miércoles, 26 de octubre de 2011

Mientras tanto, en la Cámara de Diputados


Insultos, bebida y romería


El priista Emilio Chuayffet, presidente de la Mesa Directiva, tuvo que bajar a su curul ante el descontento por la parcialidad del debate. PAN, PRD y PT casi abandonan el recinto. La revocación de mandato atoró la sesión

De la discusión sobre la revocación de mandato se pasó al alcohol. Fue el petista Jaime Cárdenas quien, entre las protestas de los priistas, gritaba: “¡Huele a alcohol, huele a alcohol, es allá atrás, seguramente los del PRI…”.

Los legisladores priistas del Estado de México se encresparon. Arremetieron contra el petista, quien se sostuvo en su dicho, y aquello se desbordó al grado de suspenderse la sesión.

La Reforma Política, tildada de “mocha” (por mochada, por dejar fuera la revocación de mandato y la reelección de legisladores), habrá de esperar hasta mañana.

Los diputados llevaba siete horas discutiendo un solo tema: la “revocación de mandato”. Descalificaciones iban y venían de una bancada a otro. No sólo por lo que tocaba a lo político, sino a lo referente al alcohol. Por ejemplo, Julián Nazar, del PRI, soltó: “ahí está Porfirio Muñoz Ledo, a quien si le hacemos un examen, sale 90% de alcohol y 10% de botana”.

En el corral de la ignominia, los reporteros reían a carcajadas y tildaban a la honorable Cámara de Diputados de “honorable Cantina de la Unión”.

Entre la discusión del alcoholismo de los diputados y la revocación de mandato, se acordó llevar a cabo una investigación para saber qué legisladores son los que beben entre curules.

Omar Fayad, del PRI, arguyó que todo este lío, el “pretexto del alcohol” y demás era una de las artimañas a las que recurren los partidos pequeños para desviar el debate.

Momentos antes se registró una discusión ríspida entre los priistas Miguel Ángel García y José Ramón Martel. El primero le reclamó al presidente de la mesa la parcialidad con la que se conducía, todo por no ser cercano al coordinador de la bancada, Francisco Rojas.

José Ramón Martel, vicecoordinador, acusó a García Granados de buscar el aplauso fácil y de ser demagogo.

Durante la discusión de la reforma política hubo desencuentros, pero el que arrebató la atención -y el tiempo- fue el tema de  la revocación del mandato. Emilio  Chuayffet, presidente de la Mesa Directiva, dejaba hablar y hablar, decir y responder, lo que provocó el enojo del panista Javier Corral y sus correligionarios, que a punto estuvieron de abandonar el recinto junto con el PRD y el PT. Esto provocó que Chuayffet abandonara la Mesa y bajara a su curul.

“No hay equidad en el uso de la palabra”, “todos tenemos derecho a la tribuna”, le reclamaron al diputado presidente.

Quien aprovechó el incidente para ejemplificar el caso de revocación de mandato fue el petista Porfirio Muñoz Ledo. Dirigiéndose a Chuayffet, le espetó: “Ésta es la primera muestra de revocación de mandato, Emilio, tú sabías que estabas mal, pero hoy se dio revocación de mandato en esta Cámara”.

Chuayffet  respondió con un “dejémonos de estar por la cuerda con trampitas de burócratas que no progresaron y hagamos de esta Cámara una Cámara de debate, de inteligencia, no una de discursos trasnochados ni de mandarines disfrazados de demócratas.”

Priistas y verdes premiaron al mexiquense con aplausos.

Javier Corral no terminaba de protestar, pero dejaba en claro que no había un problema personal entre Chuayffet y él. Sólo le pedía no alargar el debate sobre revocación de mandato, pero el mexiquense, al estilo Salinas, “ni lo veía, ni lo escuchaba”; y aquello se extendió horas y horas.

Durante la primera etapa de  la discusión de la Reforma Política, cuando aún no se llegaba al lío armado por el olor a alcohol, Beatriz Paredes reconoció que era insuficiente la Reforma Política, pero contenía avances importantes en materia de participación ciudadana.

Sin embargo, advertiría luego, la situación de polarización en la que se encuentra el país, no permite dar paso a la revocación de mandato a partir de las visiones y descalificaciones partidistas entre uno y otro gobernante.

Previo al debate de revocación de mandato, se logró la mayoría calificada con 418 votos a favor 15 en contra y 2 abstenciones, para aprobarla en lo general. Fue lo más que se logró durante la jornada. Lo demás, se volvería un verdadero lío con aroma de alcohol.

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