Es un secreto a voces entre estudiantes y maestros del IPN, tanto en vocacionales como en escuelas superiores.
Y es que todos los consultados reconocen que grupos afines a Morena y a su líder, Andrés Manuel López Obrador, mantienen el control del IPN mediante actos de terror, persecución y amenaza de perder el empleo y/o su lugar en una de las más prestigiadas escuelas públicas.
En realidad, los métodos usados por "el movimiento" de AMLO en el IPN son propios del más rancio estalinismo. Es decir, se crearon una suerte de "comandos de pureza ideológica" que ante la menor señal de rechazo al control lopista, ponen al indiciado el "sambenito" de "traidor al movimiento" para pedir su expulsión del IPN. Sean maestros, trabajadores o estudiantes.
Y para confirmar todo lo anterior no fue necesario más que acudir a las escuelas del IPN y "reportear"; preguntar y preguntar con la debida garantía de que será respetado el anonimato de estudiantes, profesores y trabajadores.
Y todos los que hablaron coincidieron. Sí, "Andrés Manuel y Morena están detrás del movimiento del Poli... y pobre del estudiante, maestro o trabajador que se atreva a denunciarlo!".
Pero dicen más. Revelaron que a partir de noviembre de 2014, una vez que llegó a la dirección del IPN el doctor Enrique Fernández Fassnacht, comenzó la preparación del "asalto" al Politécnico. En realidad un segundo "asalto".
Y es que, como todos saben, el primer "ataque" estuvo a cargo de militantes de Morena ampliamente conocidos por la comunidad y que dejaron sus huellas por todas partes. Son los mismos estudiantes que, en su momento, encararon a Miguel Osorio, secretario de Gobernación, en plena calle de Bucareli.
Luego de esa escaramuza —en la que hicieron el ridículo por su probado lopismo—, un grupo de alumnos fue "capacitado" por "gente de Morena" que, a su vez, habría sido "capacitada en Venezuela" en la formación de "brigadas chavistas". Pero además, fueron reclutados maestros de la UACM para capacitar a politécnicos en la movilización de masas —de estudiantes—, para estar listos a reaccionar cuando fuera necesario.
El reclutamiento y entrenamiento fueron minuciosos, selectivos y, sobre todo, con absoluta discreción. Instruyeron a los estudiantes para no afiliarse a Morena y para romper todo vínculo político partidista en sus redes sociales. Para ello fueron asesorados por expertos que verificaron la limpieza de las redes sociales de los activistas y, con ello, evitar ser descubiertos.
Se trató de evitar lo ocurrido en septiembre de 2014 cuando se descubrió —vía Facebook—, que los líderes del Poli que marchaban al frente de los alumnos en ese año, no solo eran afines a Morena sino militantes.
Por eso, en esta ocasión fueron seleccionados dos tipos de reclutas; por un lado líderes de grupos porriles que se encargan de vandalizar en las marchas y, por el otro, líderes estudiantiles, responsables de manipular a los estudiantes para que salgan a marchar.
Según el grupo de profesores y alumnos consultados, el objetivo del movimiento es alargar lo más posible el paro —con todo tipo de pretextos— para conseguir que se pierda el semestre. Una vez lograda la meta, iniciará una campaña contra el titular de la SEP —que prolongarán hasta 2018—, al que culparán de la pérdida del semestre.
Entonces movilizarán a todo el IPN, la UNAM, UAM, UACM, CNTE y todo el sector educativo. ¿Y para qué toda esa perversión?
Porque según AMLO, Aurelio Nuño será candidato presidencial del PRI en 2018.
¿Y la educación? Les vale madre.
Al tiempo.
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