sábado, 1 de octubre de 2011

La Segunda decena trágica. Tancredi




La forista Tancredi hace un recuento de diez años del Partido Acción Nacional en el gobierno federal y lo compara con un momento histórico del país.




La segunda decena trágica. 
Aún no concluye éste, que sería el quinto año de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, por lo que es prematuro hacer un análisis del año 2011 que, en todo caso, resultaría incompleto. 
No obstante, ya podemos hablar de los diez años de gobiernos panistas. Diez años que se han convertido en una decepción para todos aquellos que creyeron que habría un cambio, de forma y fondo, en la manera de gobernar a México. Diez años que se han pasado, para millones de mexicanos, como una especie de día de campo… de concentración.  Diez años que no sólo no mejoraron la calidad de vida de los mexicanos, sino que en uno de esos vuelcos inesperados parece que se le metió reversa al desarrollo nacional en muchos de sus índices de crecimiento. Hubo, incluso, crecimiento negativo en varios de ellos. 
Del sexenio pasado, ¿qué podemos decir que no se sepa? Un sexenio perdido entre la frivolidad, los negocios turbios, la charlatanería de un merolico de pueblo, la pérdida de nuestro liderazgo internacional a nivel Latinoamérica, y las broncas con varios gobiernos extranjeros. ¿Quién puede olvidar aquel célebre "comes y te vas"?, ¿o el irresponsable "y yo, por qué"?, ¿alguien ha olvidado a los hermanitos Bribiesca, que de andar con una mano atrás y otra adelante, hasta avión propio tuvieron en esa administración? Ese fue  un sexenio perdido entre la banalidad y los yerros del señor del Toallagate. Poca gente habrá que pueda hacer una defensa de él. 
Aquí lo interesante es revisar nuestra historia actual y sus similitudes con el más negro pasado. 
Pocos hubiéramos imaginado que a 98 años de la sublevación de La Ciudadela, en aquel fatídico año de 1913, íbamos a tener una versión, light, pero no por eso menos semejante, de lo que pasó cuando el General Huerta, Manuel Mondragón, Bernardo Reyes, y el inefable Félix Díaz, entre otros, dieron un golpe de Estado a la naciente democracia mexicana, y al Presidente Francisco I. Madero. 
Huerta, el usurpador, tomó, ilegal e ilegítimamente, el poder ejecutivo. Se rodeó de generales que, hablándole al oído, lo alentaron a asesinar al presidente Madero, y a Pino Suárez. Se quiso legitimar llenando a México del color rojo de la sangre derramada por los mexicanos. Por medio de las armas y las malas artes quiso, y logró, hacerse de un poder que no le correspondía  democráticamente. 
¿Esto tiene alguna semejanza con lo que ha pasado en México, en los cuatro años del gobierno de Felipe Calderón? ¿Alguna similitud, aunque sea mínima, con la legitimación por medio de las armas?, ¿rodearse de militares, militarotes, policías, cavernícolas con placa, tiene semejanza con lo que hemos vivido éstos cuatro años? La respuesta la tiene cada quién dentro de su conciencia.

Aquellos fueron diez días, ahora llevamos diez años. Qué pesadilla. 
TANCREDI.

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