martes, 14 de junio de 2016

Dan T - Ley Anti Honestos

Un mexicano, un gringo y un gallego fueron condenados a muerte por diversos delitos. El primero en pasar ante el verdugo fue el mexicano:

–¿Cómo quieres morir? Puede ser fusilado o en la silla eléctrica.

–No, pues la silla eléctrica –dijo el mexicano– para que sea más rápido.

–¡Chin! ¡Te salvaste! Se nos fue la luz y la ley dice que si no te podemos ejecutar, quedas libre.

Entonces pasa el gringo.

–¿Y tú cómo quieres morir?










–No, pues obvio también en la silla eléctrica.

–¡Diablos! Te salvaste tú también porque no tenemos luz.

Y entonces le tocó el turno al gallego.

–¿Y tú cómo quieres morir?

–No, pues si no hay luz para la silla eléctrica, pues... ¡fusilado!

Igualito que el gallego están los priistas: no quieren darse cuenta de sus tonterías. El electorado les acaba de dar la espalda, en pocas palabras, por corruptos. Si algo quedó claro en las pasadas elecciones, es que la gente está hasta la madre. Y Manlio Fabio Beltrones dice que ya entendieron, que van a hacerle caso al mensaje de las urnas y que van a cambiar los tricolores.

Eso dice el dirigente nacional del PRI. ¿Y qué hace? ¡Todo lo contrario! En estos días se discute en el Senado la aprobación del Sistema Nacional Anticorrupción. Anti, corrupción, es decir: contra la corrupción, eso de lo que están hartos los mexicanos. Pero, ¿qué crees? Que lo que van a aprobar los priistas es una vacilada. Se suponía que, entre otras cosas, esta reforma tendría que obligar a los políticos a revelar cuánto dinero tienen y en qué lo tienen, como para poder saber si se hicieron ricos al llegar al cargo milagrosamente. También se suponía que iban a obligarlos a revelar qué posibles conflictos de interés tienen, como por ejemplo revelar si sus parientes cercanos son socios o dueños de empresas a las que luego podrían darles contratos.

Bueno, esa era la idea. Sin embargo, el PRI y el Partido Verde –¡saludos al farsante de Pablo Escudero!– no quieren combatir la corrupción. Al contrario: quieren seguir teniendo una ley a modo para no tener que rendirle cuentas a nadie, más que a sus propios bolsillos.

¡Son como niños!

Le dice el hijo a la mamá:

–Mami, mami, ¡se me cayó otro diente! ¿Crees que ahora sí venga el ratoncito a dejarme una moneda?

–Ay, Luisito, te he dicho mil veces que no: tienes 34 años y si te caen los dientes, es por drogadicto.

Hay gente que nunca madura. Ni envolviéndose en periódico por las noches. Lo digo, evidentemente, por Andrés Manuel López Obrador que ya encontró un nuevo pleito del cual colgarse para llamar la atención. Ya anunció que va a defender a los líderes de la CNTE que fueron aprehendidos, acusados de malversar el dinero de los maestros. Es evidente que la jugada del Gobierno es una cochinada, pues no les interesa el patrimonio de los profesores, sino aplacar las protestas y manifestaciones en contra de la reforma educativa. Pero si el Gobierno hace mal las cosas, AMLO ¡lo hace peor! Porque en lugar de ponerse del lado de los niños, se pone del lado de quienes le han dado en la torre a varias generaciones de alumnos que crecieron creyendo que sólo con manifestaciones, plantones y violencia se consiguen las cosas.

No me gusta ser pesimista, pero es evidente que a López Obrador no le interesa solucionar un problema, sino echarle más gasolina. Total: el incendio no lo apaga él.



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/ley-anti-honestos-1465890712



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