy, no! Siendo así, querido Andrés Manuel, lo único que te puedo ofrecer es llevarte ante el mismísimo Cristo para que le pidas directamente a él que te haga el milagrito de ser Presidente. Sígueme.

El Papa condujo a AMLO por los pasadizos secretos de la Santa Sede hasta llegar a una pequeña capilla iluminada sólo con velas en la que había una imagen de Jesús, de cuerpo entero. Apenas entró Andrés Manuel, la figura de madera cobró vida. El Papa cayó de rodillas ante el milagro. Entonces el Cristo le dijo a López Obrador:

– Da gracias, hijo mío.

– ¿De qué doy grajias, Diojito si todavía no me haces presidente?

–No, da gracias de que estoy aquí clavado. Que si no me bajaba y te ponía en tu madre por payaso.

¡Nos vemos el martes!



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-papa-y-el-peje-1444894096



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