miércoles, 27 de julio de 2016

Ricardo Alemán - Farsa y farsantes

Al conocer el más reciente spot que difunde el PAN, en donde Ricardo Anaya fustiga a gobernadores del PRI que trataron de blindar su salida, lo menos que haría un demócrata es brindar un aplauso, de pie, al joven presidente del PAN.

Más aún, el aplauso pudiera devenir en ovación, al profundizar en el mensaje del señor Anaya, quien dice: “los gobernadores salientes del PRI, los que perdieron las elecciones, comenzaron a planear literalmente su huida con un cinismo nunca antes visto… Quieren, literalmente, legalizar la corrupción.









“El PRI lo tiene que entender de una vez por todas, en el México de hoy, el que la hace la tiene que pagar… Basta ya de que la regla general sea que los políticos corruptos se salen con la suya. Tenemos que acabar con la corrupción para que haya seguridad y oportunidad para todos y por supuesto que esto debe aplicar a todos, sin excepción… no queremos venganza, pero sí justicia…”.

Sin duda se trata de un reclamo legítimo; exigencia de millones de mexicanos que gritan por justicia en Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo; reclamo por llevar a juicio a gobernadores priistas corruptos. ¡Bien por el señor Anaya que, finalmente, colocó el cascabel al gato!

Sin embargo, el joven Anaya olvida un pequeño detalle que, de no ser corregido, hará ver al presidente del PAN como farsante, mientras su mensaje por limpiar la corrupción del PRI, quedaría reducido a grosera farsa.

¿Por qué?

Porque el jefe del PAN olvida, oculta o simula que el gobernador panista de Puebla, Rafael Moreno Valle, también es parte de los tramposos gobernadores que blindaron sus salida para garantizar impunidad frente a desfalcos y desvíos de recursos.

Dicho de otro modo, que si Ricardo Anaya es congruente y en verdad está interesado en llevar a juicio a los priistas de Chihua-hua, César Duarte; de Veracruz, Javier Duarte y de Quintana Roo, Roberto Borge –porque intentaron blindarse con un “paquetes de impunidad”–, también deberá llevar a juicio a su aliado político, Rafael Moreno Valle.

¿Por qué? Casi nada. Porque el Congreso de Puebla aprobó —el 9 de diciembre de 2015— la creación de la Fiscalía General del Estado, en sustitución de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), cuyo titular, Víctor Carrancá Bourget, estará al frente durante 7 años.

¿Y qué creen? En efecto, que Carrancá será “tapadera” de las presuntas irregularidades –cientos de ellas– del gobierno de Moreno Valle en Puebla.

Pero no es todo. El hoy fiscal general del Estado fue tapadera de Moreno Valle, luego de la muerte del niño José Luis Tamayo –ocurrida en julio de 2014, en choque entre policías y habitantes de Chalchihuapan–, en donde Carrancá Bourget aseguró que el niño había muerto a causa de la “onda expansiva” de un petardo.

Como queda claro, el blindaje de Moreno Valle es idéntico al de Javier Duarte, de Veracruz; César Duarte, de Chihuahua y Roberto Borge, de Quintana Roo.

Por eso la pregunta. ¿Por qué Ricardo Anaya oculta el blindaje de la corrupción de su aliado, Rafael Moreno Valle? ¿Por qué el PRI guarda silencio de complicidad ante el gobernador de Puebla? La respuesta pudiera ser de escándalo. Resulta que para no pocos enterados de los intríngulis del poder –de la Real Politik– el gobernador Rafael Moreno Valle es intocable para el PAN y para el PRI.

¿Por qué? Porque es pieza clave –y corazón de una poderosa alianza político electoral–, con la que azules y tricolores derribarán la candidatura presidencial de Margarita Zavala. Y si se cumple la versión, el spot de Ricardo Anaya y el discurso de Enrique Ochoa Reza quedarán reducidos a farsa y farsantes. Al tiempo.



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/farsa-y-farsantes-1469603498



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.