"El invento del maíz por los mexicanos, sólo es comparable
con el invento del fuego por el hombre".
Octavio Paz.
El maíz (Zea mays) es una especie de gramínea originaria y domesticado por los pueblos indígenas en el centro de México desde hace unos 10.000 años, e introducida en Europa en el siglo XVII. Es el cereal que junto con el trigo, y el arroz más se consume a nivel mundial. En México, el maíz forma parte de nuestra alimentación diaria, tanto humana como forraje para la ganadería y como materia prima en numerosos productos industriales,, con la que se producen almidón, aceite,y proteínas, bebidas alcohólicas, edulcorantes alimenticios y, desde hace poco, combustible. Las hojas secas y los tallos de variedades resistentes se utilizan para construir cercas y muros duraderos.
El maíz es un pasto de la familia botánica Poaceae o Gramineae, al igual que el trigo, el arroz, la cebada, el centeno y la avena. Este cultivo se originó mediante el proceso de domesticación que llevaron a cabo los antiguos habitantes de Mesoamérica, a partir de los “teocintles”, gramíneas muy similares al maíz, que crecen de manera natural principalmente en México y en parte de Centroamérica.
Se considera que los teocintles (parientes silvestres del maíz) que crecen en el centro de México o los que estan en el trópico seco de la Cuenca del Balsas, pudieron ser los ancestros de los cuales se domesticó el maíz como planta cultivada. El proceso de domesticación del maíz inició hace aproximadamente 10,000 años, muy asociada a la invención y desarrollo independiente de la agricultura en Mesoamérica, y continua en el presente con el manejo, cultivo y selección que hacen año con año los agricultores y sus familias de sus variantes de maíces nativos (o criolllos), asimismo con la interacción de este cultivo con sus parientes silvestres, los teocintles, en las regiones donde coinciden de manera natural. Por ello en México se concentra la mayor diversidad de maíz del mundo.
El maíz hizo al hombre mesoamericano.
Mural, Diego Rivera |
La importancia política del maíz en México
El maíz y el patriotismo han sido estrechamente vinculados en el México pos-revolucionario. Existe una asociación simbólica muy fuerte entre el cultivo y el consumo de maíz y los elementos campesinos e indígenas de la identidad nacional. Está asociación simbólica entre el maíz y lo indígena es generalmente percibida de manera positiva, pero en tiempos del Porfiriato ( 1876 - 1911) no era asi, fue un periodo de modernización basado en la importación de modelos positivistas europeos por las elites criollas, se afrancesaron adoptando ideas evolucionistas donde se pensaba que el consumo de pan de harina de trigo potencializaba el desarrollo nacional y biológico, se presuponia de esta manera que el consumo de maíz podría ser responsable del supuesto retraso cultural de las clases populares.
Por supuesto que el maíz fue reivindicado en la época posrevolucionaria (1910 - 1920) donde por medio de discursos gubernamentales asociaban el maíz con la identidad nacional. Pero al mismo tiempo prevalecio la idea acuñada en el porfiriato donde asociaron una dieta a base maíz con un estatus socio-económico inferior.
Hasta el principio de los 1980s, las políticas de desarrollo agrícola tenían por objetivo aumentar no solo las exportaciones pero también la producción de alimentos para el mercado interno, estrategia en la que el cultivo de maíz ocupaba un papel central.
Sin embargo, hoy en día con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las importaciones de maíz producido en los Estados Unidos, de las cuales la mayor parte es maíz genéticamente modificado, representan más de la mitad del consumo mexicano del grano.
En épocas recientes se ha suscitado un enorme debate público sobre la utilización de Organismos Genéticamente Modificados (OGM's). El caso más mencionado lo estimuló el investigador mexicano-estadounidense Ignacio Chapela al publicar un artículo en la revista Nature alertando sobre el peligro de la contaminación de maíces criollos mexicanos por polinización cruzada con otros maíces transgénicos; en su momento expuso el peligro que esto representa para la seguridad alimentaria del llamado centro de origen del maíz.
Aunque el cultivo comercial del maíz transgénico esté todavía prohibido en México, existe una gran probabilidad de que esto se permita, el debate es fuerte, los que estan a favor lo hacen preponderando las ventajas en capacidad productiva de volumen por héctarea, y resistencia del cultivo a las plagas y herbicidas e inclemencias ambientales y argumentan que no esta cientificamente probado que sea dañino para el consumo humano, por supuesto los que estan en contra argumentan el gran daño ecológico que provocaría la mezcla del maíz modificado con el autóctono dañando su biodiversidad, y su esencia identitaria y ontológica,y por supuesto aportan pruebas de que si es dañino para el consumo humano, he ahí el debate entre los conservacionistas y los depredadores, perdón, los modernizadores.
