miércoles, 26 de octubre de 2011

Lección a Leoncio… y a Gerardo Carlos Marín



Con el apoyo de sus dos pequeñas hijas y apechugando el bochorno de recurrir a las mantas que tanto han degradado el salón de sesiones, la señora Martha Angélica Ojeda dio ayer en la Cámara de Diputados una ejemplar lección de dignidad, tanto por exhibir la miserable condición humana del diputado panista que hace una semana la agravió de manera tan inaudita que se supondría imperdonable, como… por concederle el perdón.
Inteligente sin duda, aceptó las reiteradas disculpas que le ofreció su ofensor (Leoncio Morán Sánchez) y desistió de perseguirlo para pudrirle la existencia, presentándose y exhibiéndolo en cuanto acto público él estuviera, como había pensado hacerlo.
“Para mí era importante que la gente que nos estaba observando se diera cuenta que no tengo nada que ocultar y tengo mi conciencia clara y limpia…”, le dijo a Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula.
Y sin proponérselo ni ser legisladora, Martha Angélica dio de paso a su jefe, el rijoso petista Gerardo Fernández Noroña, una lección de comportamiento dentro y fuera de la Cámara de Diputados

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