miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Eso con esos? Sergio Aguayo Quezada


"¿Cómo se te ocurrió firmar eso con esos?". La pregunta condensa algunas interrogantes que recibí de varios amigos y lectores sorprendidos de verme entre las 46 personas que propusieron el pasado 10 de octubre un gobierno de coalición.


El desplegado alborotó. Hubo burlas y halagos, sarcasmos y cuestionamientos de fondo y muchas preguntas. Lógico que así fuera, la polarización arrasó con aquellos desplegados de consenso que marcaron hitos en la historia de la transición. ¿Quién no recuerda a los intelectuales condenando el fraude en Chihuahua en 1986?, ¿o los desplegados por la limpieza electoral firmados por los adversarios de Carlos Salinas en 1988: Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Clouthier y Rosario Ibarra de Piedra?

Aunque el desplegado parece haber envejecido por el vértigo de la vida política (disponible en www.sergioaguayo.org), lo retomo porque quienes compartimos el texto creemos que México enfrenta una emergencia por la inseguridad y por la crisis de representatividad de los partidos, por la corrupción y la desigualdad en los ingresos y por el riesgo evidente y eminente de una regresión. Cuando la emergencia es la contradicción principal se facilita la búsqueda de coincidencias con los diversos. Incluso aquellos firmantes que aspiran a la Presidencia entienden que lo esencial es salir de la crisis sistémica y estructural que padecemos.

Aunque el texto trasciende el año electoral fue detonado por el fantasma de Enrique Peña Nieto. Inquieta y preocupa que su PRI hubiera bloqueado una reforma política que abría a los ciudadanos unas puertecillas de ingreso a la vida pública, que pretenda imponer su mayoría en el Consejo General del IFE, que ovacionara a Arturo Montiel -uno de los campeones invictos en la categoría de corrupción e impunidad-, que esté vinculado a las televisoras que llevan a nuestra vida pública por el camino de la "berlusconización" y que, finalmente, nos amenace con un retorno al presidencialismo autoritario imponiéndonos una "cláusula de gobernabilidad" (¡pretende que ese PRI tenga arriba de 50% en el Congreso, aunque haya obtenido menos votos!). Sí, señor, Peña Nieto tiene un proyecto de poder, pero carece de un plan de país anclado en el interés general.

Si el objetivo es preservar los logros de la transición y profundizar en lo deseado, resulta totalmente natural que el desplegado proponga como método un "acuerdo programático explícito, responsable y controlable, cuya ejecución sea compartida por quienes lo suscriban". El breve texto impactó porque es una propuesta concreta y viable, porque buena parte de la sociedad está urgida de nuevas ideas ante el páramo propositivo y porque va más allá de las soluciones unipersonales y carismáticas. Aclaro: no es lo mismo que llegue a Los Pinos Peña Nieto, Marcelo, el Peje o Josefina; ninguno de ellos tiene la varita mágica que exorcizará los demonios.

El desplegado tiene un gran defecto: está cargado a favor de los partidos y los políticos. Quienes nadan en el México de las instituciones y los comicios se sienten cómodos con la propuesta de una coalición de gobierno porque serán protagonistas. Quienes giramos en la órbita de lo ciudadano y deseamos seguir fuera de la ciudadela -mi caso- buscamos crear instrumentos para que los ciudadanos peleen mejor contra la corrupción, la impunidad, la improvisación, el menosprecio a la vida y la dignidad humanas, la desigualdad en los ingresos, y un largo etcétera. Para hacer realidad esa agenda se requiere interactuar con al menos una parte de quienes controlan las instituciones.

¿Qué sigue? En estos momentos parecen distantes las reformas legales que enmarcarían un gobierno de coalición como el propuesto. Como la emergencia continuará, se mantendrá el incentivo para que los diversos discutan y acuerden soluciones de fondo. En otras palabras, hay que ponerle carne al esquelético desplegado mientras cada uno de los abajofirmantes prosigue en sus búsquedas o utopías individuales. Comparto, por tanto, el llamado al Foro Ciudadano por un Pacto por la Nación que se realizará el 24 de octubre a las 12 del mediodía en el Centro Libanés de la capital.

La iniciativa antes mencionada complementa el desplegado que fue un punto de encuentro simbólico y virtual entre 46 personas que coinciden en ver más allá de las elecciones y reconocen la urgencia de reaccionar frente a una emergencia sin precedentes. Son tiempos de unidad en torno a agendas mínimas. Por eso firmé "eso" con "esos".


LA MISCELÁNEA

En estos momentos de quebranto ético -es inaceptable, es ofensivo que la alternancia provoque un aumento en la corrupción y el cinismo-, la larga, intensa y fructífera vida de Miguel Ángel Granados Chapa es un manual de austeridad, congruencia, honestidad y dignidad en el trato con los poderosos. Aunque su partida deja otro vacío imposible de llenar, honremos su memoria emulando su vida.

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