El espíritu del maíz
En las cosmologías de tradición mesoamericana existe un tema cosmogónico común según el que una serie de cataclismos dio lugar a la formación por los dioses de diferentes humanidades sucesivas hechas de diferentes materias. Más allá de las diferentes variantes mayas, nahuas y otras, estas tradiciones tienen en común que el maíz fue la materia utilizada por los dioses para formar el cuerpo de los humanos en su último y exitoso intento de creación. Así por ejemplo, los totonacos de hoy consideran la humanidad actual como hecha a base de maíz. A tal punto que al maíz, llamado kuxi en totonaco cuando esta el grano maduro, también se le llama kin tiyatliway, lo que traducido significa « nuestro cuerpo ».
Pero la palabra tiyatliway literalmente significa « carne de la tierra ». El maíz es « nuestra carne de la tierra »: existe entonces una consubstancialidad entre el maíz y el cuerpo humano, como en los mitos de las religiones prehispánicas. Esta identificación entre el cuerpo humano y el maíz divinizado forma una coesencia, algo asi como una alma, ánima o espíritu compartido, de ahí la importancia de cuidar y proteger el maíz, porque su perdida sería equiparable a perder esa esencia compartida. Aquí es conveniente aclarar que el concepto de alma cristiana como una dualidad materia-divinidad en ellos no es asi, en ellos es una fuerza vital integrada, una coesencia, una codependencia o coexistencia donde cada ser humano es una manifestación divina indivisible, y pasa por los mismos ciclos del grano de maíz tanto en lo individual como en lo grupal o social.
Mitos y leyendas sobre el maíz
I. Leyenda Azteca
Cuentan que antes de la llegada de Quetzalcóatl, los aztecas sólo comían raíces y animales que cazaban.
No tenían maíz, pues este cereal tan alimenticio para ellos, estaba escondido detrás de las montañas.
Los antiguos dioses intentaron separar las montañas con su colosal fuerza pero no lo lograron.
Los aztecas fueron a plantearle este problema a Quetzalcóatl.
-Yo se los traeré- les respondió el dios.
Quetzalcóatl, el poderoso dios, no se esforzó en vano en separar las montañas con su fuerza, sino que empleó su astucia.
Se transformó en una hormiga negra y acompañado de una hormiga roja, marchó a las montañas.
El camino estuvo lleno de dificultades, pero Quetzalcóatl las superó, pensando solamente en su pueblo y sus necesidades de alimentación. Hizo grandes esfuerzos y no se dio por vencido ante el cansancio y las dificultades.
Quetzalcóatl llegó hasta donde estaba el maíz, y como estaba trasformado en hormiga, tomó un grano maduro entre sus mandíbulas y emprendió el regreso. Al llegar entregó el prometido grano de maíz a los hambrientos indígenas.
Los aztecas plantaron la semilla. Obtuvieron así el maíz que desde entonces sembraron y cosecharon.
El preciado grano, aumentó sus riquezas, y se volvieron más fuertes, construyeron ciudades, palacios, templos…Y desde entonces vivieron felices.
Y a partir de ese momento, los aztecas veneraron al generoso Quetzalcóatl, el dios amigo de los hombres, el dios que les trajo el maíz.
II. El mito de la creación según los mayas
Según se relata en el Popol Vuh, el libro que recoge la mitología de los indios quichés (de origen maya), el mundo estuvo en un principio cubierto por las aguas y fueron los creadores Tepeu y Gucumatz quienes dieron origen a la tierra, a las plantas y a los animales. Pero no quedaron contentos con su obra ya que los animales no podían alabarles por no poseer lenguaje, así que decidieron que debían crear a una criatura que les profesase devoción y así empezaron la tarea de crear al hombre.
La segunda pareja fue hecha de madera, de árbol para él y de carrizo para ella, y todo fue bien en un principio, los hombres se reprodujeron y se extendieron por el mundo, tenían su lenguaje y hablaban entre ellos, pero nunca elevaron su voz hacia los dioses que les habían creado. Los hombres de madera no poseían memoria sobre su pasado y vagaban por el mundo sin saber de sus orígenes divinos, y así vivieron hombres y dioses hasta que una oscura y densa lluvia cayó sobre la tierra anegandolo todo. Los segundos hombres desaparecieron y dejaron como única descendencia a los simios.
Tepeu y Gucumatz lo intentaron por tercera vez, esta vez usando la madera y agregandole maíz amarillo y maíz rojo. Con la madera hicieron sus partes rígidas, con el maíz blanco moldearon la carne y el maíz rojo fue su sangre. Los primeros cuatro hombres (llamados Balam-Quitzé, Balam Agab; Mahucutah; e Iqi.Balam ) fueron interrogados por los curiosos dioses y demostraron tener inteligencia y memoria, siendo aleccionados por los propios dioses sobre sus orígenes, capacidades y obligaciones futuras.
La perfección de su obra termino por intimidar a Tepeu y Gucumatz, quienes temiendo que su creación se alzara contra ellos y ocupar su lugar. Para evitarlo rociaron sobre los hombres una niebla que les estirpo parte de su visión y parte de su sabiduría, así zangaron el problema y empezaron con la tarea de crear a la mujer usando los mismos materiales. Así los hombres y mujeres poblaron el mundo pero sin la posibilidad de llegar al conocimiento absoluto, sin forma de suplantar a sus creadores.
El Maíz, patrimonio nacional
Mas alla de que el maíz es originario de México, y es una delicioso cereal del cual no solo se aprovecha la semilla sino toda la planta en diferentes áreas, lo más impresinante para mi fue darme cuenta de lo poco que conozco mi orígen cultural, cacareamos sin cesar la frase conocete a ti mismo, sin darnos cuenta que eso implica conocer nuestras raices, nuesta mística, nuestra filosofia de vida, y el significado tan profundo del maíz en nuestras vidas, el maíz simplemente es marco referencial de nuestra visión del mundo, que sustenta la explicación de nuestra existencia, al rededor de él formamos códigos y ritos mediante los cuales desarrollamos nuestra capacidad de raciocinio, es lo que nos dio cultura, es la esencia que mantiene unida nuestras vidas con la madre tierra o el dios naturaleza como lo queramos llamar, es algo inherente a nosotros, es lo que nos hace crecer tanto internamente como externamente, no solo nutre nuestro cuerpo, sino también nuestra necesidad de espiritualidad.
El experimentar con la biodiversidad en este cereal introduciendo mezcas modificados genéticamente no solo atenta contra nuestras raíces culturales, ataca directamente nuesta identidad, nuestra esencia, al querer sustituirla por una esencia trasgénica, segúramente esto ocurrirra tarde o temprano, ya que los que gobiernan este país son unos nalgaprontas vendepatrias disfrazados de buscar mejorías para la población, y de seguro ya estan bien maiceados por las empresas como Monsanto que se mueren por"introducirnos" sus "productos mejorados" inportandoles ahora si, una pura y dos con sal, destruir lo que queda por satisfacer su insaciable ambición y egoismo.
Hace poco con el escándalo de los papeles de Panamá, Dany se preguntaba por que en Islandia renuncia un presidente por la desconfianza que en su gestión genera el tener dinero oculto y de dudosa procedencia, y aquí en México escándalos vienen y van y NADA, ni un leve rubor, un asomo de vergüenza, se investigan solos y se exoneran, y la población, bien gracias, siguen votando por ellos, que son los mismos aunque se disfrazen con diferentes colores de partidos, tal vez el problema esta ahí, en nuestra falta de identidad como país, en una autoestima colectiva devaluada y carente de dignidad, de autorespeto, por estar desenraizados, por no conocernos, ni nuestra historia, ni nuestra ética ontólogica, ni nada. Fuimos depredados y entramos en una especie de síndrome de estocolmo ancestral. Bien dijo Fidel Castro, que la infancia mexicana conoce más los personajes de Disney que los personajes históricos que les dieron patria, pues el MAÏZ nos dio CULTURA, nos dio ESPIRITUALIDAD, y no lo sabemos, vivimos anhelando ser mejores, pero sin conocer nuestro propio valor primario, partimos de la negación de lo propio hacia la idealización del lo ajeno. En fin, nos educan para ser serviles, pero nos dicen serviciales. Es mi opinión.
Quisiera agradecer a Eduardo porque al hacer una broma sobre el gato-taco me dio la idea de desarrollar este tema, y realmente le agradezco haber dirigido mi atención en esta dirección, nuestra cosmovisión cultural, cuya llave de entrada es el Maíz.
Gracias, y saludos a todos. Buen fin!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.